Luis Suárez y el robo del siglo: cómo France Football le apartó del trono del fútbol Mundial
La historia de Luis Suárez Miramontes, que ha fallecido a los 88 años (y recién cumplidos los 50 años de su retirada), es única en España. El gallego (nació en A Coruña en 1935) es el único jugador español que tiene un Balón de Oro, lo que ya de por sí habla de su grandeza. Pero su legado futbolístico va mucho más allá; de hecho, es uno de los más grandes jugadores europeos (y del mundo) de todos los tiempos. Pero esa última parte no es tan conocida y la razón, probablemente, esté en uno de los ‘robos’ de un balón de oro más clamorosos que se recuerdan.
Ganar el Balón de Oro es sinónimo de éxito. De hecho, a lo largo de la historia, solo 44 jugadores han sido capaces de ganar uno. El éxito es mayor sí, además, eres español. En primer lugar, porque solo hay uno que lo ha conseguido, el propio Suárez. En segundo lugar, porque los franceses (que dan dicho galardón) parecen tener una cierta animadversión frente a los españoles. Lo último es un secreto a voces que los amantes del deporte (en España y Francia) dan demasiado por hecho como para tomárselo como una simple leyenda urbana.
Pero claro, los honores se multiplican cuando en lugar de uno ganas dos o más balones dorados. Tanto es así, que la lista se reduce notablemente. Con un Balón de Oro hay desde leyendas como Zinedine Zidane, Gerd Müller, Ronaldinho o Bobby Charlton a otros jugadores menos conocidos (pero con el mismo mérito) como Giani Rivera, Allan Simonsen, Omar Sívori u Olej Blojín. Pero con dos entorchados dorados, los pocos nombres que hay son todos ellos largamente reconocidos: Ronaldo Nazário, Alfredo Di Stéfano, Kevin Keegan y Karl-Heinz Rummenigge. Y junto a los que han ganado más de dos –Marco Van Basten y Johan Cruyff y Michel Platini (tres todos ellos) y ya después Cristiano Ronaldo (5) y Messi (6)- forman el Olimpo del fútbol mundial.
EL BALÓN DE ORO ROBADO A LUIS SUÁREZ
Un lugar que también estaba reservado para el español Luis Suárez, pero al que no llegó por el clamoroso ‘robo’ ejecutado por France Football. Para verlo con más claridad, hay que retroceder hasta 1964. En aquel año, el español jugando en el Inter de Milán, donde es recordado como una auténtica leyenda, hizo una de las grandes temporadas que se recuerdan en la historia del fútbol europeo. Para empezar, ganó el Scudetto en Italia y más tarde coronó la temporada con la Copa de Europa y la Intercontinental (el mundialito de Clubes). Además, en todas esas victorias, Suárez fue el jugador referencia de su equipo.
Pero los títulos no acabaron ahí, sino que Suárez todavía sería el referente de otra victoria todavía más épica e histórica: la Eurocopa de 1964 que ganó España, la primera en nuestra historia. Aquel equipo tenía a jugadores ya veteranos como Gento y nuevas incorporaciones entre las que destacaban Iribar, Amancio, Pereda, Zoco o Marcelino. Aunque sin duda el mediocentro gallego era la gran estrella, ya contrastado tras ganar el Balón de Oro, y su destreza en la medular fue clave para una victoria.
En definitiva, Suárez llegó a la votación final del Balón de Oro habiendo ganado todo, prácticamente. Sin embargo, para los franceses no mereció tal distinción y le relegaron a la segunda posición. La primera la ocupó el popular Denis Law, cuyo único mérito fue ganar la liga inglesa con el Manchester United. Una decisión sin sentido, que estuvo imbuida porque los franceses no querían equiparar a Suárez con Di Stefano (también ganador de dos balones de oro) y quizás por su procedencia española. Aún así, el gallego nunca quiso alimentar la polémica (pese a saber que ese trofeo debía haber sido suyo): “Law sólo ganó la Liga… y fui segundo. Me extraño mucho. Eres joven y no le das tanta importancia. Al Balón de Oro se le ha dado más trascendencia con el paso del tiempo”, diría años más tarde.
EL MEDIOCENTRO TOTAL
Rápido y con desborde, pero a la vez con una gran habilidad para asociarse en pases cortos e increíblemente efectivo en los desplazamientos en largo. Todo ello, aderezado con un olfato goleador excepcional para un mediocentro (acabaría su carrera con un gol cada dos partidos). Así es la radiografía del juego de Luis Suárez con el que se erigió, quizás, en el mejor jugador de su década (otro premio que le robaron desde Francia). Unos atributos que en la actualidad son excepcionales, pero que por aquel entonces eran todavía más raros de ver.
Al fin y al cabo, en el medio campo jugaban normalmente jugadores toscos, de no muy buen toque de balón y lentos. Entre ellos, Suárez destacaba con sus rápidas jugadas, dejando atrás fácilmente a sus rivales, que transformaron a su Inter (entrenado por Helenio Herrera) en uno de los mejores equipos de la historia y con el que conquistó tres ligas italianas y dos copas de Europa. Por su parte, con el Barcelona (equipo con el que alcanzó el galardón del Balón de Oro) ganó dos ligas, dos copas de España y dos de Ferias.
A lo que unió un palmarés personal que difícilmente volveremos a ver en este país, ya que a su Balón de Oro se le suma dos de plata (que bien podrían haber sido otros dos balones de oro) y uno de bronce, junto a otros cientos de menciones y galardones honoríficos.
En definitiva, de Suárez siempre se podrá decir que, en su medida, cambió la demarcación de mediocentro añadiendo más calidad y destreza de lo que había antes. También que obligó a una publicación francesa a doblegarse ante un español (por mucho que les doliese). Y, por último, que nadie del mundo del fútbol duda de que sea una leyenda al nivel de los más grandes de la historia, aunque cierta publicación se esforzara por que no alcanzará esa meta.