Reforma de las pensiones: el mejor momento para planificar tu jubilación es antes de ayer
Pasan los meses y seguimos conociendo nuevos detalles de la reforma de las pensiones que pretende impulsar el ministro José Luis Escrivá. Nosotros llevamos meses pidiendo que esa reforma sea ambiciosa, integral y enfocada en el largo plazo, algo con lo que estamos totalmente alineados con el sector financiero español y con el mensaje de Inverco, la patronal de fondos de inversión.
Pero también estamos decepcionados, pues cada nuevo dato que se va desvelando del paquete de medidas que pretende sacar adelante el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones no nos hace ver las ventajas del nuevo modelo, sino fijarnos inevitablemente en los contras que va a traer consigo la norma.
Reforma de las pensiones: Los contras
Una cuestión que nos preocupa especialmente es la decisión de ampliar hasta 35 el número de años que necesitará cotizar un trabajador para poder calcular la cuantía de su pensión. Considerando que la edad de jubilación efectiva actual es de 64 años y que el plan es ir ampliándola hacia alcanzar los 67 años, esto supondría que una persona necesitaría estar trabajando de continuo desde, al menos, los 32 años.
En la práctica, son más las derivadas que hay que tener en cuenta. La primera es que España es ahora mismo el país de la Unión Europea con la tasa más elevada del paro juvenil, ya que un 37,7% de las personas menores de 25 años no tiene trabajo en la actualidad, según datos del propio Ministerio. La segunda, que de aquellas personas en edad de trabajar que consigue acceder a un empleo, el 26,3% tiene que lidiar con contratos temporales, una estadística que dobla la media de la Unión Europea (13,6%), según datos del INE de 2019.
Un mercado laboral inestable
También es destacable que un 7% de trabajadores y un 23,8% de trabajadoras en España cuentan con trabajos a media jornada o a tiempo parcial, si bien es cierto que la estadística se ha reducido ligeramente, según datos del INE. Aunque también hay que tener en cuenta que un 15,5% de trabajadores está cobrando un salario bajo, y entendemos como tal a aquel que es inferior a 2/3 del salario bruto por hora mediano, según la definición del INE.
Por tanto, estamos en un mercado laboral marcado por la inestabilidad que pone numerosas trabas para empezar a cotizar para la jubilación y, al extender el periodo para el cómputo, lo que se está haciendo en la práctica es mermar la cuantía a la que pueden acceder los trabajadores cuando se retiren, ya que se está incluyendo en el cálculo aquellos años en los que muchos trabajadores tuvieron que aceptar un contrato de menos horas y sueldos más bajos para poder empezar a meter la cabeza en el mercado laboral.
Incertidumbre para jóvenes y veteranos
Pero aquellos trabajadores más veteranos que están empezando a plantearse si aguantar hasta la edad de jubilación o adelantar un poquito el momento de retirarse, tampoco se libran del ‘tijeretazo’, ya que con los nuevos coeficientes que pretende incorporar la nueva reforma de inclusión se pretende castigar a las jubilaciones anticipadas, especialmente de aquellos que tienen derecho a la pensión máxima después de décadas de esfuerzo. Da igual que sean trabajadores que hayan ejercido ocupaciones que demandan una alta actividad física, como en la construcción, el campo o las Fuerzas Armadas.
La prioridad no es la auténtica inclusión de los trabajadores, sino recortar de todas las partidas posibles
No importa que sean trabajadores afectados por un expediente de regulación que vean la jubilación anticipada como una solución a sus últimos años de vida laboral. Lo que evidencia para nosotros la nueva norma es que la prioridad no es la auténtica inclusión de los trabajadores, sino recortar de todas las partidas posibles para tratar de ralentizar el camino hacia lo inevitable, un recorte drástico de la cuantía de un sistema que ha sido demasiado generoso con las pensiones públicas durante demasiados años.
Abrir un plan de pensiones privado se perfila posiblemente como nuestro único salvavidas
Y mientras seguimos con la duda de si esta reforma será más efectiva que las anteriores, lo cierto es que el tiempo corre de una manera inasumible para la ciudadanía española. Siempre suele decirse que el mejor momento para invertir es ayer, en el sentido de que no hay que esperar a que llegue una señal del mercado o a que los precios se pongan más baratos, porque entre medias estamos perdiendo oportunidades de poner a trabajar nuestro dinero.
En el caso de la jubilación, el momento de empezar a planificarla es antes de ayer, especialmente para las generaciones más jóvenes, porque hoy por hoy no existe ninguna certeza sobre la posibilidad de que podamos mantener nuestro nivel de vida una vez llegue el merecido momento de retirarse después de una vida de esfuerzo. Mientras tanto, ante esta incertidumbre, abrir un plan de pensiones privado se perfila posiblemente como nuestro único salvavidas.