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Los clientes de Vodafone huyen en masa tras la subida de precios

Pedro Ruiz| 16 de noviembre de 2022

Vodafone anunció a finales de agosto que subiría sus precios en España. Una decisión que se ha implementado, según su directora financiera –Margherita Della Valle– en los contratos de «septiembre y octubre” y que ya ha dejado un primer efecto: una huida masiva de sus clientes. Y es que, a pesar de que la medida solo ha estado vigente dos de los tres meses de su segundo trimestre fiscal, el grupo ha registrado un incremento notable en la tasa de abandono (o Churn Rate) en territorio español.

Uno de los indicadores clave en las cuentas de cualquier operador es la tasa de abandono de clientes que mantiene. Al fin y al cabo, da buena cuenta de dos datos clave: el primero es cómo valora el servicio que ofrece la compañía a sus propios usuarios. El segundo es lo competitivas que son sus ofertas frente a la competencia. Por ello, las telecos intentan mantener ese porcentaje lo más bajo posible a través de mejorar su servicio, con mejores redes u ofreciendo más servicios, al mínimo coste. Un difícil equilibrio que, sin embargo, Vodafone parecía estar consiguiendo.

Así, entre su segundo trimestre fiscal en 2020 y el primero de 2022, el llamado ‘mobile churn’ (la tasa de abandono de sus clientes de móvil) se había reducido en casi un 30%. Sin embargo, esa tendencia a la baja se ha roto bruscamente entre el mes de agosto y el de octubre de 2022, coincidiendo con su decisión de subir los precios, al dispararse un 13,7%. En concreto, la tasa de abandono en Vodafone de sus clientes móviles pasó del 26,9% al 30,6%, lo que no solo supone el incremento más brusco en los últimos ocho trimestres, sino uno de los más elevados de la serie histórica.

 

LOS CLIENTES MÓVIL DE VODAFONE HUYEN EN MASA

Pero si la cifra es mala, cuando se mira con lupa es todavía peor. Así, ese fuerte incremento en la tasa de abandono se debe únicamente a la salida de los clientes móvil más estables, ya que en el segmento de prepago se consigue reducir esa tasa de abandono. En concreto, la tasa de abandono de los usuarios con contratos móviles de Vodafone se disparó entre agosto y octubre en un 26,7% hasta alcanzar un máximo del 22,3%, el más elevado desde hace seis trimestres.

Ese batacazo de Vodafone en España, en su parte móvil, se puede ver en las adiciones netas que presenta en dicho segmento. La operadora informa en sus cuentas del segundo trimestre que se ha dejado por el camino hasta 64.000 contratos, una auténtica barbaridad. Para hacerse una idea, es la cifra más alta en los últimos dos años -con bastante diferencia-, y es la misma cantidad prácticamente que ha ganado Alemania, por ejemplo, en un mercado cuatro veces más grande. 

 

Vodafone
Nick Read, director ejecutivo de Vodafone

 

Aunque los problemas de la operadora británica en territorio español no terminan ahí. Las adiciones netas en conexiones inalámbricas fijas cayeron un trimestre más y encadenan ya siete seguidos. También profundizó en sus mínimos de clientes de televisión, hasta los 1.505 millones, y acumula más de 100.000 usuarios ‘perdidos’ en el último año y medio. Además, las adiciones netas en clientes convergentes cayeron a la mitad respecto al trimestre anterior, hasta la cifra más baja en los últimos dos años.

 

ESPAÑA VUELVE A SER EL PUNTO NEGRO

La suma de ese desastre consumado se refleja en dos datos claves en las cuentas de Vodafone que han disparado las preocupaciones de los inversores: la primera es que el retorno por cliente, que se conoce como ARPU, se ha hundido con fuerza. Así, el ARPU móvil se ha hundido un 2,3%, un 6% acumulado en los últimos dos trimestres, lo que le ha colocado incluso por debajo del de Portugal, por primera vez. La situación es crítica porque a medida que ese indicador sigue cayendo -se ha hundido en los últimos dos años más de un 15%-, la rentabilidad de la compañía se resiente y aumentan las posibilidades de que decida irse de España finalmente.

El segundo dato clave que revela la difícil situación por la que atraviesa Vodafone en España es la fuerte caída de los ingresos. En especial preocupa la facturación del área por servicios; los más importantes, de hecho, pues son los primeros a los que siempre hace referencia el director ejecutivo de la firma, Nick Read. Así, con una caída del 4,5%, España fue la región donde el grupo obtuvo los peores resultados en este apartado, seguido por Italia (-2,8%) y Alemania (-0,8%). 

En definitiva, una vez más España volvió a ser el punto negro en las cuentas de Vodafone. Un detalle que no pasa desapercibido para nadie en el grupo, incluidos los nuevos y exigentes accionistas. Y es que, tras solucionar los problemas más acuciantes de la firma, como vender una participación de Vantage Towers -su filial de torres-, y reorientar la situación en Alemania y Reino Unido, ahora el equipo directivo debe empezar a decidir qué pasa con la filial española. Aunque una cosa está clara y es que a este ritmo la única solución que se atisba es una acción contundente, lo que puede implicar la posible salida del país.

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