Inma Shara: hablamos con la directora del otoño de El Corte Inglés
«El talento es la suma de muchos acordes», cuenta a Influencers la protagonista de la nueva campaña.
‘Influencers’ tuvo el privilegio de hablar con Inma Shara, un todoterreno de la música: lleva desde los 4 años centrada en este arte y ha dirigido orquestas a lo largo y ancho del mundo. Ahora es la protagonista de la campaña de otoño de El Corte Inglés, donde pone buena música al mal tiempo que está por llegar. Porque Inma Shara es una mujer positiva con la que da gusto hablar y de la que se aprende al escuchar. Te invitamos a descubrirla.
¿Qué te dijeron en casa cuando dijiste que querías dedicarte a la dirección?
Siempre he tenido un apoyo muy sólido por parte de mi entorno familiar, eso es cierto. Siempre han comprendido y entendido que todo cometido que se aborda con verdadera ilusión y pasión tiene más contenido no solo emocional, sino a largo plazo y a nivel personal, tienes mucha más felicidad. En ese sentido no encontré ningún obstáculo. Quizá más socialmente hablando porque hay un gran desconocimiento de todo el esfuerzo que hay detrás del telón. Todavía está en el aire ese tipo de preguntas como ‘¿y solo te vas a dedicar a la música?’. Quizá, ahí es donde encuentras un poco más ese posicionamiento de la música como un género menor. Pero quien conoce la música desde dentro sabe que es una obsesión y una dedicación plena y absoluta. No se entiende la dedicación a la cultura muchas veces como una profesión. El respeto a la misma viene cuando hay ese cierto éxito exterior, no hablo del personal, que es diferente.
Con 27 años ya conseguiste ser directora de orquesta. Siendo mujer y siendo tan joven, ¿viste alguna dificultad añadida?
Nunca me he detenido. Es verdad que la música clásica es un entorno muy clásico, negarlo es negar la evidencia. Pero también las cosas hay que contemplarlas desde un punto de vista de lo que tú defines o lo que tú entiendes en general. Para mí la cultura es algo que pertenece al interior del ser humano, algo que va más allá del aspecto de género. Es la bondad que emana del interior de la persona. Esa es la grandeza que tiene. Yo nunca le he concedido un peso específico al hecho de ser mujer, en este caso. Soy una persona con una gran vocación al servicio de la sociedad a través de la música, transmisora de sentimientos. Y a través de este medio y esta oportunidad que me brinda la música intento llegar al corazón de las personas. Y para mí es un privilegio.
¿Y otras personas?
Si las ha habido, no las he analizado. Es parte de la vida. Al final, yo no hablo en la vida de problemas, sino de dificultades. Que te refuerzan, incluso, en la toma de decisiones. Las dificultades son algo inherente en la evolución profesional y personal, y hay que gozar de instrumentos para poder afrontarlo. Esa es mi filosofía.
En cualquier caso has abierto muchas puertas en la profesión. ¿Cuántas mujeres directoras de orquesta hay?
Hace unos años, una publicación italiana habló de unas 6 o 7. En nuestro país no hay ninguna mujer titular en ninguna orquesta, no es algo que diga yo.
Has sido la primera mujer en dirigir en el Vaticano, con el papa Benedicto XVI. ¿Qué sentiste en ese momento?
Ha sido el mejor regalo de mi vida. No solo profesional, sino personal. El lenguaje hablado se queda muy corto. Yo soy una persona religiosa y me siento muy orgullosa, respetando absolutamente a quien no lo es. Para mí ese momento fue más que un sueño.
¿Qué sientes antes y durante un concierto?
Es una sinfonía contradictoria lo que se siente. Antes de un concierto, antes que artista eres persona y sientes miedos, inseguridades, ese peso tan fuerte que es la responsabilidad que tienes ante el público. Llegas a sentir miedo escénico. Pero sí es verdad que cuando pasan esos cinco minutos y la persona se transforma en artista, empiezas a vivir la música, pero siempre siendo juez. Es decir, me encantaría dejarme llevar absolutamente por la música en un estadio sublime, pero eso lo recibes cuando el concierto ha finalizado y ha ido todo bien. Ahí sientas la nostalgia de no haber vivido con mayor intensidad el proceso anterior. Es contradictorio porque cuando lo tienes no es la plenitud, y cuando es la plenitud no lo disfrutas.
¿Crees que en España se fomenta el amor por la música clásica?
Una de mis grandes penas es que la música clásica no pertenezca a la educación básica de nuestros pequeños. Que sea una asignatura troncal, que se considere una asignatura secundaria, cuando creo que debería ser de primer orden al margen de que ese pequeño se dedique o no en el futuro a la música clásica, porque es una formación integral en Humanidades para su futuro como ser humano. Y es tan necesaria… Solamente en términos de serenidad, de armonía, de conocimiento. Creo que es esencial y me produce tristeza que no entendamos que la música, la cultura en general, es un alimento esencial para la formación de nuestros pequeños.
¿Hay que ser un artista para tocar un instrumento?
Siempre he pensado que el talento es la suma de muchos acordes, entre los que está la ilusión, la constancia, la responsabilidad, el trabajo bien hecho… El talento brilla en la medida en que nosotros también lo sembramos. Una de las habilidades que tiene que tener un responsable de un equipo es cambiar las actitudes para potenciar las aptitudes. Cambiando la actitud potencias tu propia aptitud porque piensas que no las tienes.
Das muchos conciertos solidarios. ¿Cómo puede ayudar la música a las personas más necesitadas?
Hay una cosa maravillosa, no solo la belleza, sino esa capacidad de estar por encima de lo que condiciona al ser humano, que es la razón. El escenario de la música es el mundo de los sentimientos y se mueve muy bien ahí. Tiene esa capacidad de trasladar lo más íntimo del ser humano y de generar belleza en el sentido más amplio y ético de la palabra. Es transparente, es limpia. No está mediatizada, es un espejo en el que cada cual se mira donde hay una belleza absoluta. Y en ese sentido es un altavoz perfecto para poder estar al servicio social.
Miguel Ángel Ossorio Vega
>> La entrevista completa a Inma Shara se publicó en el número 3 de ‘Influencers’ (julio-agosto 2017).