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Elon Musk es un problema para Tesla, pero no es el único

Helio Hervás| 2 de febrero de 2023

Los inversores de Tesla, al menos los que apostaron por la compañía de Elon Musk desde el principio, tienen acumulada una ganancia excelente. Por lo tanto, hablamos de una de las mejores opciones que han existido hasta la fecha para mejorar el dinero de entre todas las compañías que cotizan en bolsa.

Ahora mismo, la compañía está pasando una temporada especialmente convulsa en lo que se refiere al valor bursátil. Así, por ejemplo, movimientos como la bajada de precios en China o la disminución de la demanda han sido cosas negativas que han pasado. Pero los resultados de ventas e ingresos no han ido especialmente mal. Aunque hay algo que hace que ahora mismo Tesla no sea el mejor lugar en el que dejar el dinero para que este aumente… y se llama Elon Musk. Lo que era algo por lo que se destacaba, ha pasado a ser un hándicap (especialmente desde que el magnate compró Twitter).

 

Coche eléctrico de Tesla
Tesla Model Y

Los inversores están dudando mucho

Tanto es así que el fundador de VSO Capital Management, Alex Lagetko, tiene claro lo que está pasando: «Muchos inversores, particularmente minoristas, que invirtieron sumas desproporcionadamente grandes de su riqueza, en gran parte sobre la base de la confianza en Musk durante muchos años se quemaron muy rápidamente en los meses posteriores a la adquisición de la red social». Y esto es así especialmente cuando en «diciembre el CEO vendió más acciones, presumiblemente para financiar pérdidas en Twitter«.

Esto ha derivado en dudas respecto a la dirección de Tesla, pero le preocupa que la compra de Twitter haya dejado a Tesla vulnerable, ya que los pagos de intereses sobre la deuda que Musk asumió para financiar la adquisición vencen al mismo tiempo que los ingresos de la compañía recién adquirida.

 

Algo que se veía venir para Tesla

Las acciones de Tesla ya estaban cayendo en abril de 2022, cuando Musk lanzó su oferta por Twitter. Los analistas dicen que los desafíos del fabricante de automóviles van más allá de la evidente exposición a la plataforma de redes sociales en apuros. Tesla y su CEO ven que los diseños limitados y los altos precios lo hacen vulnerable a la competencia de los fabricantes de automóviles (que definitivamente se han precipitado en el mercado de vehículos eléctricos con opciones que la compañía de Musk tendrá dificultades para igualar).

 

Interior coche de Tesla
Volante de un Tesla

 

Antes de 2020, Tesla esencialmente estaba «jugando contra un equipo B», dice Matthias Schmidt, analista independiente en Berlín, que rastrea las ventas de autos eléctricos en Europa. Pero eso cambió en 2020, ya que «la competencia comenzó a sacar a algunos de sus mejores jugadores».

En 2023, Tesla lanzará su tan esperado Cybertruck, un SUV anunciado por primera vez en 2019. Es el primer lanzamiento nuevo de un vehículo de consumo de la compañía desde 2020 (y todavía faltan años para que el prometido auto deportivo de dos plazas). Por el contrario, la mayoría de las empresas automotrices actualizan sus gamas cada tres o cinco años… y el Model S de Tesla tiene nada menos que 10 años.

 

Unos precios que son un problema para Tesla

Si bien los diseños de Tesla pueden ser llamativos, sus altos precios significan que ahora compiten a menudo con marcas de lujo. Actualmente, pocos fabricantes pueden competir con Tesla en rendimiento y software (el Tesla Model S alcanza las 60 mph en 1,99 segundos, alcanza una velocidad máxima de 200 mph y cuenta con cambio de carril automático y una pantalla táctil de 17 pulgadas para juegos de nivel de consola). Pero esto actualmente es insuficiente para destacar entre los modelos con los que compite en el mercado teniendo en cuenta el precio que tienen.

Incluso lo que antes era una gran virtud, como es el sistema de carga que ofrece Tesla de modo propietario y que consta de una gran red de cargadores en EE.UU. (y poco a poco en otras regiones), ahora no es algo que sea diferencial y que hace que los usuarios se decanten por Tesla. Además, los requisitos de financiación de estos sistemas frente a los estándares son cada vez peores, por lo que en no mucho tiempo lo normal es que la compañía de Elon Musk se abra de forma definitiva a otros fabricantes para amortizar la inversión (fecha que se ha disparado en el tiempo, sin tener claro cuándo ocurrirá esto lo que impactan en su cuenta de resultados).

 

Elon Musk
Foto de Elon Musk

 

De todas formas, hay que reconocer que Tesla mantiene una ventaja de software sobre sus competidores, que han buscado tecnología de terceros -como CarPlay de Apple- para llenar el vacío que existe. Esta, con actualizaciones inalámbricas, puede enviar nuevas líneas de código a través de redes celulares para resolver problemas mecánicos y características de seguridad, actualizar las opciones de entretenimiento de la consola y sorprender a los conductores con nuevas características. Por el contrario, las funciones completas de la conducción autónoma no son las prometidas, ya que los conductores aún deben mantener el control efectivo del vehículo, lo que limita el valor de la compañía en estos momentos.

 

Pérdida de popularidad

La participación de Tesla en el mercado de vehículos eléctricos en EE.UU. apunta a disminuir del 70 por ciento en 2022 a solo el 31 por ciento para 2025, a medida que la producción total de vehículos eléctricos crece de 777.000 a 2,87 millones de unidades. Además, en Europa el declive de Tesla ya está en marcha. Un ejemplo: en los primeros once meses de 2022 las ventas por volumen de los vehículos de matriz de accionamiento eléctrico modular (MEB) de Volkswagen superaron al Model Y junto al Model 3 de Tesla en más del 20 por ciento. Las proyecciones indican que Tesla terminará el año con el 15 por ciento del mercado de vehículos eléctricos de Europa occidental, frente al 33 por ciento en 2019.

 

Frontal coche de Tesla
Frontal de un coche eléctrico de Tesla

 

Un análisis indica que los clientes que alguna vez fueron leales están dejando de confiar en la compañía de Elon Musk. Alan Saldich, un CMO de tecnología semiretirado que vive en Idaho, se hizo con un Model S en 2011 debido a sus avances y atractivo. Pero ahora ha vendido su coche y conduce un Mini Electric. Está particularmente irritado, dice, por los ataques verbales de Musk a los programas y regulaciones gubernamentales, particularmente porque Tesla se ha beneficiado de los créditos fiscales estatales y federales para vehículos eléctricos. «Personalmente, no compraría otro Tesla», dice.

En definitiva. Elon Musk ha dejado de ser un referente y algo que llame a la compra de coches de Tesla. Sus actos son los que son. Pero, además, la compañía, ahora que tiene competencia, no está sabiendo reaccionar para ofrecer a los usuarios lo que necesitan para ser fieles a la marca. Y, esto, apunta a ser algo irreversible. Seguro que el magnate sudafricano tiene claro que, de seguir así las cosas, sus compañías más viables son SpaceX y, como no, el sistema de acceso a Internet por satélite StarLink.

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