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Chupa Chups podría entrar en bancarrota

Lidia Vega| 4 de diciembre de 2023

Si hay una golosina famosa por excelencia, esa es el Chupa Chups. Este caramelo pegado a un palo ha sido la delicia de niños y adultos durante décadas. Sin embargo, en los últimos años la compañía atraviesa serios problemas económicos y se encuentra en una posición muy complicada.

Aunque pueda parecer otra cosa por su nombre, Chupa Chups es un producto de origen español, concretamente asturiano. En 1958, Enric Bernat, que siempre había estado ligado al mundo del dulce catalán, llevaba años trabajando en Granja Asturias, una empresa especializada en la fabricación de productos relacionados con la manzana.

Allí observa que los principales consumidores de caramelos, los niños, se manchaban mucho al comerlos, por lo que empieza a darle vueltas a la idea de crear unos especiales para ellos. De esa reflexión nace la idea de unir el caramelo a un tenedor. Ese concepto inicial se va puliendo, pensando primero en ponerle un palo de madera en lugar del tenedor, y luego el tradicional palo de plástico que ha llegado hasta nuestros días.

Tampoco se llamó Chupa Chups desde el principio. De hecho, el primer nombre fue Gol, por la forma circular del caramelo. Después se le cambia el nombre a Chups, aunque su versión definitiva se la pone la publicidad, en concreto, la radio y sus cuñas, donde el mensaje era «chupa Chups». Tanto llegó a repetirse que la gente empezó a pensar que en realidad el caramelo se llamaba así, así que su nombre mutó al de Chupa Chups.

En esa primera etapa, Chupa Chups nace con siete sabores y su precio era de una peseta, un poco elevado para la época.

Los problemas de patente de Chupa Chups

Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas para Chupa Chups. A pesar de que Bernat haya pasado a la historia como el padre del concepto de un caramelo pegado a un palo, lo cierto es que eso no es lo que se refleja en la oficina de patentes.

Cuando se le ocurrió la idea, el empresario trató de patentar la idea bajo el nombre de ‘Procedimiento para la envoltura uniforme de caramelos con mango’. Pero no lo logra, ya que la oficina considera que no presenta nada nuevo a lo que ya había registrado José Segura Martínez en 1919.

SALVADOR DALÍ FUE EL ENCARGADO DE ACTUALIZAR EL LOGO DE CHUPA CHUPS PARA SU SALTO INTERNACIONAL, QUE AÚN PERDURA A DÍA DE HOY

A pesar de estos varapalos, Bernat no se amilana y continúa con su proyecto de expansión. Consigue inundar España de sus caramelos gracias a una red de Seat 600 que iban recorriendo el país con el logo de aquel momento. Gracias a eso, en 1967, consigue abrir su primera sede en el extranjero. En concreto, en la provincia francesa de Bayona.

Es en ese momento cuando a Bernat se le ocurre que es el momento de modificar el logo de la compañía y no se le ocurre mejor artista para hacerlo que Salvador Dalí. El pintor surrealista, en tan solo una hora, y sobre una servilleta, presentó el nuevo diseño, que se ha mantenido casi inalterado hasta nuestros días. Este genio solo tuvo que introducir unos pocos cambios para convertirlo en una pieza única.

Dalí introdujo el color rojo sobre el fondo amarillo, la flor que envuelve al logotipo y ubica el logo en la parte superior del caramelo, lo que le da visibilidad. Esta alianza también le hace llegar a otros mercados, como Japón, EE.UU., China o Rusia. En su punto álgido, llega a venderse en 169 países.

La caída de sus beneficios marca el futuro

Los problemas económicos de la compañía no son algo actual. Chupa Chups lleva años arrastrando pérdidas en el mercado. De hecho, desde que en el año 2000 alcanzase su récord de ingresos, todo fue a peor. Las ventas no paran de caer y, por ende, los ingresos. Esta situación continúa hasta que, en 2006, solo tres años después de la muerte de Bernat, sus herederos deciden vender la empresa a Perfetti Van Melle por más de 400 millones de euros.

Sin embargo, a pesar de haber dejado atrás los números rojos de pandemia, lo cierto es que Chupa Chups sigue sin levantar cabeza. La compañía ha realizado una reducción de capital de 18,5 millones de euros para restablecer su equilibrio patrimonial y evitar declararse insolvente. Esta es la tercera operación del estilo que realiza desde 2021.

Según informa El Confidencial, al cierre de 2022, su deuda y obligaciones a corto plazo ascendían a 39,68 millones (14,8 millones correspondientes a empresas del grupo y vinculadas), con un fondo de maniobra negativo por importe de 3,11 millones. Frente a esta situación, en lugar de declararse insolvente, decidió ejecutar la mencionada reducción de capital y, además, aplazar durante al menos un año el pago de 12,8 millones que adeuda a dos compañías propiedad también de los dueños de Chupa Chups, la multinacional italiana Perfetti Van Melle.

El importe de la reducción de capital se ha destinado íntegramente a la compensación de esa reserva negativa, sin que los dueños hayan recibido ningún tipo de remuneración. Ahora, el capital social ha quedado fijado en 19,2 millones.

Por el momento, Chupa Chups ha conseguido salvar la insolvencia en tres ocasiones, aunque puede que sus cartuchos se estén acabando. Para paliar sus deudas, la empresa necesita levantar sus ventas. Quizás es por eso que, para esta Navidad, ha decidido aliarse con Vicens y lanzar al mercado un turrón con sabor a su característico caramelo de sabor fresa y nata. Estas son las pocas balas que le quedan a una compañía que ha marcado a toda varias generaciones en España.

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