Unicaja desaparece de España
Unicaja está desapareciendo de España. Desde 2019, la entidad malagueña ha ido perdiendo protagonismo en el mercado bancario español, incluso en su región natal, Andalucía. No obstante, la deriva del banco en el último año, en especial, a nivel directivo, ha provocado que la desaparición de la firma en el territorio español haya sido más violenta. Eso no solo supone un problema a futuro para el propio negocio, sino que también de supervivencia de la marca. Más si cabe, en un sector donde los pequeños son brutalmente absorbidos por los grandes, y con Banco Sabadell al acecho.
Pero la deriva de Unicaja no fue siempre así. Durante el primer trimestre de 2022, la entidad parecía que se había recuperado bastante bien del covid-19. En bolsa, las acciones habían casi duplicado su precio desde los mínimos del verano del 2020 y operativamente el banco funcionaba. De hecho, casi 1 de cada 10 hipotecas contratadas en España se habían firmado con Unicaja. Y ese dato, obviamente, se destacó notablemente durante la presentación de resultados de ese primer trimestre: «La entidad ha adquirido un peso relevante en el mercado hipotecario [con una cuota del 9%]».
Esos buenos tiempos, sin embargo, han pasado de largo. Y es que los últimos resultados presentados por la entidad ponen de relieve que Unicaja apenas firmó 1 de cada 20 hipotecas que se contrataron en España en todo el 2023. Al fin y al cabo, la salida de un puñado de consejeros, el cese forzoso de su consejero delegado, Manuel Menéndez, con unanimidad del consejo, la retirada del que fuera presidente durante años, Manuel Azuaga, e incluso las presiones del Banco Central Europeo (BCE) han sumido al banco en el caos.
ASÍ DESAPARECE UNICAJA DE ESPAÑA
En apenas un año, entre 2022 y 2023, Unicaja ha reducido tanto visibilidad como negocio en sus principales regiones de España de manera violenta. Una desaparición acelerada que además incluye todos los apartados del negocio, lo que ataca a su situación por dos vías: la primera, obviamente, a la hora generar ingresos, gracias a la concesión de créditos. La segunda es que limita la obtención de recursos, sus cifras en depósitos son muy malas, lo que a la larga también tiene repercusiones sobre la liquidez y la capacidad del grupo para generar crédito.
El dato más llamativo, sin duda, es el de las hipotecas: primero, porque la caída en la cuota de mercado del 37% es devastadora, al pasar del 9% al 5,6% publicado en sus últimas cuentas. En segundo lugar, porque es la entidad que menos hipotecas ha dado respecto al año anterior, con una caída cercana al 50%. En tercer lugar, porque a diferencia de otros bancos, Unicaja sí ha tenido precios competitivos en sus préstamos hipotecarios; de hecho, durante la mayor parte del año ha tenido la mejor hipoteca a tipo variable y ha colado sus hipotecas fijas entre las mejores, sin resultado.
La caída en la cuota de mercado (de hipotecas) del 37% es devastadora
Esa dramática situación tampoco mejora si se extiende a los préstamos en general. Así, por ejemplo, la cuota de mercado en crédito apenas es del 4,3%, menor que hace un año. Y si se mira con lupa las principales regiones del banco, los datos pueden ser más demoledores: en concreto, las más llamativas son las que se producen en Extremadura (-8,1%) y en Asturias (-10%). Aunque no son tan llamativas, en Cantabria o Castilla-La Mancha también cae, solo se salva Andalucía, donde gana algo de terreno.
DEL ABANDONO DE CASTILLA Y LEÓN A LAS SALIDAS DE CAPITALES
El caso de Castilla y León es el más notable. Unicaja ganó una fuerte presencia en la región tras absorber a Caja Duero. De hecho, el porcentaje de oficinas propiedad del banco en la región llegó al 21,2% en 2019. No obstante, la entidad no parecía muy cómoda tampoco con el negocio que obtiene de allí. Y es que desde entonces ha reducido prácticamente a la mitad su presencia en la región, lo que le ha llevado a perder más de un 16% en cuota de mercado en crédito y un 11,5% en cuota de mercado en depósitos.
Más allá de lo sucedido en Castilla y León, también destaca que ha reducido su presencia un 4,8% en Andalucía, lo que le ha llevado a perder un 8,5% de cuota en depósitos desde 2019. Y hasta un 25,3% en Extremadura, en un solo año, lo que implica también perder un 13,5% de cuota en los ahorros extremeños. La pérdida en la cuota de depósitos del resto de regiones no es tampoco pequeña pese a que solo han pasado 12 meses: en concreto, Asturias (-14%), Cantabria (-14,1%) y Castilla-La Mancha (-13,5%).
El caso de Castilla y León es el más notable: Unicaja ha reducido a la mitad su presencia en la región, lo que le ha llevado a perder un 16% y un 11,5% en cuota de mercado de crédito y depósitos, respectivamente.
Esas aterradoras cifras en la cuota de mercado de depósitos en sus zonas clave tienen su reflejo en el balance: de hecho, en el último año ha registrado salidas de capitales por casi 1.000 millones. Pero es especialmente duro su reflejo en la Cuenta de Pérdidas y Ganancias, ya que su pérdida de visibilidad la ha tenido que compensar con mayores pagos a los clientes: en concreto, Unicaja ha multiplicado casi por cinco los gastos por intereses, de 202 millones a 993 millones, lo que explica en parte el porqué el banco no ha obtenido los beneficios récord de sus competidores.
BANCO SABADELL Y UNICAJA: ¿DESAPACERÁ PARA SIEMPRE LA ENTIDAD MALAGUEÑA?
La última parte de la historia podría llegar en forma de una desaparición total de la marca Unicaja. La razón de fondo es sencilla: el sector bancario se ha convertido en un modelo de negocio de escala, esto es, que las entidades necesitan ser muy grandes para poder sobrevivir. Eso no es una premisa, sino que es un imperativo que reconocen analistas, banqueros y reguladores. Entonces, si una entidad como Unicaja empieza a tener problemas se convierte en una pieza apetitosa. Al fin y al cabo, a los precios que cotiza puede salir relativamente barato comprarla o fusionarse con ella.
Eso es un poco lo que está ocurriendo con Banco Sabadell. Los contactos para la adquisición o fusión no están oficialmente reconocidos, pero los ha habido. Además, al más alto nivel, según recoge la prensa. Pero tampoco es una sorpresa, ya que los bancos tienen la necesidad de comprarse unos a otros para ser más rentables y competitivos. En el caso del Sabadell, obviamente, Unicaja sería un bocado perfecto porque añadiría cerca de 100.000 millones a su balance. Eso le pondría al nivel de Banco Santander o BBVA en el país. Además, el hecho de que el banco sea una firma cotizada es un plus, ya que ayuda a que todo sea más transparente.
Aunque no todo es tan fácil. Para que se produzca una fusión deben darse unos factores. El primero es que haya un encaje geográfico adecuado, lo que no es el caso. El segundo es que haya una estructura accionarial sensata detrás, lo que podría ser más fácil. El tercero es la intención del banco de seguir adelante en solitario. En principio, esa sería la intención de Unicaja de cara al futuro, para ello ha renovado la cara del banco y está trabajando en levantarlo. Pero conseguirlo no es tan fácil, en especial, si sigue desapareciendo como está haciendo hasta ahora, ya que así solo consigue exponerse en un mar de gigantes hambrientos.