Un programa inmortal
Era en la noche de los viernes cuando medio país nos reuníamos en familia frente al televisor para disfrutar del programa Un, dos, tres… responda otra vez. Mis recuerdos alcanzan hasta los años 80, cuando Mayra Gómez Kemp conducía magistralmente este novedoso formato al haber sustituido a Kiko Ledgard (apunte este nombre porque lo encontrará en las siguientes páginas) tras su accidente.
Aquel programa marcó un antes y un después en la forma de concebir los concursos televisivos. Creado por Narciso Ibáñez Serrador en 1972, combinaba preguntas y respuestas (en las que todos los telespectadores participábamos activamente desde nuestros hogares) con pruebas de habilidad, actuaciones musicales (Julio Iglesias y Rocío Jurado, entre otros), sketches cómicos (por allí pasó lo mejor del humor patrio) y una fase final de subasta que lo hacían muy entretenido para todos los públicos.
Creo que su éxito estuvo tanto en su formato innovador como en el carisma de sus presentadores, colaboradores e invitados; y nunca tuvo que echar mano del recurso fácil de la sexualidad ni de los escándalos para alcanzar la popularidad. El caso es que este concurso se convirtió en un fenómeno social, logrando récords de audiencia que perduraron durante años.
Luego hemos ido viendo que además sirvió como trampolín para numerosos artistas, actores y presentadores que han desarrollado carreras exitosas en España. Incluso hay presentadores con un éxito palmario que tienen anotado en su ‘debe’ no haber tenido la oportunidad de presentar aquel fenómeno televisivo.
Es el caso de Carlos Sobera, nuestro protagonista de portada. Un actor a quien Al salir de clase le hizo popular, pero que (como dicen ahora los púberes) alcanzó su prime como presentador gracias al 50×15. Aunque lamenta que Chicho no le diese la oportunidad de presentar aquel concurso, ahora conduce magníficamente First Dates, un programa (que muchos ven, aunque no todos lo reconocen) en el que se citan dos personas con gustos similares que buscan un… ‘lo que surja’. Una adaptación a los tiempos que corren (de innumerables identidades sexuales) de aquel mítico concurso titulado Su media naranja (el genial Jesús Puente debe estar removiéndose en su tumba viendo el pelaje de algunos invitados con los que ‘lidia’ diariamente Sobera).
Desvela el propio Sobera que, además, otro de sus sueños pendientes es protagonizar un western. ¿Quién no le imagina levantando la ceja mientras apunta con el revólver? Aunque no es de disparos de lo que más se muere en nuestro país, sino de cáncer. Ya es una de las principales causas de mortalidad en España junto con las enfermedades del sistema circulatorio. Traemos buenas noticias en este número: según el doctor Juan Fueyo, “las muertes por cáncer serán pronto asuntos del pasado”. Hay motivos para la esperanza.
En cualquier caso, lo que nunca murió fue aquel Un, dos, tres… No solo porque siga presente en la memoria colectiva y en nuestra cultura popular (son frecuentes los recuerdos y las menciones televisivas), sino porque todavía hoy continúa influyendo en la forma en que se conciben y realizan los programas de entretenimiento. Y eso ya es un éxito insuperable.
