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Juan Fueyo: «Las muertes por cáncer serán pronto asuntos del pasado»

Carmen Gómez| 11 de marzo de 2024

Más de 25 años investigando en medicina, neurología y cáncer en el MD Anderson Cancer Center de Houston, Juan Fueyo es un ejemplo de vocación, compromiso, experiencia y enorme sensibilidad hacia los enfermos. Esto es lo que se refleja en su último libro, Cuando el mundo se detiene, en el que la biología, la cultura, la literatura y la ciencia se dan la mano para exponer todas las facetas e implicación del cáncer, su pasado, su presente y su futuro.

Doctor Fueyo, en su libro nos relata así su motivación para escribirlo: “Porque se me cayó la mordaza, alzar la voz para salvar vidas”. ¿A qué se refiere?
A la suma de dos ideas: la profunda convicción de que hablar de cáncer salva vidas y que los estigmas con los que se ha castigado a la palabra ‘cáncer’ nos han mantenido a todos con la boca cerrada. Hay que terminar con los eufemismos, los mitos y las supersticiones que agigantan la enfermedad. Los pacientes con cáncer tienen hoy muchas posibilidades de recibir tratamientos efectivos.

El nivel de prevalencia del cáncer crece, pero usted también se hace cargo del dolor físico y emocional del paciente. ¿Qué medidas pueden ayudar a paliarlo?
¡Qué poca atención se presta a estos temas! El bienestar psíquico de estos enfermos es sumamente importante para aceptar el diagnóstico y enfrentarse a las toxicidades de los medicamentos y al dolor físico. Psicólogos y psiquiatras deben estar al alcance del paciente; medios menos convencionales incluyen las técnicas de meditación y mindfulness. Ahora, como tratamientos experimentales, han reaparecido en la clínica fármacos psicodélicos que podrían tener un profundo efecto en cómo el enfermo afronta la enfermedad.

Afirma que nacemos con propensión al cáncer y vivimos con el riesgo de tenerlo, y habla de cáncer previsible y cáncer prevenible. ¿En qué consiste?
Así es, tenemos propensión al cáncer desde la cuna hasta la tumba. Tenemos mutaciones en muchas células de nuestro cuerpo, así que vivimos con riesgo a desarrollar cáncer. Eso no quiere decir que no podamos hacer nada para prevenirlo. De hecho, casi el 50% de los tumores son prevenibles. Factores de riesgo como el tabaco o los virus pueden atajarse de un modo radical, pero enseguida aparecen otros nuevos. Por ejemplo, en Estados Unidos hay más cáncer de piel relacionado con las máquinas bronceadoras que cáncer de pulmón relacionado con el consumo de tabaco. Y también es posible que algunos cosméticos contengan productos que pudieran favorecer la aparición de cáncer.

Hay un runrún en la sociedad con respecto a que podría haber mayor interés en la industria farmacéutica por cronificar los pacientes que por prevenir la enfermedad. ¿Cree que es una duda razonable?
Aspirar a que el cáncer sea una enfermedad crónica tiene más sentido en este momento que aspirar a erradicarlo, pero ese esfuerzo ha de ir seguido de su prevención. No tengo información de que ninguna compañía farmacéutica interfiera con las campañas de prevención. Pero sí es verdad que el tratamiento del cáncer está enriqueciendo a muchas compañías más de lo que debiera. La industria farmacéutica de gran escala a menudo participa en actividades de lobbying para influir en las decisiones regulatorias, sobre todo en países como Estados Unidos. En algunos casos se ha pensado que esta influencia era responsable de mantener los precios elevados de los medicamentos o de impedir su importación desde otros países más baratos. La consecuencia es que en algunos países el ciudadano de a pie no puede pagarlos y en otros Estados, como el español, pueden poner en ciertas dificultades la economía de la Seguridad Social.

Su libro es un completo relato histórico del cáncer. ¿Cuál es la situación hoy en EE.UU. y los principales avances?
No hay muchas diferencias en los avances entre los Estados Unidos y España. Durante las últimas dos décadas se han producido al menos dos revoluciones: una es la medicina de precisión, que busca ofrecer un tratamiento individualizado para cada paciente; la otra es la inmunoterapia, que trata de despertar al sistema inmune con la meta final de que el enfermo se cure a sí mismo.

