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Influencers que cambiaron el mundo: Nikola Tesla

Redaccion| 2 de febrero de 2022

Nikola Tesla (1856-1943) está considerado como uno de los inventores más prolíficos de todos los tiempos. Es el autor de numerosos avances en el campo del electromagnetismo y estableció las bases de los sistemas modernos para el uso de la energía eléctrica por corriente alterna, sustrato de la Segunda Revolución Industrial.

Tesla nació en un pequeño pueblo de la actual Croacia, en el seno de una familia ortodoxa de origen serbio, aunque más tarde adquirió la nacionalidad estadounidense. Cuenta la leyenda que fue en esta época cuando Tesla descubrió la obsesión que le perseguiría durante toda su vida. Una noche, acariciando a su gato Macak, su mano produjo una lluvia de chispas radiantes y, de pronto, la espalda del felino se convirtió en un haz de luz. Este suceso marcó a un joven Tesla que, desde entonces y hasta el final de sus días, se dedicó a intentar descifrar un mismo enigma: ¿Qué es la electricidad?

 

TESLA, UN INGENIO VORAZ

En 1875, Nikola comenzó sus estudios de ingeniería eléctrica en la Universidad Politécnica de Graz (Austria), estudios que jamás llegó a terminar por su naturaleza enfermiza y su adicción al juego, a pesar de que era un gran estudiante. Durante su infancia y su juventud, Tesla había vivido episodios que le provocaban alucinaciones, sueños premonitorios, cegadores haces de luz que daban respuesta inmediata a los problemas que él planteaba. Sinestesias de un pensamiento visual que le harían alcanzar un ingenio voraz.

En 1880 viajó a Viena, donde trabajó para la Compañía Nacional Telefónica e ideó el amplificador, precursor del altavoz moderno. Tras esto, Tesla se trasladó a París, donde encontró trabajo en la compañía de Edison. Ese mismo año ideó el motor de inducción por corriente alterna.

Su sueño era llevar la energía gratuita sin cables por todo el planeta

Cuatro años después, fue trasladado a las oficinas de la compañía en Nueva York por su excelente trabajo y allí se encontraría con el mismísimo Thomas Edison, que influiría de manera determinante en su vida. Desde el primer momento, chocaron. Mientras Edison era un firme defensor de la corriente continua, Tesla estaba convencido de que la corriente alterna era una mejor solución, más barata y sencilla, y es la que hoy seguimos usando en nuestros hogares.

Ambos se necesitaban para llevar a cabo sus respectivas empresas, pero Edison, temeroso de la nueva competencia, se negó a pagar los honorarios de Tesla y comenzó una campaña de difamación conocida como la guerra de las corrientes.

“La ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad” – Nikola Tesla

Entonces fundó su propia compañía y, más tarde, comenzaría a trabajar para el gigante de Westinghouse. Su sueño era llevar la energía gratuita sin cables por todo el planeta, desde cualquier parte del mundo. Suya es la frase: “La ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad”.

Ante un periodo de dificultades financieras, de nuevo, en 1889 montó su propio laboratorio, el taller donde dejaría fluir su imparable mente creativa hasta el final de sus días. Aquí ideó (cambios de sede, incendios y robos de patente incluidos) el primer aparato teledirigido, la primera radio (a pesar de que habitualmente se atribuye el invento a Marconi), múltiples avances en resonancia magnética y rayos X, la primera transmisión inalámbrica de energía eléctrica en el alumbrado público de Nueva York y la ‘bobina Tesla’, llamada así en su honor: un transformador compuesto por varios circuitos resonantes acoplados que permite la transmisión eléctrica y que hoy está detrás de los experimentos escolares para explicar la electricidad. También en su honor se denomina tesla a la unidad de medida de la inducción magnética en el sistema internacional.

Décadas después, pasaría a dar nombre a la marca de coches de uno de los magnates más poderosos del planeta, hablamos de Tesla Motors y Elon Musk, quizás inspirado por la personalidad excéntrica y, en muchas ocasiones, carente de apoyos, del ingeniero serbio.

Sus últimos años los dedicó a la experimentación, la especulación y la filosofía. Se interesó por la radioastronomía y la conexión de la humanidad con el todo. Murió solo, endeudado, en una habitación del Wyndham New Yorker Hotel, y rodeado por un halo de misterio de genio a la vanguardia.

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