Rosa Muñoz: «Construyo realidades inventadas»
La artista visual Rosa Muñoz produce una realidad ilusoria jugando con el tiempo y la descontextualización, haciendo dialogar en sus fotografías elementos que la razón designa como contradictorios. Un dormitorio convencional en pleno bosque, ruinas redecoradas y amuebladas o césped creciendo dentro de un museo…
Rosa Muñoz llegó a la fotografía escenificada desde el reporterismo para el periódico Villa de Madrid, en tiempos del alcalde Tierno Galván. Pateaba la ciudad documentando con su cámara el Matadero, el Rastro… todos los rincones emblemáticos. Y así educó sus ojos. Pero quería más, quería crear. Cursó talleres, visitó exposiciones y decidió que su ruta sería la de los artistas que trabajaban ese tipo de fotografía: Sandy Skoglund, Gregori Crewdson, Erwin Olaf, Arthur Tress… o clásicos como Helmut Newton, cuyas fotografías de moda daban relevancia a la escenografía. En España, aparte de Ciuco Gutiérrez, Chema Madoz y, en cierta medida, Ouka Leele, pocos artistas optaban por esta especialidad.
«REINTERPRETO LA REALIDAD PARA HACERLA MÁS SUGERENTE, CONSTRUYO REALIDADES INVENTADAS PARTIENDO DE LAS QUE HE FOTOGRAFIADO, AÑADIÉNDOLES UN PUNTO DE FICCIÓN QUE LAS CONVIERTE EN METÁFORAS VISUALES”
«Igual que el pintor y el escritor ante el lienzo o el folio en blanco tienen que intervenir, para mí crear es inventarme la puesta en escena de una fotografía”, explica. “Reinterpreto la realidad para hacerla más sugerente, construyo realidades inventadas partiendo de las que he fotografiado, añadiéndoles un punto de ficción que las convierte en metáforas visuales. Baso mis obras en la tensión entre lo evidente y la realidad ilusoria que la fotografía puede ‘recrear’ mediante evocaciones y ficciones».
REFLEXIONES SOBRE EL TIEMPO Y EL HÁBITAT
Mientras hacía retratos (también escenificados) para varios medios, en 1992 inició Casas, su primera serie artística y la que le abrió muchas puertas. “Alberto Anaut le dedicó dos páginas en El Dominical de El País, me llamaron las galerías y comencé a exponer. Fui a ARCO, donde me he presentado después varias veces, a una feria en el Petit Palais de París, giré por los Institutos Cervantes de distintos países y el festival de fotografía de Arlés me dio un premio”.
En Casas vemos ruinas desocupadas que la fotógrafa y un amigo suyo repintaban y decoraban con muebles alquilados convirtiéndolas en estudios cinematográficos que representaban el modo de vida de la clase trabajadora durante la época franquista. Un ejercicio de memoria y crítica social que evidencia la imagen Todo se inclina: sobre una pared en ajedrezado blanco cuelga un retrato de Franco tan torcido como la lámpara, la silla o la televisión de ese espacio simbolizando el hundimiento de la dictadura y una vida en blanco y negro.
A partir de Casas despega una trayectoria que ha llevado las obras de Muñoz a exposiciones en centros tan significativos como el Canal de Isabel II, el Centro Andaluz de la Fotografía, el Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART) o el Barjola de Gijón, así como el Museo de la Evolución Humana. Fuera de nuestras fronteras, se han visto desde Turquía hasta Seúl y forman parte de grandes colecciones públicas entre las que destacan la del Centre Pompidou de París y la Comunidad de Madrid, o las privadas de Pilar Citoler, Houlihan Lokey y Esencias-Color Visual, entre otras.
En el mismo período que Casas (2003-2009), realiza El Bosque Habitado, que desubica al espectador llevándose un plácido sillón de orejas, el aparador del salón o un dormitorio completo al frondoso exterior de un parque y al borde del mar, desafiando la contradicción interior-exterior. Uno casi puede palpar la sensación de vulnerabilidad que produce visualizar un hábitat doméstico tan íntimo en un contexto desprotegido y sujeto a los azares de la intemperie. En la misma serie, Cinco cuadros y uno más es la metáfora inversa donde la sala cerrada de un museo acoge un suelo tupido de hierba y flores silvestres.
ROSA MUÑOZ: DE LA CIUDAD GLOBAL A LA GEOMETRÍA
La fotografía es un arte pegado al tiempo porque documenta un instante y lo fija para la posteridad. Muñoz desarrolla esa idea en sus intervenciones para elaborar discursos donde el tiempo es el eje central. Urbanita y madrileña, en Paisajes del futuro (2010-2012) refleja “la pérdida de identidad de las ciudades producto de la globalización que las invade. Esa pátina que tenían ciudades como Madrid, ya no la tienen y da igual dónde estemos porque siempre encontraremos un Zara o un Ikea. En Madrid, que es mi ciudad, están desapareciendo las tiendas de barrio, algunas de ellas centenarias”.
“Realicé una documentación sistemática de esos establecimientos, cargados de valores referenciales. Puede que fotografiara hasta 300 tiendas. Luego descontextualicé esos espacios rodeándolos de palas excavadoras y grúas como símbolos amenazantes de su exterminación, planteando la metáfora de la destrucción urbana por especulación”.
Una imagen de la serie presenta una gran nebulosa con multitud de celdillas ocupadas por rostros humanos de razas diversas, haciendo patente la multiculturalidad de la nueva ciudad globalizada, porque “el tiempo hace todo volátil, tanto esas tiendas como esas personas. Todo desaparece y así planteo un estudio demográfico de la ciudad. Esa imagen concreta fue la portada del catálogo cuando expuse en el Canal de Isabel II en un PHotoESPAÑA, y ahora está en la colección de Pilar Citoler”.
Cada una de estas obras supone muchas horas de trabajo para la artista visual ya que, tras la toma de fotos documentales, comienza el Photoshop y la incorporación de los demás elementos: las grúas, el humo, ladrillos, fondos de paisajes que no existen (una cantera, unas dunas). “Todas las imágenes que utilizo son propias y una sola obra puede contener perfectamente 300 o 400 fotos. La parte técnica me lleva varios días”.
Muñoz considera que el arte de la fotografía no atraviesa su mejor momento… “Hace unos años ibas a las ferias y veías mucha más fotografía que ahora. Hay quien lo atribuye a que los coleccionistas prefieren una pintura o un dibujo, porque al comprar una foto están comprando algo reproducible, pero una edición fotográfica es de solo cinco o seis ejemplares, así que se incluye en la categoría de obra única”.
Ante ese panorama, ella redobla la apuesta y, después de otras series temáticas, aterriza en su tema más reciente: formas geométricas que apenas identificaríamos como imágenes fotográficas hasta que explica su realización. Tras recopilar imágenes tomadas en espacios arquitectónicos modernos (detalles de escaleras, bóvedas o diseños hallados en sus paredes), realiza “una especie de collage, una simbiosis entre la fotografía y la pintura. Fotografío con distintas iluminaciones, recorto, combino… es decir, intervengo. Me apropio de esas formas y les doy una segunda vida creando una imagen nueva inspirada en la geometría. Es deconstruir y reconstruir, que no deja de ser la fotografía escenificada que practico, basada en descontextualizar elementos y temas”.
Estas Geometrías Intermedias se han expuesto en el Espacio de Creación Contemporánea de Cádiz (ECCO) y el próximo julio las exhibirá el Espacio Pignatelli de Zaragoza en el marco de PHotoESPAÑA.
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