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¿Qué ha sido de Cereal Hunters? El restaurante de moda que cayó en el olvido

Lidia Vega| 22 de enero de 2024

Hace no demasiado tiempo, cuando quedábamos para desayunar, no íbamos de brunch. En esa época, muchos nos decantábamos por acudir a bares de cereales y, de entre todas las cadenas, la más famosa era Cereal Hunters. En estos lugares, se podía elegir entre una amplia variedad de cereales de todo el mundo y millones de leches de colores. Esta espectacularidad hizo que cada uno de estos locales se volviesen muy instagrameables.


En 2016 nacía Cereal Hunters Café de la mano de cuatro amigos, Cristina López, Jaime Salvat, Marcos Villaplana, y José Javier Fernández, deciden montar esta cafetería. La idea la tomaron después de viajar por Europa y descubrir que este tipo de restaurantes tenían un gran filón y en España aún no había ninguno.

«Conocimos este tipo de cafeterías sobre todo en Inglaterra. Nos dimos cuenta que estaban surgiendo en otros lugares de Europa y pensamos que también tendría cabida en España«, señalaban sus creadores en 2016.

Es por eso que en cuanto llegan a Madrid, estos cuatro emprendedores se lanzan a la aventura y abren el primer local en la céntrica zona de Malasaña. El objetivo era «trasladar los cereales del ámbito doméstico al ámbito social, que la gente los tome con amigos y familia».

El restaurante fue un verdadero éxito y no había día que no consiguieran llenar todas sus mesas. Incluso, la gente era capaz de hacer colas de más de 30 minutos bajo la lluvia para conseguir comerse un bol de cereales.

Tal era la repercusión que deciden abrir una segunda cafetería en la capital, esta vez en la Calle Alcalá 90, junto al Nuevo Teatro Alcalá. Un establecimiento de más de 175 m2 que acogía a los amantes de los cereales en una de las mejores zonas de la capital.

El ascenso al cielo de Cereal Hunters

Este económico negocio (su materia prima era cereales industriales y leche) subió como la espuma. Tanto fue así, que al año ya tenían planes para llevarlo a otras ciudades. «El éxito de Cereal Hunters ha propiciado que haya gente que nos demanda nuestro negocio en otras ciudades de España, por eso hemos decidido que era el momento perfecto para comenzar a franquiciar», señalaban entonces los cuatro emprendedores.

Sus principales objetivos eran asentarse en Madrid, Barcelona Sevilla y Valencia. Sin embargo, también buscaban estar en otras localidades como Málaga , Salamanca , Valladolid , Zaragoza , Murcia , Granada o San Sebastián. Lo importante, según matizaba en su momento Jaime Salvat, era que las ciudades tuvieran un fuerte ambiente universitario, ya que este era su principal nicho.

CEREAL HUNTERS SE PROPUSO TRAER A ESPAÑA UN CONCEPTO QUE YA ERA MUY POPULAR EN EL RESTO DE EUROPA Y ESA FUE LA CLAVE DE SU ÉXITO

El concepto que pensó para esta expansión fue a través de las franquicias, de las que pensaba abrir 20 en su primer año. La inversión necesaria para abrir un local en 2017 arrancaba en los 32.000 euros, donde se incluía un canon de entrada de 12.000 euros para una dimensión media del local de 135 m2. Además, se especificaba que los franquiciados debían abonar un royalty del 4% y un canon de publicidad del 2%. Además, los fundadores pedían que estos nuevos locales se abriesen en centros urbanos, con buena visibilidad del local y flujo peatonal, «siendo recomendable el emplazamiento cerca de universidades y zonas con afluencia de gente joven».

Pero Cereal Hunters no quería limitarse a España. La compañía también tenía planes de expandirse por Latinoamérica. De hecho, entre octubre y noviembre de 2018 tenía previsto su llegada al Centro Comercial Salvio, ubicado en Bogotá. A pesar de estos planes, el primer lugar donde llegó fuera de España fue Andorra.

Su situación actual

Sin embargo, todo lo que sube tiende a bajar. Y esas colas kilométricas bajo la lluvia que caracterizaba a Cereal Hunters dejó de existir. Ese objetivo de abrir 20 tiendas en 12 meses sufrió una restructuración, ya que esos locales abarrotados comenzaron a perder clientela y empezaron a acoger a un número normal de gente, similar al de cualquier otro negocio convencional.

De esa ilusión de abrir 20 tiendas en un año, solo consiguieron abrir 10. Sin embargo, no todas sobrevivieron. En esos doce meses, de esos diez locales, tres de ellos tuvieron que echar el cierre. En concreto, dijeron adiós a Valencia, Valladolid y Salamanca. Eso se tradujo en una pérdida de interés por parte de los franquiciados. De esas 250 solicitudes que llegaron a registrar cuando comenzaron a barajar la idea de franquiciar la marca, muchos de ellos se fueron cayendo por el camino.

Cereal Hunters cerró el 2018 con tres tiendas propias y cuatro franquiciadas. A día de hoy, tan solo una queda en pie. Según se puede ver en su página web, es la primigenia, la afincada en Malasaña, la única superviviente.

Lo que sigue intacto es la amplia variedad y el sumo cuidado de su imagen. La cafetería ofrece una gama de 160 tipos de cereales, más de una decena de tipos de leche, ya sea blanca o de colores y una variedad de toppings para completar el tazón de cereales. Además, en los últimos años han innovado incorporando un menú degustación, batidos, tortitas, bebidas calientes, yogures, incluso, tostadas, sándwich, bocadillos o croissants.

De la historia de Cereal Hunters deberían aprender los nuevos locales de moda que están creciendo de una manera vertiginosa en muy poco tiempo. Sin embargo, aunque con mucha menos fama que al principio, la cafetería sigue abierta y sus coloridos boles de cereales siguen poblando Instagram y siendo fuente de atracción para locales y forasteros.

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