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Especular con el agua: un pasatiempo de ricos con una rentabilidad del 44%

Pedro Ruiz| 13 de noviembre de 2021

Agua, el elemento más importante para el ser humano. Y, quizás, también el más olvidado. A medida que el mundo inicia una torpe carrera hacía la descarbonización, el planeta avanza hacía la desertización. La falta de lluvias, su uso descontrolado y su mala (en muchas ocasiones) gestión pueden poner en apuros a la humanidad. Un enorme problema que, sin embargo, está siendo muy rentable para unos pocos. Al fin y al cabo, las palabras escasez y aumento de demanda es sinónimo de dinero para el que tiene la oferta. Por ello, los millonarios llevan invirtiendo años en el sector.

Las señales son más que evidentes allí donde mires. En España, la capacidad de los pantanos están en mínimos no vistos en uno, cinco o diez años. La situación en Portugal es muy parecida. En el otro lado del mundo, el oeste de Estados Unidos afronta su peor sequía en 22 años. Una situación que se refleja en el lago Mead, el más grande del país, que enseña en su roca el llamado ‘anillo de la bañera’, una enorme franja blanca que muestra lo alto que estuvo el agua antaño y lo que ha caído ahora. El 16 de agosto las autoridades estadounidenses declararon la primera escasez de agua del río Colorado.

Por el otro lado, las huellas también son más que visibles. De hecho, un simple índice que replica la evolución de las 50 mayores empresas del mundo dedicadas al agua, o a su gestión, ha logrado en los últimos diez años el doble de revalorización que el mejor promedio histórico de la renta variable, que se sitúa en torno al 7%. Pero no solo es sus increíbles beneficios en el largo plazo, sino que en el corto están creciendo entre el doble y el triple de rápido.

 

ACELERÓN DE LOS RENDIMIENTOS CON EL PASO DE LOS AÑOS

Tomemos el llamado iShares Global Water ETF, de Blackrock. Un fondo pasivo que arrancó en 2007 y cuya rentabilidad acumulada desde entonces es del 250%. Para hacerse una idea, el Ibex todavía está entre un 30 y un 40% debajo de lo que marcaba por aquel entonces. Si tomamos como referencia la evolución media en estos 14 años nos da un crecimiento anual superior al 9%. Una cifra que está por encima de casi cualquier fondo activo del mundo, incluso para aquellos con gestores muy bien pagados. Y lo mejor: los gastos corrientes, las comisiones, apenas alcanzan el 0,65%.

Pero todavía es mejor a medida que se avanza en el tiempo. Si la rentabilidad anualizada a 14 años es del 9%, si se toma a diez es del 13,3%, a cinco asciende al 16,8% y a tres periodos supera el 24%. La velocidad de crecimiento toma cotas de crucero cuando se mide en lo que va de año: un incremento del 44%. Esa cifra supone hacerlo igual de bien que el mejor fondo español en 2021 (AzValor alcanza el 44,2%), y mejor que todo el resto. Además, con entre tres y cuatro veces menos de comisión.

Entre las posiciones que le han permitido esa fuerte revalorización en 2021 están firmas como American Water Works, Xylen, Veolia, Halma y, completa la quinta posición de la lista, Geberit. Muchas de ellas, y otras que no tienen un porcentaje tan importante en el fondo, son compañías dedicadas a los servicios básicos de agua potable y tratamientos en distintos países. La primera es una de las más importantes en Estados Unidos y Canadá, mientras que la francesa Veolia es reconocida por lanzar recientemente una opa sobre Suez, que da este tipo de servicios en España.

 

DE DESTAPAR LA CRISIS SUBPRIME A INVERTIR EN AGUA

La realidad es que, junto al rentable fondo de Blackrock, hay otros que siguen esa temática (como los del gigante Lyxor) con los mismos buenos resultados. Y si bien en sus inicios, allá por 2007, sí estaba reservado más para grandes fortunas en la actualidad da la posibilidad de inversión para gente menos pudiente. La inversión en agua también se está democratizando, pero aun así los fondos de diseño que obtienen todavía más rentabilidad son poco accesibles. Tanto por los altos costes, en forma de comisiones, como por la inversión necesaria, que muchas veces sobrepasa el medio millón de euros.

Uno de los mejores ejemplos de este tipo de inversión elitista es la que estando llevando a cabo el conocido inversor Michael Burry que ha articulado sus apuestas en torno al agua. Burry saltó a la fama después de que su historia, de cómo apostó por la caída del sistema hipotecario de EE.UU., primero se plasmase en un bestseller y posteriormente se llevase a la gran pantalla bajo el título ‘La gran apuesta’. Por si fuera poco, su papel fue interpretado por Christian Bale.

Quizás lo más resaltable es el olfato inversor de Burry a través de su Scion Capital. El hecho de que ya en 2014, aunque se hizo más notorio en 2016, empezase a apostar por el sector del agua, da una idea del enorme potencial que veía entonces. Ahora, aunque las compañías están más caras (ya no es un sector oculto), sigue siendo una gran oportunidad, dado que el sistema seguirá necesitando de mejores infraestructuras hídricas, mejor gestión de las fuentes de agua y ampliar la potabilización y el reciclaje de los recursos de agua en el planeta.

 

EL AGUA TODAVÍA NO COTIZA A LOS PRECIOS ADECUADOS

Además, una parte importante de esta inversión contiene un elemento que les encanta a los inversores: concesiones publicas, esto es, que hay un flujo continuado de dinero estable hacía la compañía. Los riesgos son más bajos y los retornos, en su gran mayoría, están asegurados. Poco más se puede pedir. Más si cabe cuando todos los países del mundo van a seguir invirtiendo miles de millones en este tipo de desarrollos. La apuesta será mayor, todavía, en países emergentes como China o la India.

Pero no solo se trata de infraestructuras públicas. Las empresas también necesitarán pronto monitorizar su uso de agua, como ocurre ahora con el carbón. Un hecho que ahora está pasando desapercibido, en parte por los subsidios de los gobiernos. Sin embargo, a medida que se agotan los acuíferos, los subsidios podrían volverse más costosos e impopulares. Eso llevaría a que las empresas se verían obligadas a pagar un precio más alto por el agua.

S&P Global calcula que si las empresas pagaran el verdadero coste del agua, basándose en estimaciones de escasez, sus márgenes de ganancia se reducirían en una décima parte. Y los de las empresas de alimentos, bebidas y tabaco en tres cuartas partes. De hecho, solo las cinco grandes firmas de alimentos y bebidas (Nestlé, Unilever, Coca-Cola, Anheuser-Busch y Danone) consumen casi 575.000 millones de litros de agua al año, suficiente para satisfacer las necesidades diarias de agua de cada persona del planeta.

En definitiva, para muchos inversores el agua ahora está en el punto en el que el carbono hace una década. La parte de la preocupación. En los próximos años llegará el de adecuar los costes a la escasez. Para entonces, los que ya se han hecho más ricos con sus inversiones en agua esperarán serlo todavía mucho más.

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