Chanel Terrero: “He trabajado mucho y muy duro”

Chanel Terrero fue elegida para representar a España en el Festival de Eurovisión tras ganar el festival de Benidorm Fest, colocándola en el ojo del huracán de la polémica por resultar vencedora solo con los votos del jurado por su canción SloMo, que viene a ser la contracción de la palabras inglesas slow y motion (a cámara lenta), un anglicismo que a nadie gustaba.

Chanel nació en La Habana el 28 de julio de 1991 y con apenas 3 años se mudó con sus padres, Marlene Martínez y Alain Terrero, a España. De niña fue una buena estudiante, aunque los sobresalientes le venían por ballet. Con tan solo 9 años comenzó a despuntar y la llevaron a la escuela de artes escénicas 113 Dansa (en Olessa de Montserrat). Allí descubrió que su vocación era el baile. No paró de ensayar y trabajar hasta que a los 16 años decidió trasladarse a Madrid, donde hizo su primera incursión en el teatro musical. En la actualidad tiene 31 años y ha formado parte del elenco de actores e intérpretes de grandes musicales españoles como El Rey León, Mamma Mia!, El Guardaespaldas, Flashdance, Nine o Fiebre Hamilton, antes de convertirse en un rostro televisivo.

Ha sido tan fulgurante su trayectoria profesional que se quedó a las puertas de aparecer en el remake de West Side Story, dirigido por Steven Spielberg; estuvo entre las cinco finalistas para interpretar a Anita. “Me llamaron un viernes y me preguntaron si la semana siguiente podría hacer una audición en Nueva York. No me lo pensé ni un segundo y cogí un avión”, confiesa Chanel. “Fui pasando varias fases y, en la última, ahí estaba Spielberg. Ver de cerca cómo trabaja fue algo único. En una mesa había varios productores y él, de pie, nos grababa a través de la pantalla de su móvil. Es un señor muy educado y con un aura increíble”, recuerda Chanel.

Después de pasar por tantas críticas, ¿en qué momento te encuentras?

Se me pasan muchas cosas por la cabeza y por el corazón. Me siento tranquila. Después de tanta tormenta llegó la calma y viendo los apoyos que he tenido para llegar hasta el escenario de Turín, me encuentro repleta de energía y positividad para aprovechar esta oportunidad.

Has estado muy expuesta en estos últimos meses, ¿forma parte de tu trabajo?

Cien por cien. Siempre hay opiniones buenas y otras menos, pero de eso se trata: de acostumbrarse a estar en la palestra y a no distraerse de lo importante.

 

«He trabajado mucho y muy duro, con una rutina intensa de trabajo parecida a la de una atleta»

 

¿Cómo era Chanel antes de ser elegida para representarnos en Eurovisión?

Era una niña soñadora con una fuerte disposición al baile y, desde pequeña, a la interpretación. He trabajado mucho y muy duro, con una rutina intensa de trabajo parecida a la de una atleta. Llevar una dieta concreta, unas horas para dormir, que la voz descanse, calentamientos, estiramientos, clases de técnica vocal, preparación física… De todo. Primero, para lograr un puesto en los distintos cuerpos de baile y, después, para ser mejor y poder dar el salto a algo mucho más grande. He tenido mucho apoyo de mi madre, mi abuela y mi familia al completo.

En alguna ocasión has declarado que hay varias mujeres referentes en tu vida.

Además de las mujeres de mi familia, que han sido un ejemplo para mí, como referencias desde el punto de vista artístico tengo a Selena Quintanilla, Shakira, Thalia, Beatriz Luengo y a Ruth Lorenzo. También a alguna compañera de musicales como Marta Rivera, que cuando yo era pequeña la miraba y pensaba: “Dios mío, yo quiero ser como ella de mayor”.

Durante este tiempo has estado trabajando tu voz, tu físico y tu mente. ¿Cómo has gestionado las críticas contrarias a ti?

Ya es pasado. Es algo que ha sucedido y, obviamente, trae su cola, pero hay que tener en cuenta que el Festival de Eurovisión es muy grande y que conlleva mucha responsabilidad. Hay mucha presión en ello y hay que sentirse fuerte para poder subirte al escenario y no solo cantar y bailar, sino transmitir un montón de cosas.

¿Has trabajado con la ayuda de un psicólogo?

