Elías reta al temido Citadel en Audax: ¿Una guerra (fingida) donde ambos ganan?
El accionariado de Audax se ha convertido en un campo de batalla. Las malos resultados de la compañía permitieron a los bajistas, que son hasta cuatro, tumbar las acciones. Así, en apenas tres sesiones, la firma energética perdió más de un 20% de su valor. Una oportunidad que aprovecharon los fondos para cerrar parte de sus posiciones. Pero ni mucho menos acaba ahí la cosa. Para está semana se espera la contienda entre el único hedge que ha aumentado su apuesta en corto, Citadel, y el presidente de la empresa, José Elías, que está recomprando acciones.
Los días frenéticos de la firma dedicada a las energías renovables comenzaron el pasado 30 de septiembre. Ese mismo jueves, Audax presentaba unas cuentas nefastas con pérdidas y, todavía peor, una deuda neta disparada (en un 83%) y unos costes al alza por la inflación de las materias primas. La combinación de elementos perfectos que estaban esperando los cuatro hedge funds (Citadel, Linden, Polar y D. E. Shaw) para tumbar la acción en una operación relámpago. Aunque también es cierto que ya habían logrado erosionar la cotización de la compañía.
Pero la virulencia de ese 30 de septiembre no se había visto. Así, a primera hora se soltaron miles de acciones, podría haber sido Citadel quien, junto al desconcierto de los inversores por las malas cuentas, provocara una sobreoferta de títulos que empujó con fuerza a la baja el precio. Para el resto del trabajo ya no necesitaban mucho más: primero, porque se logró hacer saltar los llamados stop loss, ventas automáticas cuando un valor cae a por debajo de un nivel. Segundo, porque al retroalimentarse esas caídas se generó un pánico entre los minoristas que les llevó a vender sus títulos. El resumen fue un desplome del 13,27%.
CITADEL PODRÍA HABER LIDERADO EL ATAQUE CONTRA AUDAX
Todavía habría más. Al día siguiente, el viernes 1 de octubre, los títulos de Audax retrocedieron otro 5,6%. Y, a su vez, también caería en las sesiones siguientes: el 4 retrocedió casi un 3%, el 5 un 0,21% y el día 6, algo más de un 0,6%. Con semejante registro, los fondos bajistas, que llevaban aguardando en el accionariado de la firma durante meses, simplemente se limitaron a recoger su botín. Así, se dedicaron durante esos días a recomprar los títulos que habían soltado previamente para cerrar sus posiciones.
Polar lo hizo el 4 de octubre al pasar de un 0,82 a un 0,69%, y D. E. Shaw el día 6, al reducir su posición corta del 1,09 al 0,9%. Sin embargo, los porcentajes que todavía permanecen en la CNMV delatan que ambos siguen apostando porque el precio de la acción siga cayendo próximamente. Además, Linden todavía no se ha movido para cerrar su apuesta desde que el pasado mes de junio la redujese del 1,29 al 1,18%. Por último, y todavía más desafiante, está la operación de Citadel, el fondo más conocido (y temido), que no solo no recortó su envite, sino que lo incrementó notablemente.
Así, el fondo bajista ha notificado a la CNMV hasta tres incrementos de su posición durante distintos días. En concreto, Citadel notificó a la CNMV que el 4 de octubre pasó del 1,88 al 1,95%. Un día después subió su apuesta en contra de Audax hasta el 2,55% y, en la siguiente sesión, volvió a informar de que esa cantidad ascendía al 2,7%. La postura de los gestores del fondo estadounidense tiene dos explicaciones: la primera es que crea que las acciones todavía van a caer mucho más. Algo poco probable, por el momento.
ELÍAS ENTRE LOS BENEFICIADOS AL COMPRAR BARATO Y VENDER CARO
La segunda es que ejecutara esas operaciones para ayudar a tumbar la acción. Una opción preocupante para los accionistas de Audax. La razón es sencilla, y es que si Citadel ha ejecutado ese movimiento y los otros fondos han obtenido fuertes plusvalías, ahora, es de esperar que se pueda repetir a la inversa y que el gigante cierre su posición con ganancias próximamente. Sea como fuere, no es la primera vez que se ve un ataque organizado por parte de este tipo de firmas y es más que probable que no sea la última.
Aunque la caída de la cotización no ha sido una mala noticia para todos en Audax. Uno de ellos, de nuevo, ha vuelto a saber sortear bien el contratiempo, se trata del Elías. El joven multimillonario español, últimamente más conocido por su aparición como avalista de Joan Laporta, aprovechó el derrumbe de las acciones para recomprar hasta 3,5 millones. En concreto, el ejecutivo utilizó su nuevo brazo de inversión con el que adquirió La Sirena, Excelsior Times, para obtener algo más de tres millones de acciones, este 5 de octubre. Un día después compró otras 416.000.
El movimiento de Elías se ha vuelto a ver de manera controvertida por los minoristas de Audax. Unos creen que el presidente de la firma intentó frenar el ataque de Citadel, y el resto de bajistas, con sus compras. Los otros le culpan de aprovecharse. Al fin y al cabo, vendió acciones el mismo día que se presentaron las cuentas, él es el mayor prestamista (a través del Goldman Sachs) de acciones de esos mismos fondos y el que más se ha beneficiado de las caídas al comprar barato. En todo ello no hay nada seguro salvo una cosa: el accionariado de Audax va a estar muy movido.