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Audax ante un colapso: Elías recompra títulos desesperado y Citadel aumenta su ataque

Pedro Ruiz| 22 de octubre de 2021

Audax Renovables puede estar en peligro de colapso. Una situación que parece remota, pero que cada vez resuena más en los círculos financieros españoles. Así, la compañía energética concentra en la actualidad todos los males que encienden las alarmas rojas entre los analistas. Una deuda disparada al calor de una burbuja, la del sector de las renovables, que parece haber explotado y tensionado el mercado energético. Un pinchazo que complica el entorno operativo del sector y hace difícil poder repagar su endeudamiento. Un escenario que ha atraído a los depredadores, cuatro fondos bajistas, encabezados por el más sanguinario conocido, Citadel.

Y es que quizás lo peor es que no parece un ataque normal. En primer lugar, porque la congregación de fondos invertidos a la baja contra Audax es anómalo en la bolsa española. Incluso para las compañías especializadas en energías renovables que han vivido primero un boom y, más tarde, una caída a los infiernos. Solaria, por ejemplo, tiene tres (uno menos), pero con una participación casi un 40% inferior. Solarpack, por su parte, no tiene ningún bajista que declare un porcentaje superior al 0,5%, en parte, porque está en un proceso de compra. Incluso la más pequeña Soltec se ve amenazada por este tipo de depredadores, según la CNMV.

En segundo lugar, porque presuntamente ya habrían obtenido su botín. Así, la presentación de las nefastas cuentas semestrales de la compañía hundió sus acciones en cerca de un 25% en apenas un par de sesiones. De hecho, si se pone el contador en el momento que los fondos entraron, allá por noviembre de 2020, la caída es todavía mayor y se acerca al 40%. Ese colapso se traduce directamente en ganancias latentes para dichos fondos, que simplemente deben cerrar la posición (esto es comprar acciones) para obtenerlas.

 

CITADEL SUPERA EL 3% APOSTADO CONTRA AUDAX

De hecho, eso fue lo que hizo uno de los fondos: Polar AM. En concreto, el hedge fund canadiense notificó a la CNMV que el pasado 1 de octubre redujo su posición bajista. En concreto, Polar pasó de tener apostado contra Audax un 0,82% de su capital social a un 0,69%. En términos de precios, la primera aparición de la firma de inversión fue a un precio de 2,10 euros, con un 1,8%, mientras que la recompra de acciones, para devolverlas a su prestador, se produjo a 1,38 euros. Una jugada casi maestra.

La rentabilidad cerca al 40% de la operación parecía indicar que el resto de fondos actuarían igual. Es más, otro de ellos, D. E. Shaw, también redujo su posición del 1,09 al 0,9% o, lo que es lo mismo, hizo líquidas sus ganancias el 6 de octubre. Así, la firma neoyorquina seguía a la canadiense y reforzaba esa idea. Pero algo no cuadraba. El tercero en discordia, Linden Advisors, mantuvo su posición intacta durante aquellos días. Y lo más extraño fue que, durante el 4 de octubre, el gigante Citadel aumentaba levemente su apuesta en contra de Audax, al pasar del 1,88 al 1,95%.

Todo saltaría por los aires cuando el considerado mayor fondo de cobertura del mundo incrementó notablemente su apuesta contra la compañía: en un par de días escaló del 1,95 al 2,7%. Una semana después superaba el 2,9% y, recientemente, ha sobrepasado el 3%. Un ataque virulento que no se ha visto en otras compañías actualmente, en muy pocas compañías ningún fondo mantiene una posición bajista tan elevada y menos de la envergadura de Citadel. Y que recuerda, desgraciadamente, a otros asaltos bestiales a firmas como Banco Popular, OHL o Día que terminaron borrando hasta un 90% del valor de las compañías.

 

EL INTENTO DESESPERADO DE ELÍAS DE FRENAR EL GOLPE

Aún parece un escenario remoto, pero las malas cuentas de Audax y su caída vertical solo han propiciado que los fondos aumenten su envite. De hecho, el propio D. E. Shaw, que había reducido su posición a principios de octubre, la volvió a elevar hasta un máximo -para ellos- del 1,17%. En total, la firma española acumula hasta un 6,05% de su capital social apostado en su contra, el máximo que sus accionistas hayan visto nunca. Una posición que asusta, y mucho, a los minoristas y que ha llevado a que el propio presidente de la compañía, el multimillonario José Elías, se haya lanzado a recomprar acciones.

Así, el magnate ha estado adquiriendo títulos de la firma, de la que posee más de un 77% del capital, prácticamente en cada sesión de octubre. El 10 de octubre notificó ante la CNMV que había comprado hasta 3,5 millones de títulos en el acumulado de los días previos. Recientemente, Elías remitió al regulador de los mercados otra notificación para mostrar que había comprado 2,4 millones de acciones más entre el 13 y el 19 de octubre. Su posición puede ser la de contrapeso para mantener las acciones, incluso la de beneficiarse de sus precios más bajos.

Pero el movimiento parece más desesperado: reducir el volumen de acciones que posee Goldman Sachs y que este cede a terceros. Aquí entra otra figura imprescindible en todo el entramado que atañe a bajistas y empresas en problemas, el prestador de las acciones. Además, la firma es un viejo conocido en ayudar a que los fondos de cobertura desfalquen a esas compañías cotizadas que pasan por problemas. De hecho, el banco estadounidense, del que se decía que controlaba el mundo, ya estuvo presente en el asalto de Día por parte de Mikhail Fridman.

 

GOLDMAN SACHS, AGENTE DOBLE EN AUDAX

De hecho, todo empieza con Goldman Sachs. Así, el 20 de noviembre del año pasado, Audax completaba una emisión de bonos ‘verdes’ sénior no garantizados por 125 millones de euros, eventualmente convertibles en acciones ordinarias, según señalo la propia compañía. Una operación que fue dirigida por el propio banco de inversión y la entidad francesa BNP Paribas y que se ejecutó para que la compañía lograse más liquidez para desarrollar sus proyectos renovables. Pero el pago, quizás, fue demasiado alto y es que la firma tuvo que entregar una parte del capital social de la sociedad.

Un porcentaje de acciones que antes, incluso, de cerrarse la operación, ya estaba en manos de los bajistas. En concreto, Goldman Sachs notificó el 18 de noviembre que poseía un 4,679% de los títulos de Audax, un día más tarde informó de que ese porcentaje había escalado hasta el 5,86%, prácticamente su totalidad a través de derivados financieros. Ese mismo 19 de noviembre, la CNMV comunicó que tres fondos habían abierto posiciones bajistas en la firma española. Estos eran Citadel con un 0,84%, D. E. Shaw con un 0,56% y Polar con un 1,8%.

Un mes más tarde, Audax volvía a emitir otros 200 millones en bonos verdes. Un movimiento que ayudó a Goldman Sachs a seguir elevando el porcentaje que atesoraba de la firma española y, a su vez, prestarlo a terceros. El máximo lo alcanzó el pasado mes de agosto cuando controlaba cerca de un 8,5%. Ahora, tras las recompras forzadas por Elías, su última posición asciende a un 3,6%, pero no ha logrado reducir la posición de los cortos. Así, mientras Elías compra y las acciones prosiguen su remontada, los bajistas parecen aguardar a un susto que podría ser mayor que un simple ‘profit warning’.

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