María Pombo amplía su fama sorteando polémicas
Decir que la popularidad de María Pombo no cesa de aumentar no es algo novedoso. Solo hay que observar cómo el número de seguidores que posee la influencer y empresaria en su perfil de Instagram no para de crecer. Actualmente, supera la cifra de los tres millones. Un número que enfatiza dicha valía si se recuerda que hace poco más de un año que alcanzó su primer millón. Ni siquiera la decepción que suscitó su innovadora propuesta de festival musical escenificada a través del SuaveFest logró hacerle sombra a este mérito. De hecho, se podría decir que María Pombo no entiende, aún, de límites en el terreno empresarial.
Las grabaciones de la tercera temporada de la docuserie que lleva su apellido, Pombo, ya han dado comienzo, como ha mostrado a través de sus redes sociales. Una entrega que, más allá de llegar con una irrefutable rapidez -la primera temporada se estrenó a finales de noviembre, es decir, no han trascurrido ni cinco meses-, evidencia el interés que ha suscitado el contenido, indistintamente de que los que lo han visto sean o no seguidores.
Un interés, cabría señalar, esperable; solo hay que ver las reacciones que generan sus publicaciones. Las mismas que no han cesado de verse potenciadas en todos estos años, alimentando su imagen de marca, a través de la relación directa entre polémica-éxito que ha trazado.
María Pombo y la delgada línea entre la polémica y el éxito
Desde sus inicios, el nombre de María Pombo ha estado envuelto en polémica. Una situación que ha sabido aprovechar, pues en pleno auge de una controversia solía anunciar algún lanzamiento o hecho trascendente de su vida que desviaban la atención de un tema a otro. ¿Pruebas? Solo hay que recordar cómo tras las acusaciones de homofobia que recibió por una frase sacada de contexto en relación a la futura orientación de su primogénito, anunció y se estrenó el ya citado documental. Una nueva que, en números, ha derivado en éxito empresarial.
Ahora bien, en esa cuidada balanza donde consigue dejar huella, tras cada polémica, hay una base estática.
El pilar con el que aporta tendencia
Si bien es cierto que María Pombo está asociada a una estudiada estética, los escasos cambios de looks han conseguido caracterizarla y representarla aún más. Al fin y al cabo, la mayoría se han ceñido a un cambio en la elección del color del tinte capilar. No obstante, a diferencia de otros famosos, María Pombo no viste exclusivamente con las prendas de sus colecciones. Una elección que favorece una distinción y, al mismo tiempo, una cercanía con su audiencia; cualquiera puede recrear su look. Y es justo a esa cualidad a la que recurre, en plena controversia, para desviar la atención cuando la nueva emitida no lo ha conseguido.
Los atuendos que lucirá -o, incluso, la propia decoración o estética de su casa- entran a debate. A través de sus redes, María Pombo muestra las posibles opciones o, simplemente, pide consejos. Y si bien es cierto que hay espacio para los haters en dicho debate, también lo hay para prescribir múltiples modas. Lo que favorece que la atención se desvíe a un tema más trivial.
Es más: es esa pequeña disputa a la hora de elegir atuendo la que favorece que haya cierta expectación por conocer cuál será el elegido. Una táctica con la que, como ya se vio en los looks de las influencers más copiados por lo bien que sientan, consigue que su estilismo sea uno de lo más buscados y recreados en dicho acto.
Sin embargo, con esta estrategia, más allá de compartir posibles lanzamientos, colaboraciones o meditar sobre un posible cambio de imagen, consigue afianzar un trato más cercano e íntimo con sus seguidores al compartir su día a día. O eso parece. Pues, como siempre matizan los influencers, apenas muestra una décima parte de lo que ha vivido en esas 24 horas.
Ahora bien, ¿cómo consigue que esas polémicas no vuelvan? o ¿cómo consigue que un estilismo atrape esa atención?
Cómo consigue María Pombo ampliar su fama favorablemente
Hay polémicas que ni su look más atrevido ha conseguido desviar. Y no por el acto en sí, sino por esa bola que, de un comentario desafortunado, se ha ido formando. Es ahí cuando la influencer, de manera pública, se enfrenta a la cuestión. Sabedora de que si se pronuncia -o, en este caso, escribe una publicación- y cuenta su versión tras mantener varios días de silencio, esta se verá acrecentada.
Ahora bien, cuando toma la palabra siempre intenta sacar un rasgo positivo. Algo que continue desviando la atención y que, por norma general, recae en la moda. Aunque sea algo tan trivial como dar las gracias a quien ha diseñado las prendas que lucía en una determinada ocasión y por las cuales «todos le preguntan» o mostrar otras opciones que había meditado llevar.
De esta manera, no deja que los usuarios se concentren en esa única publicación. No; la entremezcla consiguiendo, por otro lado, acrecentar su tráfico. Una perfecta operación si, por ejemplo, el debate lleva pocas horas y está gestionando una campaña. Al menos, en lo referente al número de visualizaciones e interacciones. Una cifra empresarialmente positiva que convierte la polémica en la fórmula perfecta del éxito.
