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La hipocresía de H&M y Zara: destruyen la ropa que tú donas

Lidia Vega| 30 de octubre de 2023

Desde hace unos meses, todas las empresas de moda se lanzaron a la aventura de la ropa de segunda mano. Un poco presionadas por esos objetivos europeos de reducir el impacto medioambiental de nuestros actos, las compañías de fast fashion asumieron que ellas eran parte del problema. Sin embargo, las acciones no son tan buenas como parecían.

Zara lleva más de un año abriendo puntos de su plataforma de segunda mano Zara Pre-Owned, se trata de puntos donde los compradores pueden comprar y vender ropa de segunda mano, así como donarla para Cruz Roja. Precisamente en este último punto, el buque insignia de Inditex ha querido dar un paso más allá en nuestro país.

«Como parte de nuestro compromiso social y medioambiental, queremos ayudarte a alargar la vida útil de tus prendas. Para ello, hemos desarrollado el programa de recogida de ropa usada, con el fin de darle una nueva vida y apoyar a las organizaciones sin ánimo de lucro con las que colaboramos», explica la compañía.

Para usar este servicio, los usuarios tan solo tienen que depositar la ropa en los contenedores situados en las tiendas físicas o bien solicitar el servicio de recogida de donaciones online. Con todas estas piezas, es Zara la que se encarga de enviar la ropa a las diferentes organizaciones.

Por su parte, H&M comenzó con su proyecto de reciclaje de ropa hace una década. En esta ocasión, la compañía tiene unas cajas de reciclaje en sus tiendas físicas donde el usuario lleva las prendas que ya no quiera y las puede entregar. Además, en el caso de ser socio, recibe un cupón digital de agradecimiento que podrá utilizar en su próxima compra.

De aquí, la empresa dividirá estas prendas en tres categorías. Por un lado, aquellas que estén en buen estado, se reaprovecharán para venderlas de segunda mano. Por otro, se pueden reutilizar los tejidos para crear otros productos, como paños de limpieza. Y, la última categoría, sería la de reciclar las prendas y tejidos para crear fibras para su uso posterior como otros materiales.

El destino final de esta ropa es la trituradora

Todos estos programas tienen como objetivo darle una segunda vida a las prendas que estén en buen estado, ya que hasta ahora todas ellas iban a la basura y tan solo se reciclaba el 1% de todas estas piezas que acabamos desechando a lo largo del año.

Sin embargo, una investigación realizada por Changing Markets Foundation titulada Take-back Trickery desmonta esta afirmación. Para elaborar el estudio la organización rastreó 21 prendas que se habían donado en contenedores de H&M, Zara, C&A, Primark o Nike, entre otras, en Francia, Reino Unido, Alemania y Bélgica.

Todas ellas eran piezas en buen estado y, por lo tanto, entraban dentro del grupo que podían tener una segunda vida. Para saber su destino, colocaron unos AirTags, dispositivos de Apple que funcionan como localizadores ocultos.

MÁS DE LA MITAD DE LA ROPA DONADA ACABARON EN VERTEDEROS DE ÁFRICA O FUERON TRITURADAS

Según los resultados de esta investigación, 16 de estas 21 prendas «se destruyeron, se dejaron en almacenes o se exportaron a África, donde la mitad se tritura o elimina en vertederos«.

Uno de los ejemplos de esta realidad es el caso de una falda de H&M donada en una flagship de Londres. Esta prenda recorrió 24.800 kilómetros para acabar en un vertedero de Mali. Antes de llegar a este país, esta prenda, junto con una camiseta de manga larga que corrió la misma suerte, pasaron por otros países y almacenes, que continuaron desechando unas prendas que, sobre plano, estaban perfectas para darles una segunda vida, tal y como se esperaba de la marca sueca.

Las empresas de moda utilizan la zona sur del mundo como vertedero

Es decir, H&M, como también hacen el resto de marcas, como Zara, no cumplen con lo prometido. En el caso de la marca sueca, de hecho, no cumple con ninguno de los tres supuestos en los que debería darle una segunda vida a las piezas donadas. Es decir, ni la vende como ropa de segunda ni la convierte en otro tipo de producto.

Sin embargo, el informe da un paso más allá: «La última opción, a la que H&M se refiere como reciclaje, es en realidad el downcycling, donde los textiles se trituran en fibras textiles y se utilizan para fabricar, por ejemplo, materiales aislantes».

Lo cierto es que todas las prendas de ropa analizadas han acabado en países de la parte sur del mundo. Esto lo que hace es aumentar el problema del desperdicio en esta zona, ya que se están acumulando los desperdicios de ropa usada de la parte rica del planeta. Según concluye el informe, las empresas están utilizando el Sur Global como su propio vertedero, tratando de ocultárselo a sus consumidores y sin ser responsables.

Además del comportamiento de las empresas, lo cierto es que los consumidores también debemos replantearnos la manera de comprar que seguimos teniendo.

La mayoría de tiendas fabrican en países en desarrollo, aprovechando la mano de obra barata. Sin embargo, traerla al norte del mundo es algo muy costoso, por lo que se debe fabricar en serie. Este proceso no es sostenible. La única solución posible es fabricar en menores cantidades, pero aumentando su calidad.

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