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Ivana Baquero: «Cuando gané el Goya, me di cuenta de que esto era lo mío»

Jesús Casañas| 20 de marzo de 2024

Ivana Baquero empezó en el cine de terror con apenas 8 años de la mano de Paco Plaza y Jaume Balagueró, pero fue el mexicano Guillermo del Toro quien la encumbró gracias a su primer papel protagonista en El laberinto del fauno. Aquello le permitió cruzar el charco e introducirse en el circuito de las producciones hollywoodienses. Ya siendo adulta, ha buscado la transición hacia todo tipo de registros y géneros. Todo mientras estudia la carrera de Derecho. Ivana Baquero contesta a nuestras preguntas desde su Barcelona natal, donde está pasando una temporada aprovechando su último rodaje.

Tu primera película fue Romasanta: La caza de la bestia (2004), de Paco Plaza. ¿Cómo surgió? ¿Te gustaba el mundo de la interpretación?
Empecé por casualidad realmente. Fueron a mi escuela a hacer un casting porque buscaban a una niña que hablara inglés. Yo iba a la Escuela Americana y de todas las niñas me escogieron a mí. Así empecé. Se rodó en Galicia, me acuerdo, y me encantó la experiencia. Viajé con la película, me fui a otros sitios, fue muy bonito para ser mi primer proyecto.

En 2005 repites con Paco Plaza en Cuento de Navidad y ruedas con Jaume Balagueró Frágiles. Dos de nuestros directores de terror más consagrados. A aquellos rodajes te acompañaba tu madre, ¿veías luego las películas o daban demasiado miedo para una niña?
Tuve la ‘suerte’ de ser hija única y mis padres siempre podían estar pendientes. Mi madre me acompañaba, mi padre venía cuando podía también. Fue la razón por la que pude continuar en la interpretación durante tanto tiempo. Mi madre siempre estaba allí muy pendiente, cosa que agradezco. Tener a esa persona adulta que vela por ti es fundamental para un actor, porque al final es un mundo de adultos. Estás rodeada de cosas que a lo mejor no son apropiadas para tu edad y sí que necesitas de alguien que te proteja. Pero no me daba miedo ver las películas. Empecé ya con películas de género, así que ya estaba acostumbrada a la sangre, a los cuerpos descuartizados… Luego, cuando veía la película, no me impactaba tanto porque ya sabía lo que habíamos rodado.

El laberinto del fauno (2006) fue tu primer papel protagonista de la mano de Guillermo del Toro. Arrojó todas las miradas sobre ti. ¿Fue el antes y el después?
Totalmente, fue un trampolín en mi carrera. La película fue a los Oscar, a los Golden Globe, a Cannes… y luego, en España, también tuvo una trayectoria muy larga de festivales, de premios, los Goya… Diría que ha sido uno de los proyectos que han tenido más impacto tanto a nivel personal como profesional en mi carrera, aun siendo tan pequeñita.

Te supuso un montón de premios, entre ellos el Goya a mejor actriz revelación. ¿Qué suponen para ti este tipo de reconocimientos?
Me lo tomé como una forma de ser aceptada por la industria y por mis compañeros. De tomármelo más en serio si cabe, porque aunque para mí ya era un trabajo, sí que es verdad que al principio, cuando era pequeñita, no tenía claro que necesariamente iba a ser esto para toda la vida. No sabía qué me deparaba el futuro, pero ganar el Goya fue la forma de darme cuenta de que igual sí que era lo mío, que se me daba realmente bien, que tenía que aprovechar este camino y esta oportunidad al máximo, que era esto lo que quería hacer el resto de mi vida.

En 2009 haces de la hija de Kevin Costner en La otra hija. ¿Fue tu primera película internacional?
Antes ya había hecho coproducciones internacionales. Con Alemania, con Francia, como La mujer del anarquista, por ejemplo, y El laberinto del fauno, que también era parte mexicana y parte española. Pero La otra hija sí que fue la primera película americana, y desde luego me abrió muchas puertas en EE.UU. Obtuve un representante, que es muy importante para poder adentrarte en la industria. A partir de ahí, empecé a trabajar más allí, pero para mí fue una transición bastante natural. Al haber ido a la Escuela Americana, hubiera sido actriz o cualquier otra cosa, pero siempre me veía de alguna forma en EE.UU.

