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Banco Santander encalla en la región fetiche de Ana Botín

Pedro Ruiz| 26 de abril de 2022

Banco Santander se ha convertido en la gran incógnita del día. La entidad cántabra ha presentado los resultados del primer trimestre que a priori parecen más que buenos. Con un crecimiento notable de los beneficios, más 58% respecto al de hace un año, gracias a la buena evolución de su negocio core, ingresos y comisiones. De hecho, a primera hora las acciones de la firma subían un 3%. Pero también deja dudas, en especial, en términos de costes por la inflación y el débil desempeño en algunas regiones. En concreto, en Estados Unidos, el mercado fetiche de Ana Botín,

La región norteamericana está atenazada por algunos problemas importantes. En primer lugar macroeconómicos. Así, Estados Unidos está aquejada de una inflación estructural muy alta, y es que la subyacente, una vez se descuentan los datos de la energía, es el doble que en Europa. Eso, a su vez, implica que los costes del negocio están creciendo rápidamente, de hecho, en el primer trimestre de 2022 han sido hasta un 6,7% superiores a los de hace un año. Incluso, cuando Banco Santander ha reducido plantilla un 2,8% y el número de oficinas hasta un 14,5%.

Además, los ingresos también se resienten al caer un 5%, afectado por las dos patas fundamentales de su negocio. Los intereses, por “la presión de tipos”, y la caída de las comisiones de un 10% debido a “la normalización en CIB [banca corporativa y de inversión] y por las iniciativas de comisiones en depósitos en Consumo”. Por último, la entidad señala que “las dotaciones por insolvencias se duplican por la normalización del crédito y las menores liberaciones”. En definitiva, el beneficio cae hasta en un 9% respecto al del año pasado, lo que diluye el peso sobre el resultado total del grupo del 28% al 22,9%.

 

ESTADOS UNIDOS YA TUMBÓ LAS ESPERANZAS DE BBVA

El último problema macroeconómico al que se enfrenta la entidad en la región es el riesgo a que se produzca una recesión próximamente. De hecho, los analistas creen que la probabilidad de que la economía estadounidense encadene varios trimestres con caídas en el PIB asciende al 40%. Aunque en las próximas semanas la cifra podría revisarse al alza, superando el 50%, para ajustarse a las declaraciones del presidente de la FED, Jerome Powell, de ejecutar una política monetaria mucho más estricta. Unas medidas que deben enfriar la economía y que repercutirán en el balance del banco.

Pero no solo es el difícil contexto macroeconómico al que se enfrenta el Santander en Estados Unidos. Al fin y al cabo, el negocio bancario siempre está muy ligado a la evolución de los ciclos económicos. Quizás el mayor problema en el difícil encaje de la entidad en un sector en plena concentración y con una competencia muy fuerte. Así, el negocio bancario estadounidense es el campo de batalla por excelencia entre las dos corrientes actuales que sacuden al sector en todo el mundo. Una guerra encarnizada entre los bancos tradicionales para ganar escala y poder competir con los gigantes tecnológicos.

 

 

Ese panorama no es distinto al que se vive, por ejemplo en España, pero el grado de intensidad es mucho mayor. En primer lugar, por el tamaño de los competidores locales. Sin ir más lejos, BBVA vendió la práctica totalidad de su negocio porque le era imposible seguir con la escala que tenía. Y a su comprador, PNC, que se gasto más de 10.000 millones de dólares solo le sirvió para convertirse en el quinto banco más grande del país. En otras palabras, cualquier movimiento corporativo implica un desembolso excesivo incluso para Banco Santander.

 

BANCO SANTANDER PIERDE CLIENTES DIGITALES Y VINCULADOS EN EE.UU.

En segundo lugar, la competencia que hacen los gigantes tecnológicos en materia bancaria en Estados Unidos no tiene parangón con ninguna otra parte del mundo. Así, en los últimos años Facebook (ahora Meta) da la posibilidad de ejecutar transferencias a través de su plataforma social, Apple tiene una tarjeta de crédito ya consolidada en el país y Google permite desde el año pasado abrir una cuenta bancaria para sus usuarios. Incluso, otros gigantes como la china Alibaba funcionan en parte como un banco más, de hecho, permite solicitar créditos. Además, a esa lista de titanes se les añade otras firmas, como Walmart, que compiten en algunas áreas como el crédito al consumo.

La suma de todos esos factores se ha dejado ver en las cifras de Banco Santander en Estados Unidos. Más allá de las económicas, con caídas de ingresos y aumentos de costes, son todavía más significativas la evolución de clientes. En concreto, la entidad cántabra ha perdido hasta un 6,2% de clientes vinculados respecto al mismo trimestre de 2021, un quebranto que se ha concentrado en los últimos tres meses. De hecho, entre enero y marzo de 2022 la cifra de vinculados se desplomó hasta un 4,6%. En cuanto a los clientes digitales, la cifra también cedió un 0,1%.

En definitiva, que la situación de la entidad en Estados Unidos se ha encallado. Un problema importante, ya que Botín siempre ha defendido que se trata de un país clave para el futuro de Banco Santander. “Estamos listos para crecer (…) Hay mucho crecimiento aquí y vamos a ser rentables”, aseguraba la presidenta de la firma cántabra con respecto a Estados Unidos en 2019. En ese momento también aseguraba que podían “crecer orgánicamente”, aunque esa opción (cómo se ha visto) es cada vez más difícil. Una salida es apostar por una operación de compra de gran calado, pero eso exigiría vender otros territorios.

Botín remarcó entonces (y lo ha seguido haciendo) que “Estados Unidos es una parte muy importante del Santander”. Ahora es el turno de demostrar si es más o menos importante que otras regiones, como por ejemplo ¿Reino Unido?

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