Alcaraz reclama su lugar en la historia: ¿el comienzo de un nuevo reinado?
Para hacerse una idea de lo que significó la jornada tenística del pasado 16 de julio, sirva el hecho de que es difícil quedarse con un solo momento. En cuanto al partido, el torbellino de golpes, carreras y devoluciones estéticas hace difícil quedarse con uno; se podría decir que el segundo punto del último juego del partido podría serlo, pero tampoco sería justo olvidarse del impresionante duelo de iguales en el tercer set o la resolución del tie break en el segundo. Eso también vale para el postpartido, ya que ver al español Carlos Alcaraz levantar el trofeo en la pista central del All England Lawn fue casi místico, pero no se quedaron atrás las lágrimas de Juan Carlos Ferrero, su entrenador, o las palabras de Novak Djokovic, el vencido.
“Su juego consiste en una mezcla de determinados elementos de Roger, Rafa y míos. Estoy de acuerdo con eso. Tiene lo mejor de los tres mundos”. Esas palabras de Djokovic son quizás el mensaje que con más fuerza se ha quedado grabado en todos, tras la final de Wimbledon. La razón es fácil de entender, ya que abren la puerta a lo que piensa todo el mundo: que Carlos Alcaraz puede ser el próximo gran dominador del tenis mundial en la próxima década o década y media. Eso de por sí parece demasiado obstinado pensarlo, pero si te lo dice el mejor tenista de todos los tiempos (al menos por títulos ganados) la cosa es diferente.
Las palabras de Djokovic son también inteligentes (y muy importantes para el tenis mundial), ya que abren la puerta a una nueva rivalidad icónica en los próximos años: “Tiene una gran resiliencia mental y una gran madurez para alguien que tiene 20 años. Es impresionante. Tiene esa mentalidad de toro español y esa competitividad y espíritu de lucha que hemos visto en Rafa durante tantos años. Tiene reveses deslizándose y algunas similitudes con mis golpes. Nunca he jugado contra un tenista como él en mi carrera. Roger y Rafa tienen sus propias fortalezas y debilidades”.
¿CÓMO ES DE COMPLETO CARLOS ALCARAZ?
Djokovic acabó su intervención (y como colofón a toda esa descripción de su juego) con un paradigmático “Carlos es muy completo”. Una frase muy corta, pero que esconde un gran significado. Obviamente, hay una parte importante de cortesía por parte del serbio para halagar a un rival que le acaba de ganar después de cinco horas compartiendo la cancha, pero hay una realidad detrás de esa cortesía y es que el juego del español, realmente, es como lo define su rival. Algo que tampoco es extraño, ya que más allá de eruditos, los que de verdad conocen a sus rivales son los propios tenistas.
En esto, desarrollar un juego propio apoyado en los mejores, Alcaraz ha tenido más ayuda que el resto: ha contemplado la mejor era del tenis mundial y a los probablemente tres mejores de la historia. Eso es un buen punto de partida para intentar analizar su juego. Si pensamos en Federer, decía Roberto Carretero en los inicios de Alcaraz que “tiene muy buenas posiciones y apoyos para generar potencia, siempre llega bien, se pone bien detrás de la pelota, saca muy bien la mano. En el momento del golpeo se puede comparar con la de Roger Federer”.
Esa manera de jugar ‘Federesca’ se pudo apreciar a lo largo de todo Wimbledon. También el hecho de que sea el jugador más joven que levanta dicho trofeo. Pero hay mucho más en Alcaraz, obviamente. En algún momento de la final vimos como sus golpes ganaban una altura con la que Djokovic no parecía sentirse a gusto, lo que no es decir poco. Hasta ahora, esa era una de las grandes especialidades de Nadal, con su top spin, pero el joven español utilizó esa misma fórmula para forzar al serbio y también frenar sus acometidas con el revés. Pero si algo tiene el joven español de su mentor manacorí en el circuito es la resiliencia mental para encarar los partidos: “Mentalidad de toro español”, diría acertadamente el número 2 del mundo.
Pero en Alcaraz también hay mucho de Djokovic. El revés a dos manos contundente, esa agilidad de piernas para devolver golpes inverosímiles y un juego plano (cuando toca jugarlo) de esquina a esquina que incluso dejó sin aire al serbio. De hecho, esa fue una de las claves en muchos momentos del partido, la de arrojar contra su rival un vendaval de golpes que volaban de un lado a otro y que doblegó las piernas del número 2 del mundo como no se había visto en muchas otras ocasiones. El murciano ganó en un quinto set al que llegó más entero y fresco.
La tarde tenística de este 16 de julio será ya recordada como una de las grandes veladas de la historia. El simple hecho de ver cómo Djokovic perdía un partido en la central inglesa, la primera en 10 años, ya merece la pena. Pero también puede serlo por ser el inicio de algo mucho más grande. Aunque todavía queda mucho. Al fin y al cabo, Djokovic ha perdido otras finales contra jóvenes tenistas. Eso sí, lo que ya sí parece es el inicio de una nueva gran rivalidad, como reconoció el serbio: “Espero que juguemos en el Abierto de Estados Unidos, ¿por qué no? Sería bueno para el deporte, que el 1 y el 2 del mundo se enfrentarán en partidos de cinco horas, a cinco sets. No podría haber nada mejor para nuestro deporte».
