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La guerra que cambiará la humanidad: fabricar humanos y/o modificarlos

Pedro Ruiz| 3 de julio de 2023

Mientras que todos los ojos están puestos en la amenaza que la inteligencia artificial (IA) plantea para el mundo que conocemos, se está llevando a cabo una guerra mucho más profunda en la sombra. Un enfrentamiento que en los próximos años no solo cambiará nuestra civilización, sino que promete transformar para siempre la raza humana. Así, la batalla se está dando entre fabricar humanos a la carta o la modificación (selectiva) de los ya existentes; ylace tiempo que ha ido más allá de cualquier límite ético, legales o biológicos.

Esa batalla, como otras muchas de las que se sabe muy poco, empieza en China. En abril, unos investigadores chinos informaron de que habían iniciado embarazos en monos cynomolgus a través de un procedimiento muy similar al de fertilización in vitro. Lo extraño viene a continuación, ya que se trataban de embriones creados a la carta desde cero a partir de células madre embrionarias de mono también, lo que se conocen como embriones sintéticos o embriones creados sin espermatozoides ni tampoco óvulos. En otras palabras, los investigadores chinos estaban (y están) jugando a ser Dios, en todo el sentido de la palabra, al fabricar humanos.

Pero el equipo de Zhen Lu (que desarrolla su investigación en el State Key Laboratory of Neuroscience en Shanghái) no es el único proyecto que busca crear seres a la carta. De hecho, recientemente dos equipos de científicos estadounidenses (liderados por Magdalena Zernicka-Goetz, de Cambridge, y Jacob Hanna, del Instituto Weizmann de Ciencia en Rejovot, Israel) han anunciado que han desarrollado estructuras similares a embriones, hechas completamente de células madre humanas, que han sobrevivido durante 14 días, lo que supone el mayor avance hecho nunca en la creación de humanos en un laboratorio. 

 

FABRICAR HUMANOS: MÁS ALLÁ DE TODOS LOS LÍMITES

Lo conseguido por los equipos de Zernicka-Goetz y Hanna, en realidad, va mucho más allá de lo que se cree, ya que esa duración de 14 días no es simplemente autoimpuesta. En otras palabras, si alguno de los dos científicos (o cualquiera otro que esté ahora experimentando con este tipo de embriones sintéticos humanos) hubiera querido, probablemente habría logrado hacer que sus fetos hubieran llegado mucho más lejos. De hecho, el propio investigador con residencia en Israel ya logró eso mismo con embriones sintéticos de ratones: en concreto, hasta el día 12, lo que supondría seis meses para la gestación humana

Así, la razón de esos 14 días se conoce como gastrulación y es una de las etapas más cruciales por las que atraviesa un feto, ya que es el momento en el que aparecen los primeros indicios de la estructura corporal de la futura persona. Hasta tal punto es vital la gastrulación, que en dicha etapa las células comienzan a especializarse en los tejidos que formarán los nervios, los órganos internos, el intestino y más. Por último, un surco central llamado racha primitiva se desarrolla como precursor de la columna vertebral, definiendo el eje central de simetría bilateral del cuerpo naciente. Por ello, en 1990 se decidió casi de forma unánime entre un largo listado de países que esos 14 días debían marcar el límite del tiempo que los embriones humanos podrían mantenerse in vitro. 

 

Fabricar humanos
Elon Musk, presenta Neurolink

 

Así, una vez pasados esos meses, o bien se implantaría en un útero materno o simplemente se finaliza el programa dejando ‘morir’ al feto. Obviamente, ese primer escenario, el de insertarlo en una mujer, solo se ha dado cuando la fecundación in vitro se ha llevado a cabo con un óvulo y espermatozoide. Al menos, que sepamos. Aun así, ambas circunstancias están a punto de cambiar, ya que la fecha de los 14 días se queda corta, y la idea de insertar fetos creados de la nada (con las modificaciones genéticas que se consideren oportunas) en mujeres para que después den a luz está empezando a ser una realidad. También lo empieza a ser el hecho de fabricar humanos.

 

MODIFICACIÓN GENÉTICA O MODIFICACIÓN MECÁNICA

En el otro punto de la guerra está la modificación de los humanos. Una técnica que puede implicar distintos procedimientos. El primero es el de la modificación genética, de tal manera que se puedan modificar los genes para que se presenten en el feto las aptitudes que queremos de una persona: los ojos claros, que sea más alto o más listo. La segunda forma de modificar humanos es a través de las máquinas, al insertarnos ciertos dispositivos que mejoren nuestro funcionamiento, y ya hay una empresa que está llevando esta modalidad mucho más allá de lo que se creía hace no mucho: Neurolink de (quién si no) Elon Musk.

Entender realmente en qué consiste, lo que quiere conseguir y cómo hacerlo es una misión que requiere mucho tiempo, por lo que para simplificar: Neurolink pretende crear un interfaz dentro de nuestro cerebro que sea capaz de hacer que todas nuestras neuronas puedan comunicarse sin problemas con el mundo exterior. Eso directamente rompe con cualquier cosa que hayamos soñado acerca de nuestro futuro, y Musk no solo está detrás de ello, sino que hace un mes recibió la aprobación de la FDA para iniciar en humanos sus estudios de implantes cerebrales.

En definitiva, mientras el mundo ahora parece preocupado por la IA, cada vez más científicos y multimillonarios (probablemente también gobiernos y agencias de inteligencia) están empezando a definir lo que serán los humanos del futuro. Todos los anteriores avances tienen un potencial para ayudar a mejorar el mundo enorme, de hecho, esa es la máxima con la que se trabaja. Pero también para cambiarlo para siempre como nunca nos hubiéramos imaginado. Al fin y al cabo, es la propia humanidad la que parece que nunca volverá a ser la misma. Y es que no nos confundamos, si estos avances siguen adelante (como seguramente ocurrirá) será el fin del homo sapiens sapiens, ya que probablemente puedan parecerse a nosotros por fuera, pero por dentro seremos especies muy diferentes. 

 

P.D. Todas las nuevas especies que surgieron de homos acabaron con las inferiores de uno u otro modo.

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