La Tercera Guerra Mundial es tecnológica
El Club del Billón de dólares (las grandes tecnológicas) lleva ventaja.
Los datos de capitalización bursátil son apabullantes, de una elocuencia abrumadora. Apple, la empresa de la manzana que lanzara Steve Jobs, con un móvil revolucionario que empleaba aplicaciones que otros desarrolladores podían aportar (recibida por unos cuantos ‘expertos’ en su salida como una extravagancia caprichosa), ya es en este mes de octubre de 2020, en plena pandemia mundial, con la mayor recesión económica desde la Segunda Guerra Mundial, la empresa más valiosa del mundo por su valor en bolsa.
Está en torno a 1,7 billones de dólares, tras una subida del 60% desde principios de año. Solo ella duplica el valor de las 35 mayores empresas europeas cotizadas. Le sigue Amazon, con un valor de 1,65 billones, tras un rally azuzado por el ya imprescindible comercio electrónico. Pero todavía tenemos a Microsoft, que vale 1,62 billones. Y cierra el cuarteto Facebook, que ‘solo’ vale unos 740.000 millones de dólares. Esta es la algo salvaje evidencia de la aplastante hegemonía de las tecnológicas norteamericanas, a las que solo algunas empresas chinas pueden llegar a hacer sombra. Con un importante añadido: esas empresas emplean una tecnología y una estrategia convergente; lo que se ha dado en llamar ‘capitalismo de plataformas’ o ‘capitalismo de vigilancia’, un caldo de cultivo de la abrumadora desinformación, de la manipulación informativa que nos inunda poniendo en peligro la libertad y la democracia. Algunos lo han llamado un golpe de Estado silencioso, insidioso y letal. La Tercera Guerra Mundial está en pleno desarrollo y, por ahora, la está ganando el Club del Billón de dólares. Sin cañones, ni aviación ni bombas, pero eso sí, con alguna sangre, como contaremos luego. Estaremos atentos sobre su desarrollo en esta prestigiosa publicación.
Facebook es la empresa más peligrosa del Club, con diferencia. Según algunos prestigiosos analistas, como por ejemplo Enrique Dans, puede ser la empresa más tóxica del planeta, con sus más de 2.000 millones de miembros. ¿Quién de ustedes no la utiliza? Yo mismo la utilizo, si bien muy limitadamente. Prefiero LinkedIn o Twitter. Creo que estamos en la edad de piedra de las redes sociales y que en unos pocos años vamos a ver una auténtica revolución más que evolución. Algunas redes son un auténtico sumidero de la soberanía personal, fomentan una dependencia masiva. Ha llegado la hora de defender nuestra privacidad con uñas y dientes, porque Privacy Is Power, como demuestra brillantemente Carissa Véliz, profesora de Oxford, en su reciente publicación.
No se pierdan ustedes The Facebook Dilemma, documental producido por el canal de la TV pública norteamericana PBS, revelador del nuevo modelo de negocio que está transformando el mundo, no solo los negocios de Internet, sino la banca, la distribución, las finanzas y un espectro cada vez más amplio de actividades, habida cuenta de la rapidísima expansión de la era digital. Entramos en servicios y aplicaciones sin duda muy útiles y además gratuitos, pero en realidad no son nada gratuitos, pagamos con nuestros datos. Como dice un filósofo del mundo digital, “cuando estás leyendo un ebook, en realidad el ebook te está leyendo a ti”. ¡Bingo!
Y sí, hay sangre. No poca. Por ejemplo, cuando Facebook fue la principal herramienta para difundir en Miammar el odio hacia la etnia rohingya, de religión musulmana. Médicos sin Fronteras estima que al menos 6.700 rohingyas, incluidos 730 niños, sufrieron muertes violentas desde fines de agosto hasta fines de septiembre de 2017. Unos 2.000 asentamientos fueron completamente arrasados entre 2017 y 2019, señaló Naciones Unidas. Hay más de un millón de desplazados. La mayor parte en Bangladesh. Facebook tardó hasta 2018 en disculparse por no haber actuado antes suprimiendo de sus páginas las incitaciones al odio y las matanzas.
En India, los partidarios del presidente Narendra Mori, actualmente en el poder, utilizaron Facebook para alentar las pasiones antimusulmanas y destruir la reputación de periodistas y activistas. En Filipinas, Rodrigo Dutarte, aprovechó Facebook para promover y justificar asesinatos de personajes de la oposición, promoviendo amenazas y acoso.
La Tercera Guerra Mundial está en pleno desarrollo y, por ahora, la está ganando el Club del Billón de dólares
Recientemente, Facebook se ha mostrado muy enojada ante la amenaza de la Comisión de Protección de Datos irlandesa de emplazar al gigante norteamericano a cumplir con la legislación europea y dejar de transferir datos de usuarios europeos a sus servidores de EEUU. Facebook ha amenazado con abandonar Europa. Por favor, señor Zuckerberg, cumpla su amenaza y deje el Viejo Continente, nos hará un gran favor.
El 29 de julio pasado, Facebook, Amazon, Apple y Google, testificaron ante el Congreso de los EEUU y trataron de defenderse de prácticas monopolistas y ahogar a la competencia. Se les acusó de representar los poderes de un gobierno privado. Pero los expertos y los propios congresistas advierten que son pocas las posibilidades de llegar a algún tipo de regulación. Es como tratar de acarrear agua con un cesto. En estos casos, la puerta de huida de las tecnológicas es la tecnología más avanzada, que progresa exponencialmente, muy por delante de los penosos y tardíos esfuerzos de los gobiernos y organismos para limitarles. Por ejemplo, con la computación cuántica, aún en pañales pero absolutamente revolucionaria. Y ¿saben ustedes cual es la empresa más avanzada en computación cuántica?: Alphabet, o sea, Google.
Veremos que sucede en las cruciales elecciones presidenciales norteamericanas del 3 de noviembre, pero Kamala Harris, candidata demócrata a la vicepresidencia, junto con Joe Biden, que tiene 78 años, defiende la idea de ‘romper’ Facebook. No sería nada extraño que Kamala Harris, mujer y de color, llegara a ser presidenta de Estados Unidos. Pero es que las propuestas de otros candidatos demócratas eran aún más duras. Elizabeth Warren, por ejemplo, piden trocear la red social y también Google. Y hay un clamor para que las grandes compañías tecnológicas paguen más impuestos. Decididamente, el año 2021 va a ser muy interesante.
La Tercera Guerra Mundial solo acaba de empezar. Es tecnológica. Atentos a Influencers.