Diana de Gales, la Lady que llegó a cambiar la moda en cinco pasos

Este 1 de julio, Diana Spencer soplaría 61 velas. Sin embargo, el coche en el que viajaba sufrió un accidente automovilístico en la madrugada del 31 de agosto de 1997. Tenía 36 años. Pese a ello, este suceso inesperado culminó por avivar, hasta lo inimaginable, la figura de la eterna Diana de Gales.

El azar, la mala suerte y un sinfín de innumerables conspiraciones avivan cada año este trágico momento; se busca encontrar un porqué, una razón que ayude a sus fervientes seguidores a satisfacer esa eterna lista de preguntas que, probablemente, jamás llegue a obtener una resolución.  O, al menos, de manera pública. Un misterio que no cesa de revolverse y escaparse enfatizando que, pese al ya citado transcurso de los años, la vida de la que fue la princesa de Gales no ha cesado de estar bajo el escrutinio público.

Se podría afirmar con rotundidad que se conoce todo sobre ella. Su infancia dominada por las discusiones familiares, su historia de amor prematura enseñada en su totalidad sin pudor en las portadas y sus más que ocasionales visitas al baño donde con una “autopurga” buscaba paliar sus inseguridades, sus nervios y su talla de pantalón. Tal vez, es lo infausto de su vida lo que incentivó que su papel en la moda no haya cesado de acrecentarse siendo, hoy en día, un indiscutible referente en la industria textil.

DIANA DE GALES Y LA MODA: SU RELACIÓN MÁS PERFECTA

Entre tejidos, cortes y patrones, la presencia de Diana adquiría seguridad; el amargor de sus vivencias se perdía entre su amplio surtido de vestidos holgados, chaquetas y tocados fieles a la etiqueta Ascot para finalmente, con un sonado divorcio, alzarse libre entre telas más ajustadas, causas solidarias y flashes más ligeros que terminaron por instar y alzar a un verdadero icono de la moda.

Los eventos y sus citas de etiqueta royal asediaron su agenda tal y como los propios paparazzis hicieron en la puerta de su casa, sin embargo, en esta ocasión nos olvidamos de sus estilismos más célebres para recordar esos looks que sí marcaron un antes y un después.

Flores, joyas y protocolo: su check perfecto

En un inicio, los estampados y dibujos de sus prendas rompieron la norma; los atuendos de la monarquía británica solían seguir la regla monocromática de Isabel II dominada únicamente por fuertes y vistosos tonos.

Pese al choque inicial, los aplausos y las imitaciones no tardaron en sucederse, lo que instó a que las flores comenzaran a plagar el armario de la siempre eterna princesa del pueblo.

En esta ocasión, por ejemplo, la podemos ver con un delicado vestido blanco adornado con pequeñas flores, su choker de perlas y una ligera chaqueta en tono crudo. Un look poco conocido que, curiosamente, lució durante su luna de miel con el príncipe Carlos en 1981.

Lady Di lo tiene claro: siempre sí a los tocados

Si bien es cierto que la reina Isabel II es una fiel defensora del protocolo, no fue la única; Diana siguió fielmente sus pasos. Al menos, en el inicio. Así, como la actual monarca de Inglaterra acude a sus diferentes citas con su protocolario sombrero, Diana también lo hizo en una temporada.

Eso sí, mientras que la sobriedad triunfa en la opciones de la reina, Lady Di optaba por combinar este accesorio con pequeños adornos o franjas de color que le aportaban un distintivo. Una tendencia, cabe destacar, que hoy recrea la duquesa de Cambridge y el resto de las féminas de esta Casa Real.

Diana de Gales, el inicio de la moda unisex

Con pajaritas o una vistosa corbata, la princesa de Gales fue captada en varias ocasiones paseando o acudiendo a sus citas con estos accesorios que, tras la controversia inicial, lograron perder la etiqueta de género.

De esta manera, esas prendas coloquialmente tachadas por el sexo masculino comenzaron a asediar los armarios y las cómodas de una infinidad de mujeres en esos años. Un avance que se compaginó, con fuerza, con la visión coloquial de la mujer más allá del hogar.

El atuendo ‘fitness’ no falla

Con una práctica sudadera y unas mallas cortas de estilo ciclista, las mismas prendas que, en la actualidad llevarías cómodamente para salir a practicar running por la mañana u otra disciplina, Diana de Gales hacía acto de presencia enfundada en estas instando a favorecer el término sport en todos los armarios, sin importar, la pérdida de su título real.

Diana de Gales siempre adelantada a las actuales tendencias

Más allá del atuendo sport o de la llegada de esos accesorios a los diferentes armarios de la época, la innovación y el talento estilístico de Lady Di no cesó. Es por ello que no es extraño verla con este outfit casual donde las joyas doradas tan en tendencia en la actualidad priman, al igual que las gafas de sol de grandes proporciones sobre básicos insustituibles como las camisas o los jerséis.

No hay duda de que la intuición de Lady Di estimuló que las alabanzas y los aplausos no cesaran de aparecer inquebrantables en cada una de sus apariciones. Con sus arriesgadas elecciones estilísticas para la época, conseguía perder esa timidez que tanto le asedió e incomodó. Entre perchas y todo tipo de firmas, la eterna princesa del pueblo recuperó esa voz que, trágicamente, perdió. Aunque, su prodigioso armario se la sigue otorgando.