A partir de aquí se te abre el mundo de las grandes producciones de Hollywood: Las crónicas de Shannara, Black Friday, Feedback… ¿Qué diferencias encuentras con las producciones españolas?
La magnitud, quizá. Históricamente hablando hay mucho más presupuesto en un proyecto de Hollywood, y sí que se nota porque los equipos son más grandes, el despliegue es mucho mayor, tienes más tiempo de rodaje para el planning, para ir a las distintas localizaciones… Pero también, para ser justas, la industria ha ido cambiando en los últimos años y, con la llegada de las plataformas a España y a Europa, se están haciendo muy grandes producciones. Se está igualando. Y luego, a nivel artístico, francamente no hay mucha diferencia, porque en ambos países al final las historias que se cuentan tienen el mismo valor, y sea una producción grande o pequeña, al final cuando pisas el set como actriz te da igual si hay doscientas personas a tu alrededor o si hay cinco, el trabajo al final es el mismo.

Compaginas la interpretación con la carrera de Derecho.
La hago online, los exámenes son presenciales y voy poquito a poco. El objetivo nunca fue ejercer la abogacía, sino, simplemente, formarme porque me interesaba. En vez de leerme otro libro, me leía el Código Civil y aprovechaba. Sigo haciéndola, de hecho acabo de terminar los exámenes de este semestre. Hago un par de asignaturas al año, o sea que va para largo.

Muchos de tus papeles han sido en cintas de género. ¿Es lo que más te gusta a ti a nivel personal o simplemente te vino así?
Empecé un poco por casualidad. En las pelis de terror suele haber una niña pequeñita, fue más fácil acceder por ahí. Y luego es verdad que el género siempre me ha acompañado. He tenido la suerte de hacer producciones de fantasía, de terror, muy gores incluso, y las he disfrutado mucho, me sentía muy atraída por este tipo de proyectos. Yo soy consumidora de ellos también, mi género favorito es el de la fantasía, y de alguna forma ha sido muy apropiado para mí. Pero conforme me he ido haciendo más mayor he buscado una transición a géneros más de drama, de actualidad o de acción.

Has hecho papeles más arriesgados, como el de Aurora en Demonios tus ojos (2017). Imagino que te gusta ir variando de registro.
Totalmente. Es lo más divertido al final. Haces una serie varios años con un personaje concreto, que es apasionante y muy divertido, pero te apetece romper y probar otra cosa distinta. Es lo que me divierte de la interpretación, de repente un día eres malvada y otro día haces una película de acción.

Lo último que has rodado es Offline, cortometraje de Gerard Vidal Cortés. Se ha rodado en viñedos de Jumilla (Murcia). ¿De qué va?
Es muy actual. Habla de la inteligencia artificial, del peligro que tiene depender demasiado de ella y de la importancia de la conexión humana. Está muy bien logrado, es un contraste precioso entre la tecnología con lo que es un lugar mucho más humano y terrestre como son los viñedos. Es un proyecto que me apetecía muchísimo, lo he rodado en España y he aprovechado para pasar aquí una temporada.

Ivana Baquero en una escena de ‘Offline’, de Gerard Vidal Cortés. Foto (c) Maité Villarruel.

Has hecho mucho cine y mucha televisión. ¿Alguna vez le has dado al teatro?
Nunca he hecho teatro, ni siquiera empecé con las típicas obras de teatro que suelen hacer los niños. Empecé directamente en la pantalla. Tiene su propia técnica, una tiene que formarse para ser una buena actriz de teatro, le tengo muchísimo respeto. Con un proyecto acertado sí que me interesaría probar.

¿Y detrás de la cámara? ¿Te ves dirigiendo, escribiendo guiones o produciendo?
Sí, y me gusta mucho porque siempre me ha gustado escribir, contar historias delante y detrás de las cámaras. También me interesa el lado de la producción, montar un proyecto desde el principio.

Fotografías: (c) Rubén Suárez / (c) Maité Villarruel

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