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El coste de las hipotecas (también) se dispara y amenaza a los alquileres

Pedro Ruiz| 23 de marzo de 2022

Y cuando parecía que nada podía empeorar la actual situación, aparece el Euríbor y encarece drásticamente las hipotecas. Aunque lo peor podría estar por venir y afectar también a los alquileres. En una de las frases más celebres que se recuerdan, Peter O’Toole le recriminó a Murphy (el de la Ley) ser demasiado optimista con sus predicciones. Ambos estarían convencidos de que la sucesión de acontecimientos actuales bien podría ajustarse a su discusión. Así, el mayor coste de las hipotecas al final del mes de marzo se sumará a los otros gastos en el hogar que están desbocados.

A los carburantes, que ahora también están por las nubes, se les suele achacar un efecto económico conocido como ‘cohete-pluma’. En pocas palabras, viene a decir que suben de precio muy rápido con el incremento del coste del petróleo, pero luego no baja a la misma velocidad. Ese resultado es consecuencia, principalmente, de la falta de competencia en el país. Ahora, ese efecto parece haberse trasladado al Euríbor, el principal índice al que están referenciadas las hipotecas en España. De hecho, al Euríbor apenas le ha costado una sesiones el recorrido al alza, mientras que tardó meses en hacerlo a la baja.

En concreto, el índice cerró el pasado 22 de marzo en el -0,186, una cifra que no se veía desde hace casi dos años. En la siguiente sesión, la de este miércoles, el Euríbor se redujo en casi un 2%, lo que da un pequeño respiro. Pero de poco o nada sirve. Y es que la media de marzo está en torno a 0,28, por lo que en la práctica sigue arrastrando ese valor a la baja. El anterior valor es el importante, ya que es la medida que toman los bancos para cobrar las hipotecas a tipo variable.

 

EL METEÓRICO ASCENSO DEL EURÍBOR

La subida del Euríbor llega en el peor momento posible. Aunque lo peor no es en sí que su valor se haya movido al alza, algo que quizás se esperaba, sino la violencia y consistencia con lo que lo ha hecho. El índice ha llegado a encadenar hasta 14 subidas consecutivas hasta que este miércoles se tomase un respiro. Pero si se pone la mirada un poco más atrás, en las últimas veinte jornadas, se puede apreciar mejor el espectacular incremento que ha tenido, y es que se ha disparado más de un 50%. Esa fuerte oscilación supone un fuerte castigo para las hipotecas variables en su factura de marzo.

Aunque evidentemente sus efectos irán más allá. Por un lado, los costes se van a ir acumulando a lo largo del año. El Euríbor no va a volver a los mínimos vistos a principios de 2021, cuando estaba en el 0,505, por lo que las hipotecas serán más caras que hace un año. La cantidad varía porque dependerá de la dureza de los mensajes del Banco Central Europeo (BCE), pero presumiblemente no será pequeña. Y lo más probable es que será duradera. Aunque llegados a este punto la pregunta es: ¿Cuánto subirá más?

Las predicciones en esta materia suelen ser difíciles, pero cada vez más analistas apuntan a que cerrará el año en positivo. El servicio de estudios de CaixaBank ha sido uno de los últimos en sumarse a esta corriente. Al fin y al cabo, el índice sigue al precio del dinero (en el largo plazo), lo que se traduce en que si el BCE cierra el 2022 con los tipos cercanos al cero, el Euríbor estará en positivo. Eso implicará un cambio profundo para las hipotecados, puesto que van a ver como en un año pasan de que se les reste dinero de su cuota de la hipoteca a que se sume.

 

LAS HIPOTECAS MÁS CARAS DIFICULTAN EL ACCESO A LA VIVIENDA Y ENCARECEN LOS ALQUILERES

Pero todo esto tiene una derivada más. Al fin y al cabo, todo en la economía esta relacionado. Así, la subida del Euríbor puede potencialmente dificultar el acceso a la vivienda para los jóvenes. En primer lugar, porque encarece la hipoteca, lo que se suma a unos precios de las viviendas ya disparados. La diferencia en un par de años puede ser de entre 70 y 150 euros más por mes, respecto a estos últimos años. Eso, si se suben los tipos con fuerza como se está prediciendo en Estados Unidos.

La contraparte es que se paralice la venta y caigan los precios. Aunque no parece que de momento vaya a ocurrir, tanto por la poca oferta disponible como por el ahorro aun embolsado a consecuencia de la crisis. Pero si el efecto sobre el acceso a la vivienda será marcado a medida que el Euríbor siga subiendo, lo será todavía más sobre el alquiler. Y es que se esperan próximamente fuertes subidas. Por un lado, por el efecto de la inflación. Por otro, porque el aumento del precio de las hipotecas supondrá que los propietarios busquen compensarlo subiendo precios. Además, un menor acceso a la compra de vivienda implica mayor demanda de alquiler y eso también supone subidas de precios.

En definitiva, el Euríbor ha sido el último invitado a un banquete de incremento de los costes que puede hacer mucho daño. Las familias que ya se enfrentan a precios energéticos, de alimentación y de vestimenta u ocio más elevados pronto lo harán también a hipotecas y alquileres más caros. La idea es que se reduzca el consumo para frenar el incremento de precios, pero hay que recordar que, sin consumo, vuelve la palabra maldita: recesión.

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