Sí, tengo mi coach, pero también me ayudo con mi propia fuerza personal, que he ido aprendiendo durante todos estos años y aplicando en mi día a día. He tenido días de bajón, por supuesto, como todo el mundo, pero ahí es cuando hay que tirar de lo positivo.

«Cuando se ha cruzado la línea de la falta de respeto o del ataque personal es cuando más frustración he llegado a sentir»

 

Desde el primer momento te han estado mirando con lupa. ¿Crees que ha sido correcto?

La verdad es que todo lo vivido ha sido nuevo para mí porque era la primera vez que estaba en la palestra. Es normal y lo comprendo. Pero cuando se ha cruzado la línea de la falta de respeto o del ataque personal es cuando más frustración he llegado a sentir. Yo respeto todas las opiniones y entiendo que haya criterios diferentes.

¿Cuándo asumiste que eras un personaje público y que te habías colocado en la palestra?

Nada más acabar el Benidorm Fest. Por eso gestioné las cosas como las gestioné. Me dije que me tenía que sentir orgullosa de lo que había hecho y segura de lo que pienso; porque igual que respeto las opiniones de los demás, yo también tengo una y quería respetarme a mí misma. No hice daño a nadie, solo me subí a un escenario a disfrutar y a contagiar el buen rollo.

¿Crees que fueron injustas contigo las redes sociales?

Sí. La verdad es que me dieron mucha caña, pero también recibí mucho apoyo. Muchas veces parece que lo malo sobresale de lo bueno, porque hace más ruido, pero lo bueno también está ahí, lo veo y me ayuda. Ha sido muy importante para mí toda esa gente que ha dedicado su tiempo a mover sus pulgares para hacerme llegar su cariño y apoyo.

¿Te ha dado coraje que tuvieras más apoyos fuera de España que dentro?

Es delicado esto, porque vuelvo a decir que hace más ruido lo malo. Pero también hay mucho bueno, y es por ese sector del público por lo que me siento apoyada en España. El porcentaje de apoyo que he recibido en mi país es lo que me permite no sentir rabia por ese otro sector que no lo hizo.

¿Has llegado a hablar con algún otro representante de Eurovisión que pudiera darte alguna sugerencia importante?

He hablado con bastante gente y todavía me queda hablar con unos cuantos. He recopilado un montón de consejos que van desde disfrutar absolutamente todo lo haga, porque esto es una experiencia que se pasa y que es única en la vida, a duerme y descansa, bebe mucha agua, no hables, etc. El que más se repite es: “Disfruta del momento”.

¿Hacia dónde quieres llevar tu proyecto musical?

Hay tantas cosas por descubrir que, al final, me estoy descubriendo yo misma como artista. Entonces no sé hacia dónde, lo que sí sé es que vamos a probar mucho para ver dónde me siento cómoda.

¿Qué candidaturas ves más fuertes y cuál es la que más te gusta?

Ronela, la candidata de Albania, me encanta. Y su tema, Sekret. Me gustaría hacer alguna colaboración futura con ella. Me parece una diosa encima del escenario, la disfruto mucho. Y me gusta un montón Reino Unido (Sam Ryder, Space man) es superpotente e Italia (Mahmood & Blanco, Brividi). Considero que son las más fuertes para llevarse el triunfo, junto con España, claro.

¿Crees que a la mujer se le exige un tipo de show más potente que a los hombres?

No sé si es tanto el exigir como el cuestionar. Es completamente un error que se nos siga cuestionando cómo vamos vestidas, cómo vamos maquilladas, qué cantamos, qué no cantamos. La mujer tiene que ser libre.

¿Cómo has vivido el éxito de tu canción en redes sociales como TikTok o en plataformas tipo Spotify?

Como una auténtica locura. Me sorprendió muchísimo. Yo veía comparaciones y las cifras no me parecían muy allá, pero claro, pensando que es mi primer tema, es muy fuerte que mi primera canción llegara a esos números. Cuando veo a tanta gente haciendo el SloMo Challenge, flipo.

¿Qué será de Chanel después de Eurovisión?

No sé lo que será después, lo que sí sé es que no voy a cambiar esa disciplina que llevo desde que tengo casi uso de razón y que para mí es primordial para tener un buen resultado en un escenario. Y seguiré siendo esa niña pequeña que no pierde la ilusión que me ha hecho crecer como artista.