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José Miguel Maté (Tressis): «El aumento de la fiscalidad en España ya asfixia a empresas y ciudadanos»

Pedro Ruiz| 12 de abril de 2022

José Miguel Maté, fundador y CEO de Tressis S.V, entidad especializada en planificación financiera y gestión de patrimonios con más de 20 años de recorrido, disecciona la actualidad económica y el futuro del sector de la inversión. Y aunque la realidad es que Ucrania parece absorber cualquier otro acontecimiento, hay otros muchos detalles importantes. Empezando con un viejo conocido como el covid.

 

En las últimas semanas se ha noticiado un reciente crecimiento de casos de covid-19, especialmente en algunas ciudades importantes de China. ¿Le asusta de cara a los mercados?

Nuestra obligación es analizar todo lo que pasa en el mundo y cómo influye en lo que pasa en la economía, en las finanzas y en las empresas. Por tanto, seguimos día a día los casos y su impacto. En especial, en las cadenas de producción, porque se trata de ciudades importantes que tienen fábricas de materiales o productos que todos consumimos en el día a día. Claro que nos preocupa en términos de crecimiento global.

Esas disfunciones repercuten en la recuperación económica, que debería llegar con más fuerza. En España vamos muy retrasados y puede suponer un nuevo parón o, mejor dicho, una ralentización en el crecimiento. Ahora, la posibilidad de crecer por debajo del 5% es un jarro de agua fría que implica quedarse un 2% por debajo del nivel que teníamos previamente.

 

¿Por qué la recuperación en España es más lenta?

Bueno, esto lo que te pone de manifiesto es (otra vez) los desequilibrios de la economía española 

 

Curiosamente, también tenemos una de las cifras de inflación más altas, ¿qué estamos haciendo mal?

En el caso de la inflación. La cifra es mayor por la dependencia que tenemos de los productos que necesitamos para producir. Eso implica que nuestras importaciones son más caras y, por tanto, se trasladan esos costes a la cadena de producción. Pero tampoco hay que fijarse en eso simplemente. En el fondo, los problemas que tenemos vienen de nuestros desequilibrios. También podríamos hablar del déficit, que viene del gasto público que no controlamos.

 

En España, hemos visto un gasto público elefantiásico y destinado a gasto corriente, y no a inversión o modernización

 

Esto es una reflexión general: si tú, como empresa o como familia, tienes una estimación de menores ingresos, lo que haces es recortar gasto. Aquí hacemos todo lo contrario. La situación es compleja, pero es evidente que no hemos hecho los deberes que debíamos. Durante la pandemia hemos visto mayor presión impositiva, mayores impuestos, nada de control de gasto y lo hemos apostado todo a esa recuperación; pero no llega, en parte, porque no hemos hecho esos deberes.

 

Entonces, ¿cree que España debería ir hacía una menor fiscalidad? 

Principalmente debería haber un cambio de mentalidad. En España, hemos visto un gasto público elefantiásico y destinado a gasto corriente, y no a inversión o modernización. Si eso es un problema, por otro lado es peor, ya que cada vez hay más impuestos para la clase media, para las sociedades y para las empresas. En definitiva, para todos los consumidores.

Me da igual que hablemos de hidrocarburos, de la tasa Google o de la tasa Tobin. Toda esa amalgama lo único que hace es asfixiar a las empresas (que no pueden contratar) y asfixiar a los ciudadanos (que no pueden consumir). Tenemos un escenario ideal para crecer, pero lo primero es ser realistas. Como decíamos antes, lo primero ante una crisis es reducir costes, y eso no se ha visto en la pandemia.

 

Sin salir del tema de la fiscalidad en España y más centrados en su sector: ¿Qué le parece la vinculada a la inversión?

Ahora, por lo menos, hemos tenido pocos cambios. Aunque se ha subido. Así, hemos visto un incremento en la parte más alta de los tramos de renta, con un nuevo tramo. Pero en general es asequible y no cambia demasiadas decisiones de inversión.

 

Pero se han cerrado la práctica totalidad de las SICAV, ¿eso no afecta? 

Claro que sí, aunque no afecta al inversor medio, sino a la industria. Quiero decir que es una pena, porque lo que hace es pensar o buscar alternativas fuera de España. El sector de la gestión de la administración de SICAVs o de vehículos de inversión colectivos funcionaba extraordinariamente bien y era muy eficiente. Se lleva persiguiendo por una especie de complejo desde hace muchos años y hemos perdido una oportunidad de atraer fondos de nuestros principales clientes potenciales, en especial, latinoamericanos.

 

Nuestro rol es seguir siendo líderes, seguir siendo un referente y, por supuesto, ser más grandes.

 

En cambio, lo hemos destrozado y despreciado. Un volumen, un negocio de abogados, gente de banca, gestoras… con una regulación, una supervisión y un tratamiento fiscal perfectamente equiparable a cualquier otro producto. Y nos lo hemos cargado. Y una parte de ese dinero se va a ir a vehículos en Luxemburgo. Con ello, probablemente también el empleo de alta cualificación que había, que son cientos de puestos de trabajo. Eso parece que a nadie le importa.

 

¿Hay algún otra área dentro del sector que se haya visto perjudicada por las intenciones del Gobierno?

Con los vehículos destinados al ahorro a largo plazo está pasando lo mismo. Y va a pasar lo mismo con los planes de pensiones individuales. Se los han cargado. Cuando pones un techo a la aportación que puedes hacer a un vehículo tuyo y decidir tú dónde quieres o quién quieres que te lo gestione, haces que desaparezcan.

 

¿Y qué consecuencias tiene para el sector?

Pues habrá un proceso de concentración en el sector de las gestoras y eso llevará a una reducción otra vez de valor de una industria. Si bien es cierto que no era la rama principal, funcionaba. Y ahora pues, lógicamente, volvemos a lo mismo. Es una pena, porque además el ahorro a largo plazo es imprescindible.

 

¿Y dónde encaja Tressis en esos movimientos?

Tenemos que crecer y queremos seguir creciendo. Afortunadamente somos una empresa rentable, ganamos dinero, tenemos recursos y eso significa que consideramos y analizamos oportunidades de integración. Y en esa línea estamos. Lo que pasa es que es verdad que somos una empresa independiente en todos los sentidos (porque es nuestro dinero), lo que nos hace ser extraordinariamente prudentes a la hora de comprar o de adquirir otras empresas.

Pero además tenemos la tecnología. Entonces, claro que invitamos a otros jugadores a integrarse —y lo hacemos a título particular— y seguimos creciendo en equipo y en agentes y, por qué no, a otras empresas. Nuestro rol es seguir siendo líderes, seguir siendo un referente y, por supuesto, ser más grandes. Eso incluye lo orgánico y lo inorgánico.

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