Nuevo enfrentamiento en Mercadona: los trabajadores la acusan de coacción

Mercadona acaba el año con una nueva preocupación. A pesar de haber dado pasos adelante con sus trabajadores españoles, sus relaciones en Portugal están más tensas que nunca.

No es la primera vez que los trabajadores de Mercadona levantan la voz contra la empresa valenciana. Hace un año, CGT Andalucía pusieron en marcha un boicot a la compañía de Juan Roig para luchar «contra la política laboral de Mercadona que está despidiendo y agrediendo psicológicamente tanto a trabajadores/as como a sus familiares».

«Queremos visibilizar lo que Mercadona está haciendo y además concienciar a las trabajadoras de que no se callen, que ya está bien de aguantar abusos, de obligarles a ir a trabajar estando enfermos, de no permitirles conciliar la vida familiar y laboral, de tener que recurrir a los juzgados quien se atreva a reclamar sus derechos», explicaba Miguel Montenegro, secretario general de CGT Andalucía y que recogía El Salto.

De hecho, la forma de proceder de Mercadona siempre se repite, utilizando el despido disciplinario. Un modus operandi que se basa en justificar un despido por cuestiones disciplinarias y reconocer en un posible trámite judicial la improcedencia de ese despido.

Con esta justificación, a lo largo de los años se ha deshecho de cientos de trabajadores que ya no querían mantener, bien fuese por motivos de edad o por causas personales, como relaciones sentimentales con miembros de los sindicatos o por motivos de salud.

Muchos de estos despidos han sido elevados a los tribunales por los propios trabajadores, y los jueces al final han acabado dando la razón a los empleados. De entre todos los sindicatos, CGT ha sido siempre el que más se ha enfrentado a Mercadona, acusándola, incluso, de ser “una mafia”.

El escándalo se traslada a Portugal

Estos conflictos han saltado ahora a sus locales portugueses. Mercadona hace cuatro años que aterrizó en tierras lusas. Aunque es cierto que el plan de los valencianos es seguir expandiéndose por el sur del país vecino, en 2022 la compañía sufrió unas pérdidas de 50 millones. Además, su cuota de mercado aún se encuentra muy lejos de la del resto de competidoras.

Lejos de ser esos sus únicos problemas, ahora se le suma su conflicto con los trabajadores. La cadena pública lusa RTP ha desvelado que varios trabajadores y extrabajadores de Mercadona en Portugal acusaron a la cadena de supermercados de acoso, coacción y actuar como una «secta».

LOS TRABAJADORES DE PORTUGAL SE SUMAN A LAS ACUSACIONES ESPAÑOLAS SOBRE LAS COACCIONES DE MERCADONA

Las denuncias fueron realizadas en el programa de investigación A prova dos factos (‘La prueba de los hechos’), en el que aparecen varios trabajadores y antiguos empleados que no revelan su identidad pero relatan supuestas prácticas de «control» y «persecución» en la compañía, a las que se suma un sindicato del sector.

«Hace una presión y un acoso a los trabajadores que sinceramente a lo largo de estos años, y ya son muchos, nunca había visto. Es casi diario, es un ataque diario de los trabajadores lo que hace Mercadona«, explica Marisa Ribeiro, del Sindicato de Trabajadores de Comercio, Oficinas y Servicios de Portugal.

Según uno de los trabajadores, que no quiso dar su nombre, «la gente trabaja con miedo de sufrir cualquier tipo de represalia por las cosas más simples y comunes«. Además, aseguró que la compañía española utiliza el miedo como arma.

Otros hablaron de «sistema de intimidación», «tortura psicológica» y «vigilancia constante», también en redes sociales, donde, según dijeron, no pueden ser amigos de otros trabajadores que estén por encima de ellos en la jerarquía de la empresa.

Igual que ocurría en España, muchos trabajadores han afirmado que la empresa coacciona a los trabajadores para firmar acuerdos de rescisión cuando, por alguna razón, prefiere que no sigan en plantilla.

Las presiones por parte de Mercadona a sus trabajadores son diarias

Al parecer, estas denuncias no son puntuales. Según confirma el propio sindicato, todos los días reciben las denominadas ‘notas de culpa’, una especie de aviso al empleado que puede acabar en despido, y «algunas situaciones son para reír porque no hay ningún motivo ni argumento». «Prácticamente se le dice: firma este acuerdo y vete porque, si no, tu vida va a ser un infierno», señalan.

Como si se tratase de una calcamonía, los empleados acusan a Mercadona de sus despidos por los mismos motivos que lo han hecho los trabajadores españoles. A muchos les han presionado para que volviesen al trabajo durante una baja prolongada, con llamadas constantes de la línea de salud telefónica que tiene la cadena de supermercados.

Una de las entrevistadas afirmó que fue diagnosticada con cáncer y el día antes de coger la baja fue llamada a las oficinas para firmar un acuerdo de rescisión. La extrabajadora era la única que trabajaba en su familia y la situación la llevó a dos intentos de suicidio.

Otra de las denuncias está relacionada con la coacción que sufrió otra de las trabajadoras al volver de su baja de maternidad e intentó pedir la de lactancia. Esta empleada afirma que no está bien visto si una empleada pide horario de lactancia y que no se les permite irse de vacaciones sin el portátil y el móvil de empresa.

Por su parte, Mercadona niega por completo estas acusaciones. «Hay una conversación entre ambas partes con respeto mutuo y en ningún momento nadie es coaccionado a firmar o tomar una decisión», explica a la cadena lusa la directora de Relaciones Institucionales en Portugal, Inês Santos.

Además, la directiva subraya, en especial sobre los casos de lactancia, que «existe una exención de horario que abarca hacer un pago superior a lo normal para poder contar con la disponibilidad y flexibilidad del trabajador en situaciones de fuerza mayor».

Mercadona aseguró además que cuenta con canales internos a los que los trabajadores pueden acudir para denunciar cualquier hecho o comportamiento que no sea adecuado.

Más allá de como quede la situación, lo cierto es que la imagen pública de Mercadona está sufriendo otro revés, al que se le suma el asunto del aumento de precios o las múltiples disputas con los proveedores. Esta es una de las cosas que la cadena debería revertir de cara al año que viene.