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Star Wars: el fin de la trilogía de trilogías

Jesús Casañas| 19 de diciembre de 2019

La galaxia muy, muy lejana llega a su fin. Al menos, de momento. El 20 de diciembre se estrena Star Wars: El ascenso de Skywalker, la novena entrega del canon oficial. Recapitulamos los nueve episodios de la saga galáctica más famosa de todos los tiempos.

En 1977, un todavía desconocido George Lucas cambiaría el rumbo de la ciencia-ficción para siempre. Su tercer largometraje supondría un hito en la historia del cine, convirtiéndose en la película más taquillera hasta ese momento y llevándose diez nominaciones a los Oscar de las que se materializarían seis. Star Wars (La guerra de las galaxias) supo enganchar al público con sus aventuras espaciales, su épica de corte filosófico, sus criaturas extraterrestres y sus efectos especiales. Luke Skywalker (Mark Hammil), la Princesa Leia (Carrie Fisher) y Han Solo (Harrison Ford) se convertirían en los héroes de medio planeta, mientras que Darth Vader (David Prowse) entraría por derecho propio en lo más alto de la galería de villanos de la cultura popular.

El éxito traería tres años después la inevitable secuela, El imperio contraataca (1980). Harto del estrés al que se vio sometido en la anterior, Lucas delegó el trabajo sucio de su nueva película en terceras personas. El guion (basado en una historia suya) correría a cargo de Lawrence Kasdan y Leigh Brackett, mientras que la dirección recaería en Irvin Kershner. Aquí conoceríamos a Yoda, el entrañable maestro de Obi-Wan Kenobi (Alec Guinness), y descubriríamos que Vader no es otro que el padre de Skywalker.

La trilogía original se cerraría en 1983 con El retorno del Jedi, donde Lucas seguiría centrándose en las labores creativas (escribir y producir), otorgando la dirección a Richard Marquand y firmando el guion una vez más junto a Lawrence Kasdan. El triángulo amoroso entre los protagonistas se resolvería con un nuevo giro de guion: Leia y Luke son hermanos. Los rebeldes lograrían vencer por fin al emperador desde la luna de Endor, planeta natal de los ewoks, una suerte de ositos de peluche que despertarían la admiración de los más pequeños y el rechazo del público más ortodoxo.

En los 90, Lucas decidió realizar una nueva trilogía a modo de precuela centrándose en la vida de Anakin Skywalker, desde su niñez hasta su transformación en Darth Vader (argumentando que cuando comenzó esta aventura no existía la tecnología capaz de recrear lo que tenía en la cabeza para estas tres primeras). Renombraría los títulos de las anteriores (que pasarían a ser los episodios IV, V y VI) y las reestrenaría en una nueva versión digital con escenas modificadas y añadidas. En 1999 llegaría Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma, con el personaje más odiado de la franquicia: Jar Jar Binks.

Para la segunda entrega, El ataque de los clones (2002), ficharía a Hayden Christensen como el Anakin adulto, que mientras termina sus aprendizajes jedi tiene tiempo de enamorarse de Padmé Amidala (Natalie Portman). Se cerraría con La venganza de los Sith (2005), sin duda la mejor de las tres precuelas, donde el protagonista termina de dejarse seducir por el lado oscuro. La nueva trilogía vino cargada de críticas negativas: exceso de efectos digitales, falta de química entre Portman y Christensen, incongruencias con la trilogía original… Como puntos positivos, la oportunidad de ver a actores de la talla de Ewan McGregor o Samuel L. Jackson y de asistir a la gestación de uno de los villanos más carismáticos del séptimo arte.

Lucas consiguió vencer a la tentación de realizar más películas oficiales, pero convencido de que la saga le sobreviviría, en 2012 vendió su productora Lucasfilm a The Walt Disney Company. La multinacional no tardó en anunciar su intención de estrenar una nueva trilogía de secuelas cuya acción se desarrollaría 30 años después de El retorno del Jedi, y que intercalaría con diversos spin-offs. El descontento de los fans sería máximo al confirmarse que las nuevas películas ignorarían todo lo ocurrido en las secuelas que ya existían en otros formatos (novelas, cómics, videojuegos… El denominado “universo expandido”) y sentarían un nuevo canon.

Star Wars: Episodio XII – El despertar de la fuerza se estrenó en 2015 con el nuevo gurú del cine de género, J.J. Abrams, al frente del proyecto, que no dudó en repetir prácticamente la historia que ya habíamos visto en la película original con nuevos personajes, algo tan aplaudido como abucheado por el público (y el propio Lucas). Daisy Ridley (Rey) es la nueva protagonista femenina, con John Boyega (Finn) como compañero de aventuras y Adam Driver (Kylo Ren) como el nuevo malo. También contó con gran parte del reparto original, incluyendo a Harrison Ford y Carrie Fisher.

 

Los últimos Jedi (2017, dirigida por Rian Johnson) supondría el regreso por todo lo alto de Mark Hammil como Luke, que accede a instruir a Rey en los caminos de la fuerza. Abrams vuelve a la franquicia para dirigir su último capítulo, El ascenso de Skywalker, que se estrenará el 20 de diciembre poniendo fin a una trilogía que ha generado división de opiniones entre crítica y público. Ya se habla de una nueva trilogía que estaría a cargo de los creadores de Juego de tronos, exenta de Skywalkers y ambientada en los tiempos de la Antigua República, pero de momento estas navidades asistiremos al final de la saga oficial. Que la fuerza os acompañe.

 

Texto: Jesús Casañas / Fotos: The Walt Disney Company / StarWars.com

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