Lady Di: sus ‘looks’ más recreados y señalados en los últimos años
Decir que la eterna Lady Di fue (y sigue siendo) un icono de la moda, no sorprende. Es, simplemente, un hecho. Al ritmo de sus eternos 36 años, Diana Spencer consiguió renovar la apariencia regia y estática de la corona británica, trazando nuevas tendencias estilísticas al ritmo de sus múltiples y oficiales citas de la agenda real.
Cabe destacar que, aunque sus apariciones produjeron un sendo interés en el terreno de la moda, esto no siempre fue así. De hecho, aquella joven, que durante más de quince años posó con su tiara y su título de princesa de Gales, no siempre lució prendas vistosas con etiquetas de Versace, Catherine Walker, Dior o Stambolian, entre otras; más bien al contrario. Tal y como se puede leer en la biografía de la princesa Diana: Her True Story: In her own words, escrita por Andrew Morton, antes y durante su breve noviazgo con el príncipe Carlos, su armario apenas tenía valor. De hecho, en dicha publicación, destacó su declaración donde aseguraba que solo tenía: «Un vestido largo, una camisa de seda y un par de zapatos elegantes».
Y si bien es cierto que, durante los rumores de la que fuera su nueva situación sentimental, comenzó a tener más interés por la moda —gracias, en parte, a los paparazzis que asediaban la puerta de su casa—, no es nada comparable con lo que cosechó a partir de su boda real el 29 de julio de 1981. Cuando su nuevo apego por las costuras la llevó a trazar, de forma impredecible, un nuevo capítulo en la historia de la moda que, finalmente, logró traspasar fronteras. Sobre todo, cuando empezó a desoír el protocolo, tras anunciar su separación en 1992.
LA ODA AL ARMARIO DE LADY DI
Así pues, en la actualidad, distintos miembros de la realeza (como la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, o la reina Letizia, con sus marcadas elecciones cromáticas), celebrities o diseñadores homenajean el estilo de la eterna Lady Di, convirtiéndola así, en una de las referencias estilísticas más imitadas.
Eso sí, como sucede con otras figuras que fomentaron la creación de un nuevo hito de la moda, hay algunos atuendos que no han cesado de ser recreados —al ritmo de las nuevas redes sociales como, también, en producciones audiovisuales que han llevado su nombre como título—, lo que ha favorecido que se hayan convertido en algunas de sus vestimentas más icónicas.
VESTIDO DE NOVIA, EL INICIO DE TODO
Si hay una prenda que, sin duda, dio origen al fenómeno, fue su vestido de novia. Una de las prendas nupciales más recreadas y reversionadas (tanto en la gran pantalla como fuera ella) a lo largo de estas décadas. Así pues, vestida bajo la firma de los diseñadores David y Elizabeth Emanuel, Diana irrumpió en la Catedral de San Pablo en Londres al son de los lazos, el tafetán, los volantes y las largas enaguas, que recordaban a la época victoriana, que daban forma a su vestido.
Una prenda pesada de estilo romántico que, pese a su robustez, consiguió convertirse, no solo en la referencia estrella de múltiples novias de la época de los años 80, sino que se mantiene al ritmo de las producciones que se centran en su vida.
AL SON BICOLOR DE LAS CARRERAS DE ASCOT
Aunque, tras su boda, el blanco se convirtió en uno de los colores estrella de su vestidor, luciéndolo con afán durante las icónicas carreras de caballos de Ascot (la cita en la que no suele faltar ni un miembro de la Casa Windsor); hubo cierta ocasión —en concreto en 1990— donde Lady Di prefirió optar por un estilismo más vibrante. Finalmente, se decantó por un conjunto bicolor, marcado por una falda violeta, una chaqueta rosa y un voluminoso sombrero que combinaba los dos colores; gracias a su franja, dándole uniformidad al estilismo trazado por la, entonces, princesa Diana.
En concreto, este atuendo que podría pasar desapercibido, entre sus otros muchos estilismos, ha servido de referencia, más allá de las producciones cinematográficas, a múltiples diseñadores o rostros famosos a la hora de deslizar sobre pasarelas y alfombras rojas.
EL BAILE QUE LO SALTÓ A LA FAMA
En noviembre de 1985, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, junto a la primera dama celebraron, aprovechando la visita, una cena de gala en la Casa Blanca en honor a los príncipes Carlos y Diana. Para esta fiesta tan señalada donde acudieron múltiples personalidades famosas, Lady Di optó por un vestido de terciopelo azul oscuro, diseñado por Victor Edelstein, que se caracterizaba por su largo drapeado, su escote estilo bardot y su corte de sirena.
Es probable que, más allá de la elección estilística de la princesa de Gales, lo que facilitó que el mencionado conjunto pasara a la historia fueran esos pasos de baile que, con brío, protagonizaron John Travolta y Diana en el salón de la Casa Blanca. En esa estampa donde se les puede ver de la mano, siguiendo el ritmo de la música, se aprecia a la perfección el imitado (y puesto en subasta de manera recurrente) vestido.
DE LA VENGANZA DE LADY DI A UN NUEVO INICIO
Pese al aclamo que han tenido y trazado sus estilismos recién descritos, hay un vestido que, sin duda, logró romper con todo. Trazado sobre una línea delgadísima de protocolo, Diana irrumpió en escena al ritmo de su mítico: ‘vestido de la venganza’. Una prenda que no ha cesado de ser imitada y recreada, tanto con carácter biográfico en escena, como en los escaparates de moda, en las pasarelas o en el propio street style.
Una prenda ideada por Stambolian que transformó el concepto del little black dress. Con un corte asimétrico, escote bardot y un corpiño fruncido, que mostró el lado más sugerente de la princesa de Gales.
Al igual que sucedía con la mencionada prenda ideada por Edelstein, que pasó a la historia con el baile de Travolta, este vestido, que no estaba en los esquemas de Lady Di, terminó convirtiéndose en el apodado ‘vestido de la venganza’; gracias que, mientras Diana se encontraba en la gala benéfica, se terminó de filtrar la aventura extramatrimonial del príncipe Carlos con Camilla Parker-Bowles.