Y en un momento como el actual, ¿qué puede aportar la inteligencia artificial?
La acumulación de información, que se obtiene con los diferentes y cada vez más sofisticados exámenes médicos, pronto requerirá de inteligencia artificial para evaluarlos y tomar decisiones. Un tema que me interesa especialmente es su uso para predecir cómo será el tumor que reaparecerá después del tratamiento. En ese sentido, la inteligencia artificial nos permitiría diseñar una combinación de tratamientos que incluirían el tratamiento para el tumor que ahora tiene el paciente más el tratamiento para el tumor que tendría en el futuro.

Su trabajo de investigación en el MD Anderson Cancer Center está centrado en la ingeniería genética de virus diseñados para combatir el cáncer. ¿En qué consiste esta investigación y cuáles son las expectativas?
Mi laboratorio es reconocido por su trabajo en el campo de los virus oncolíticos, donde buscamos desarrollar tratamientos más específicos y menos invasivos para el cáncer. Son virus modificados genéticamente que tienen la capacidad de infectar y destruir células cancerosas sin dañar las células normales circundantes. Mi trabajo se ha centrado en investigaciones sobre cómo los virus pueden dirigirse selectivamente a las células cancerosas, replicarse dentro de ellas y provocar su muerte: el virus dispararía la inmunidad del paciente para que sea esta la que destruya al tumor. En ese sentido, los virus que desarrollamos pertenecerían al campo de las vacunas contra el cáncer. Hemos conseguido iniciar ya estudios clínicos para evaluar la seguridad y eficacia de estos virus en pacientes con la enfermedad.

Pone de manifiesto la importancia de la microbiótica. ¿Cómo se relaciona con el cáncer y cuál es su contribución en la prevención y progresión del mismo?
Llamamos microbiota a la comunidad de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Estos microbios desempeñan un papel importante en la salud y se ha descubierto que la composición y función de la microbiota pueden influir en la prevención y progresión del cáncer. Por ejemplo, la microbiota juega un papel crucial en la modulación del sistema inmunológico, que, a su vez, puede ayudar a prevenir la formación y propagación de células cancerosas. Además, la microbiota juega un papel en la respuesta de los pacientes de cáncer a los tratamientos, sobre todo a la inmunoterapia. Se necesitan más estudios para comprender totalmente los mecanismos subyacentes y desarrollar enfoques terapéuticos basados en la microbiota.

¿Qué podemos hacer para paliar el desarrollo de la enfermedad en nuestros mayores?

En este grupo de la población es importante proporcionar información educativa sobre el cáncer, sus factores de riesgo y medidas preventivas para aumentar la conciencia y la toma de decisiones informadas. Las personas mayores deben llevar estilos de vida saludables que incluyan una dieta balanceada y una actividad física adaptada a la condición física de cada persona. Hay que mantener los exámenes médicos periódicos que puedan llevar a la detección precoz de tumores, que, según la edad y el género, pueden incluir, entre otros, mamografías, estudios genéticos de las heces, colonoscopias y pruebas de detección de cáncer de próstata. Para aquellos que ya han sido diagnosticados con cáncer, es fundamental garantizar la adherencia al tratamiento y brindar apoyo emocional durante el proceso. Adicionalmente, la medicina preventiva del futuro debería también concentrarse en prevenir los errores que se producen a diario en la replicación de los genes, causados por el hecho de estar vivos y exagerados por el proceso de envejecimiento.

Estima que si mantenemos el actual ritmo frenético de los avances de la investigación “en diez años estaremos dominando totalmente al cáncer”. ¿Qué deberíamos entender en este caso por dominar el cáncer? ¿Hasta qué punto?
La transformación en una enfermedad crónica parece ahora una meta alcanzable. Esto es así porque se han producido avances significativos en la comprensión y el tratamiento de esta enfermedad, como el desarrollo de terapias dirigidas específicas para ciertos tipos de cáncer que se centran en adaptar los tratamientos según las características genéticas y moleculares de un individuo, lo que puede mejorar la eficacia y reducir los efectos secundarios. Adicionalmente, la inmunoterapia ha tenido un impacto significativo en varios tipos de cáncer y podría contribuir a convertir el cáncer en una enfermedad manejable. Los avances en métodos de detección temprana permiten identificar el cáncer cuando es más tratable. Todo ello nos hace prever la transformación completa en una enfermedad crónica en un plazo de años no muy largo.

¿Qué podemos hacer para paliar el desarrollo de la enfermedad en nuestros mayores? ¿Qué opina el doctor Fueyo sobre la sanidad española? ¿Es necesario ir a EE. UU. para recibir un tratamiento contra el cáncer más eficaz?

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