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En la mente de Musk: ¿Por qué Twitter?

Pedro Ruiz| 25 de octubre de 2022

¿Qué busca realmente Elon Musk en Twitter? Esa es la pregunta que durante meses se ha hecho todo el mundo. La única respuesta que ha dado el excéntrico multimillonario al respecto es la de “desbloquear todo su potencial” como instrumento de debate “en asuntos vitales para el futuro de la humanidad”. Una razón loable, pero difícilmente creíble (y ejecutable) como para pagar una factura de 40.000 millones. Por ello, para muchos analistas, más bien se trata de arrogancia y ego, ya que Musk se ha convertido con el paso del tiempo en una estrella de dicha red social.

Pero probablemente, como suele pasar con muchas cosas en la vida, ninguna es completamente correcta ni tampoco verdaderamente falsa. Y es que Musk busca con Twitter tanto dar sentido cómo transformar una de las grandes preocupaciones, sino la que más, que ha tenido desde pequeño: el significado de internet, su verdadero potencial y lo que puede ofrecer en un futuro.

 

EL ORIGEN DEL GENIO: MUSK, UN NIÑO DIFERENTE

Musk es conocido por su habilidad emprendedora, de hecho, tiene una enorme lista de creaciones realmente impresionante: PayPal nació como parte de sus ideas, pero son Tesla (coches eléctricos), SpaceX (viajes espaciales) y Neuralink (neurotecnología e IA) los verdaderos hijos de sus ensoñaciones (y preocupaciones) adolescentes. De hecho, cuando estaba en la universidad pensó en lo que quería hacer con su vida, utilizando como punto de partida la pregunta: «¿Qué afectará más al futuro de la humanidad?» La respuesta que se le ocurrió fue una lista de cinco cosas entre las que estaba la energía sostenible (como preludio de Tesla) y la exploración espacial, en particular, la extensión de la vida más allá de la Tierra porque algún día desaparecerá (SpaceX).

En dicha lista había otras dos ideas que también parecen ligadas, en cierto punto, al día a día de Musk: la inteligencia artificial, que lo impregna todo incluido Tesla y su conducción automática o Neuralink, y la reprogramación del código genético humano, también ligado a Neuralink. Pero en esa lista de preocupaciones y creaciones que han sido la base de todo lo que ha creado el magnate falta la pieza más importante, el primer elemento en aquella famosa lista: internet. Y no solo falta, sino que tampoco nunca ha parecido que el multimillonario hiciese ningún intento por empezar esa carrera.

 

Elon Musk asalta Twitter.
Elon Musk.

 

Y eso es extremadamente raro. Al fin y al cabo, el propio Musk siempre se recuerda a sí mismo, desde muy pequeño, aporreando un ordenador. Así, con apenas 9 años ya tenía su primera computadora, la Commodore VIC-20, que tenía cinco kilobytes de memoria y una guía de «cómo programar». El programa tenía una duración estimada de seis meses, pero el multimillonario apenas tardó tres días. Unos años más tarde, con apenas 12, ya era capaz de crear videojuegos; el primero lo llamó Blastar, que posteriormente vendió por 500 dólares. Finalmente, con 17 años puso rumbo a Silicon Valley, aunque antes pasaría por Canadá y Pensilvania.

 

¿PUEDE SER TWITTER LA LLAVE MAESTRA DEL INTERNET DEL FUTURO?

Una vez llegados a este punto, las preguntas sobre el culebrón del 2022 se bifurcan. Al menos, una vez conocido que Musk busca con Twitter algo más que convertirla en una plaza pública al más puro estilo griego. La primera es ¿qué pretende realmente crear para cambiar o expandir internet? Una cuestión cuya respuesta está muy limitada, tanto porque el propio Elon apenas ha divagado al respecto, con pequeñas especificaciones, como porque las ideas del genio son impredecibles. La segunda es ¿cómo encaja Twitter en esos planes? e, incluso, ¿por qué ha elegido Twitter? Otro enigma de difícil solución, aunque no tanto como el primero.

Así, en cuanto a la primera pregunta, Musk ha empezado a ofrecer indicios de una visión estratégica mucho más grandiosa de lo que ahora es Twitter. Incluso, mucho más de la que alguna vez pudo soñar su fundador, Jack Dorsey. El esbozo del magnate pasa por reducir la dependencia de Twitter de la publicidad y, en su lugar, crear con ella una «aplicación para todo», conocida como X, con pagos en línea que se remontan a los días en que ayudó a fundar PayPal. Aunque ahora el modelo es reproducir un WeChat, la superapp de Tencent en China, pero más libre. Un proyecto gigante que otros, como Facebook (ahora Meta), ya han intentado sin tantos éxitos.

 

Cada usuario que tiene Facebook (Meta) ‘cuesta’ unos 25 centavos, mientras que el usuario de Twitter ‘cuesta’ menos de la mitad, unos 0,11 centavos

 

Uno de los primeros pasos es cifrar los mensajes en Twitter de extremo a extremo. Eso ya lo hizo Facebook en 2019, previo paso para incorporar un sistema de pagos y cobros dentro de la plataforma. Y a eso mismo hizo referencia Musk hace meses: “Los mensajes directos (DM) de Twitter deben tener un cifrado de extremo a extremo, como Signal, para que nadie pueda espiar o piratear sus mensajes. Pero obviamente, la idea de crear una superapp va mucho más lejos. Al fin y al cabo, Wechat permite chatear y realizar llamadas, al mejor estilo de WhatsApp, también permite pedir un taxi o comida a domicilio, abonar las facturas del agua o del gas, enviar dinero, concretar una cita médica, jugar online y hasta solicitar un divorcio.

 

TWITTER, LA MEJOR PLATAFORMA QUE ENCONTRAR EN EL MERCADO

Obviamente, todo ese despliegue excede las limitaciones actuales de Twitter, lo que nos lleva a esa segunda pregunta de ¿por qué la ha elegido como base de su nuevo imperio? La respuesta solo la tiene el propio Musk, pero probablemente esté cerca a que la versión más pragmática del multimillonario. También a su visión empresarial. Y es que Twitter es quizás la red social más influyente que se pueda encontrar en la actualidad a un mejor precio. Para entender esa idea se puede comparar con Meta. Así, cada usuario que tiene el gigante creado por Mark Zuckerberg ‘cuesta’ unos 25 centavos, mientras que el de Twitter es menos de la mitad, unos 0,11 centavos

Pero no solo es un precio menor por cada usuario que adquiere, sino también el precio total. Y es que no solo se trata de que obviamente, los 44.000 millones que vale Twitter son más asequibles que los casi 500.000 millones de Meta, sino que puede tener el control sobre una y no sobre otra. Además, hay que recordar que conseguir esa cantidad de dinero no ha sido tan fácil para Musk pese a ser el hombre más rico del mundo, por lo que encontrar una pieza asequible en el mercado debía ser un objetivo prioritario para el magnate.

En definitiva, Musk logra con Twitter mucho más que una red social. Se trata de una base sólida, heterogénea por edades (lo que no tienen por ejemplo Instagram o TikTok), por países e incluso poder adquisitivo. También la plataforma mantiene un cierto estatus de seriedad que además el magnate busca expandir. Y lo mejor de todo es que lo hace a un buen precio y que puede asumir. Por ello, se espera que llegue a un acuerdo y finalmente tome el control de la compañía a lo largo de los próximos días. Aunque eso, como todo lo demás, solo lo sabe el propio magnate; aunque si algo ha dejado claro es que sus ideas y proyectos siempre terminan siendo mucho más grandes de lo que en principio parecen.

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