Skip to main content

Adiós a una leyenda, Franz Beckenbauer

Miguel Angel Gomez| 10 de enero de 2024

Franz Beckenbauer, conocido como «Der Kaiser» (El Emperador), es una leyenda en el mundo del fútbol. Pocos jugadores han influido más que él en el mundo del fútbol durante el último siglo.

Nacido el 11 de septiembre de 1945 en Múnich, Alemania, Beckenbauer ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte rey, habiéndose convertido en un icono tanto como jugador como entrenador. A lo largo de su carrera ha sido un dechado de elegancia, inteligencia táctica y liderazgo, consolidándose como uno de los mejores defensores y estrategas de la historia del fútbol.

El ascenso de una leyenda

Beckenbauer comenzó su carrera futbolística en el Bayern de Múnich, su club local, donde destacó desde muy temprana edad. En una época en la que los defensas debían dar miedo a base de poblados bigotes, melena y patadones, su imagen, habilidad técnica, visión de juego y capacidad para liderar en el terreno de juego fueron disruptivas. Pronto se convirtió en un pilar fundamental para el Bayern y, en 1966, ganó su primera Bundesliga con el club.

Sin embargo, fue en la Copa del Mundo de la FIFA de 1974 donde Beckenbauer realmente dejó su impronta. Como capitán del equipo nacional alemán, lideró a su país hacia la gloria, derrotando a Holanda en la final para alzarse con el trofeo. Cuatro años antes había dado una muestra de quien era jugando gran parte del partido con el hombro dislocado para no dejar a su selección con un jugador menos frente a Italia, prórroga incluida.

Beckenbauer y Muller con la selección alemana. (c) Flikr

Jugador y líder, hasta convertirse en entrenador

La carrera de Beckenbauer no solo se definió por sus éxitos en el terreno de juego, sino también por su capacidad para liderar desde distintas posiciones. Después de su éxito en 1974, se trasladó al fútbol estadounidense para jugar en la Liga Norteamericana de Fútbol (NASL), en 1977 y junto a su amigo Pelé, contribuyendo al crecimiento del soccer, eso sí, a cambio de un contrato millonario.

Su liderazgo le llevó a convertirse en técnico una vez que colgaba las botas. Era lo más lógico. Y en 1990, en la Copa del Mundo en Italia, Beckenbauer logró algo único, al ganar el torneo como entrenador de la selección alemana. Se convirtió así en la primera persona en la historia en ganar la Copa del Mundo como jugador y como entrenador. Su enfoque táctico y su capacidad para motivar a sus jugadores fueron clave en la victoria sobre Argentina en la final.

El legado de Beckenbauer

El impacto de Beckenbauer en el fútbol no se limita a sus logros en el campo de juego: no solo es que como jugador lograse tres Copas de Europa y cinco Bundesligas con el Bayern, dos Balones de Oro (siendo defensa), una Eurocopa y el Mundial de 1974, sino que reinventó la figura del ´líbero’, jugando con una elegancia única, para llegar a la meta rival y marcar. «El alemán más brasileño que he visto», llegó a afirmar de él Pelé.

Después de retirarse como jugador y entrenador, continuó contribuyendo al desarrollo del fútbol. Participó activamente en la organización de la Copa del Mundo de la FIFA 2006 en Alemania, que fue un éxito tanto en términos de organización como de rendimiento de la selección anfitriona.

Sin embargo, su legado ha enfrentado desafíos en años recientes. En 2015, Beckenbauer estuvo involucrado en un escándalo relacionado con la adjudicación de aquella Copa Mundial de la FIFA 2006 a Alemania. Aunque su imagen sufrió algunos golpes, su impacto positivo en el fútbol mundial sigue siendo innegable.

El hombre detrás del emperador

Fuera del campo de juego, Beckenbauer ha sido conocido por su personalidad carismática y su enfoque relajado. Su capacidad para manejar la presión y liderar con calma ha sido una parte integral de su éxito a lo largo de los años. Además, ha sido un embajador del fútbol, promoviendo el juego bonito y trabajando incansablemente para difundir la pasión por el deporte en todo el mundo.

Su contribución al juego va más allá de las estadísticas y los trofeos; es la encarnación de la excelencia y la elegancia en un deporte que ha capturado los corazones de millones en todo el mundo. Solo su salud ha sido capaz de alejarle del balón.

«Con profundo dolor comunicamos que nuestro padre y mi marido, Franz Beckenbauer, murió el domingo, tranquilamente en el entorno de su familia. Pedimos poder llevar el duelo en paz y omitir toda pregunta», informó su familia.

«Ayudó a que el fútbol creciera en todos los rincones del mundo», ha declarado Emilio Butragueño (director de Relaciones Institucionales del Real Madrid).

Maradona, Pelé, Cruyff y Di Stéfano ya le estarán recibiendo en el olimpo. Nos ha dejado el mejor defensa de la historia, descanse en paz.

OTROS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
NOTICIAS RELACIONADAS

Suscríbete ahora

LO MÁS DESTACADO