SEO, SEM o los dos
Si tienes tu propio negocio, lo más probable es que ya hayas comenzado a buscar acerca del marketing digital y todos sus beneficios. Al hacerlo, las palabras SEO y SEM se habrán repetido en todos los artículos. Sin embargo, ¿sabes bien cuál de los dos debes elegir? Para muchas personas, estos acrónimos son grandes desconocidos. Sin embargo, es importante conocerlos para poder entender bien para qué sirven y saber cómo pueden ayudar a tu negocio.
La principal diferencia que encontrarás entre SEO y SEM es que el SEO ofrece resultados de manera orgánica, mientras el SEM lo hace a través de diferentes metodologías de pago.
En qué nos ayuda el SEO
SEO significa Search Engine Optimitation. Se trata de llevar a cabo estrategias de marketing con la finalidad de optimizar tu sitio web de cara a los buscadores. El buscador más utilizado en España es Google y, por eso, sus reglas son las que se aplican para el posicionamiento. La principal clave del SEO es realizar acciones naturales que hagan que la página web aparezca entre los primeros resultados de búsqueda. Sin embargo, es importante saber que el SEO lleva detrás un gran trabajo. Además, una vez que logramos estar entre los primeros puestos, hay que mantenerlo.
Las estrategias que realicemos siempre deben tener en cuenta el algoritmo. Este algoritmo es el que sienta las bases sobre las tareas que debemos realizar. Es más, si no seguimos estas reglas, lo más probable es que se nos penalice y que al final nuestra página termine bajando de puestos.
Un buen posicionamiento SEO requiere de diferentes optimizaciones como diseño, usabilidad, contenido, palabras clave, arquitectura web…
Cómo puede ayudar el posicionamiento SEM
El posicionamiento SEM (Search Engine Marketing) es un tipo de posicionamiento que busca crear una mayor visibilidad a través de anuncios de pago. Estos son los que aparecen en los resultados de búsqueda con la etiqueta amarilla de ‘anuncio’.
Para realizar estos anuncios, primero se realiza un estudio de palabras clave. Estas palabras son las que utilizaremos para posicionarnos. Suelen tener un precio máximo y mínimo de puja dependiendo de varios factores. Cuanto más paguemos por una palabra, mejor posicionados aparecemos.
Al contrario que el SEO, que requiere tiempo y paciencia, el SEM es instantáneo y aparecemos en las primeras posiciones en cuanto comenzamos a pagar.
Una vez tenemos creada nuestra estrategia de SEM hay que hacer un seguimiento: clics, si son cualificados, impresiones… Todo ello influye y, por tanto, habrá que ajustar aquello que no esté dando resultados.