Aitana Sánchez-Gijón: «Soy muy afortunada»
En sus últimos años, la madre de Paco Arango tenía la fantasía de poder alquilar un cuerpo sano para poder vivir todo lo que su mente le pedía. Su hijo le respondía: “Eso ya existe mamá, lo que pasa es que estamos en lista de espera porque ahora mismo solo hay cuerpos de camioneros vascos”, y su madre reía.
De esta broma y de esta fantasía surge Mi otro Jon, una película divertida, original y que, a base de risas y alguna lágrima, lleva a pensar sin sufrir en los temas de siempre, los que angustian: la muerte, la familia, el amor, la salud, la existencia de otra vida… La película está protagonizada por Carmen Maura y Olivia Molina. Cuenta con muchos cameos sorprendentes (como los de Ana Obregón y Mariano Rajoy).
Aitana Sánchez-Gijón, que este otoño está en varios títulos de la cartelera, tiene en esta historia un papel muy especial, el de una científica que hace posible lo imposible.
¿Qué te ha parecido la película como espectadora?
Me ha gustado mucho. Es que Paco tiene el don de lograr el equilibrio entre muchas emociones.
Cuando leíste el guion, ¿qué pensaste?
Me gustó la premisa de permitirle a una persona como tu madre que cumpla uno de sus últimos deseos a través de algo tan divertido como habitar otro cuerpo. Además, de esta manera, mete el dedillo en temas muy trascendentales. Habla de muchos temas y muy bien mezclados: el vínculo madre-hija, la amistad, el tema de afrontar tu propia despedida, la disolución de la importancia del género…
¿Conocíais la historia de la madre de Arango cuando rodabais?
Sí, nos la contó. La película es un homenaje a su madre, que además aparece como un personaje virtual creado gracias a unas imágenes de su juventud. Trabajar en este homenaje ha sido muy emocionante, pero también complicado: Paco sufrió una operación en medio del rodaje y creo que fue por esa carga tan fuerte que llevaba encima. La película deja al espectador con el ánimo arriba. Paco es tan vital, tan alegre, tan optimista… Él siempre transmite amor y alegría, aunque sea mientras vive un duelo. Me da mucha envidia el modo en el que siente la muerte gracias a ser creyente. Yo no lo soy y me parece, de verdad, que es una suerte creer como él.
¿Cómo vives el paso del tiempo, uno de los temas?
Con naturalidad, aceptación y cuidándome mucho. Los actores tenemos que ser atletas de las emociones y de la expresión del cuerpo. Evidentemente, me duele todo más que antes, pero nada me para…
Un lugar para escapar.
Cualquiera que tenga agua. Soy un ser acuático y estar dentro del agua me sienta muy bien. A mí llévame a nadar, a bucear… Me gusta sentirme como en el líquido amniótico.
¿Cómo te imaginas de viejecita?
Con mucha serenidad. Me gustaría tener aceptación, ser serena y estar rodeada de personas a las que quiero. Creo que lo peor de la vejez, lo más terrible, es perder a gente.
¿Derramamos más lágrimas por los deseos cumplidos que por los no conseguidos?
No tiene por qué ser así. Pero a veces uno se pone retos y los vive como si fueran el final de algo cuando en realidad nunca son el fin. Hay algo en la consecución de las cosas que no da satisfacción completa. Creo que ese es el problema y no que presenten, al conseguirse, su cara B.
¿Has cumplido casi todos los tuyos?
Sí, soy una persona muy afortunada por poder dedicarme a una profesión que amo. Pero también tengo muchos por cumplir. Cada vez que acabo con algo pienso en lo siguiente, porque deseo seguir avanzando, aprendiendo, entendiendo cada vez mejor al ser humano…
Un placer al que no renunciarías nunca.
La lectura. Es que cuando lees no necesitas nada más. Últimamente me ha encantado La mala costumbre, de Alana S. Portero. Es brutal, dura y conmovedora.
Tu olor.
El de la higuera.
Un truco de belleza.
Disciplina y constancia en el cuidado. No me acuesto una sola noche sin haber hecho mi ritual de hidratación.
Tu causa.
En este momento me tiene muy revolucionada el tema de la censura. Me parece increíble que haya ayuntamientos donde haya vuelto, con el partido de ultraderecha, algo que solo ha existido en tiempos oscuros. Estoy metida en la plataforma OLA, y desde ahí me sumo a la batalla de otros compañeros.
En noviembre cumples años, ¿qué regalo te hace feliz?
Un viaje a Islandia para dos me haría desmayar de felicidad porque desde que estuve en el concierto Björk, que fue un despliegue de belleza bestial, solo pienso en ir allí. Los islandeses son muy activos, están muy concienciados con los temas medioambientales y eso lo hace todo mejor.
foto Antonio Rubial