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Influencers que cambiaron el mundo: Florence Nightingale

Ana Matías| 30 de julio de 2023

«Una luz vacilaba entre las tinieblas, una figura se desliza silenciosamente entre los largos pasillos de un hospital. El reflejo de una dama puede verse a través de las cristaleras, es la dama de la lámpara, que se inclina hacia el moribundo en la oscura noche cuando no queda consuelo, le acaricia la frente y le dirige unas últimas y  reconfortantes palabras…».

Así era descrita habitualmente Florence Nightingale, más conocida como la ‘Dama de la Lámpara’, en los medios de la prensa victoriana. Pero ella fue mucho más que esa dama. Florence Nightingale (Florencia, 1820) es la madre de la enfermería moderna. En su honor, en 1893, se puso su nombre al juramento que todavía algunos enfermeros realizanal graduarse en una profesión tan valiosa como denostada a lo largo de la Historia.

Florence Nightingale nació en el seno de una familia acomodada en Florencia, ciudad de la que obtiene su nombre. A los 17 años sufrió una depresión nerviosa y lo que ella más tarde definió como “el primer llamamiento de Dios”, que le llevó, siete años más tarde, a anunciar a su familia que quería dedicarse al oficio de cuidar a los que más lo necesitan. Todo un desafío para las convenciones sociales de una época en la que la mujer tan solo estaba destinada a ser madre y esposa. Además, por aquel entonces, la profesión de enfermera era denostada y destinada a mujeres de escasos recursos, que habitualmente caían en el alcoholismo y gravemente enfermas por las pésimas condiciones que tenían que enfrentar en su labor a contracorriente en un tiempo en el que aún no se había  aceptado la teoría microbiana de la enfermedad.

En 1852, Florence comenzó a dirigir una clínica privada puesta a revolucionar el concepto del cuidado al paciente, pero no fue hasta su asistencia en la Guerra de Crimea junto a Mary Seacole —enfermera afrodescendiente que no obtuvo tanta fama a pesar de su labor titánica— cuando verdaderamente su figura saltó a la opinión pública gracias a la prensa, a pesar de que ella rehuía de toda fama y reconocimiento, descubriendo al mundo el verdadero problema de los enfermos. En aquel momento, ya intuía que las pésimas condiciones de insalubridad influían de manera decisoria en el paciente, pero había falta de recursos en zonas de guerra y de conocimiento en zonas de paz.

Por ello, en 1859, publicó su obra Notas sobre Enfermería: Qué es y qué no es, un libro que sirvió como base del  programa de estudios de su escuela homónima, la primera escuela laica de enfermería que hoy forma parte integrante del King’s College de Londres y del servicio de salud nacional británico.

Pero no solo en higiene o recursos sanitarios, Florence fue pionera de lo que hoy llamamos asistencia psicológica al enfermo, de igual importancia con demostrada eficacia para la curación de los pacientes, escribiendo cartas a las familias, pidiendo el aislamiento de las camas con cortinas, y, gracias a sus conocimientos en matemáticas —disciplina de la que también obtuvo formación a pesar del rechazo inicial de sus padres—, aportó de igual forma datos de estadística valiosísimos para la Medicina. Su figura inspiró a otros grandes como Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja en 1863, y en 1907 recibió la Orden del Mérito del Reino Unido, siendo la primera mujer en lograrlo.

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