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De Cher a Timothée Chalamet: los looks de los Premios Oscar más inolvidables

Marina Vazquez| 13 de marzo de 2023

Los Oscar han llegado. Este 13 de marzo se ha celebrado su 95º edición. Unos galardones concedidos por la Academia de las artes y las ciencias cinematográficas que, hace tiempo, comenzaron a tener una mayor repercusión alzándolos -en la actualidad- como unos de los premios con más reconocimiento y aclamo popular. Aunque, esto, no fue siempre así.

Estas distinciones comenzaron, de manera oficial, en 1929. En aquella, ni siquiera tenían apodo. Fue Margaret Herrick quien le otorgó el seudónimo de Oscar, tras comparar el parecido de la estatuilla con un familiar suyo. Era un almuerzo ligeramente multitudinario donde, exclusivamente, se reconocía la labor ejercida por determinados nombres en la industria cinematográfica.

En la actualidad, se ha convertido en una de las citas más esperadas para los cinéfilos y también, con la llegada de la alfombra roja, para los apasionados de la industria textil. Y es que la alfombra roja se ha impuesto como una exhibición de nuevas tendencias.

Un reluciente mostrador constituido por los diferentes looks de las celebrities -como Jennifer Aniston luciendo como Rachel Green, Katie Holmes o Ana de Armas y sus impresionantes cambios de armario que revolucionan el sector- trazados por diferentes modistas y diseñadores -como Vera Wang a lo largo de sus cinco décadas en el sector– que conquistan los últimos gritos en esta.

Los mismos que, más tarde, causarían tal impacto que rápidamente reposarían (o no, por su atrevimiento) sobre los maniquís en los diferentes escaparates. Lo que está claro es que son imborrables:

 

Oscar: así fue la llegada de las transparencias a los premios

@theacademy/instagram

 

Si bien es cierto que en la actualidad se ha normalizado que, en las diferentes alfombras rojas o premios, las transparencias aparezcan en uno o varios atuendos, en 1969 esto no era así. Barbra Streisand fue una pionera.

La estrella, que subió al escenario para recoger el Oscar a mejor actriz por su actuación en ‘Funny Girl’, lució esta combinación ideada por Arnold Scaasi que jugaba con el concepto de vestido. Porque sí, pese a lo que pueda parecer, se trata de un traje constituido con piernas acampanadas. Una prenda que, gracias a sus transparencias, dejaba completamente a la vista el cuerpo de la actriz. A excepción del pecho, cubierto por un lencero, y la zona íntima, tapada con la pedrería de la parte baja de la chaqueta.

 

El perfecto dúo de los Oscar: Whoopi Goldberg y el contraste

 

La  actriz y cómica Whoopi Goldberg ha sido uno de los nombres que más ha llamado la atención sobre la alfombra roja o el escenario por su elección de atuendo. Al fin y al cabo, pocos han presentado una gala vestidas como la icónica reina de Corazones de ‘Alicia en el País de las Maravillas’.

No obstante, no fue hasta 1993 cuando rompió patrones al aparecer con un look que, como ya os adelantábamos, es imborrable. Con un mono en tonos púrpuras y verdes (¡y accesorios a juego!), Whoopi aparecía con ese llamativo estilismo al que, además, complementó con una capa en las mismas gamas cromáticas.

Un atuendo que consiguió, al mismo tiempo, que el púrpura y el verde se hicieran un hueco en las pasarelas y en los escaparates creando tendencia. Ahora bien, sin brindar esa apariencia al look que muchos llegaron a tachar como “mala de dibujos”.

 

Cher afianza la oda por las transparencias

@theacademy/Instagram

 

Barbra Streisand causó un gran revuelo por las transparencias ya vistas, sin embargo, Cher no se quedó atrás cuando, en 1988, subió al escenario para recoger su premio. Fue proclamada mejor actriz por su actuación en Moonstruck. El atrevimiento y la visión progresista estilística de la cantante en sus apuestas de looks favorecieron que, durante muchos años, sus apariciones se convirtieran en uno de los momentos más esperados y este año, en especial, se alzaron como algo inolvidable.

Su vestido, obra trazada por Bob Mackie, estaba repleto de transparencias y ligeras incrustaciones de pedrería en partes estratégicas que no dejaban nada a la vista. De hecho, pese a que en su momento causó una gran agitación, en la actualidad no extrañaría verlo sobre el escenario y, por supuesto, en la alfombra de los Oscar.

 

Björk en la alfombra de los Oscar: un cisne y huevos de cordoniz

@theacademy/instagram

 

No solo las actrices han conseguido hacerse un hueco en este listado; en 2001 la cantante islandesa Björk lució uno de los looks que, hasta la fecha, sigue siendo uno de los más sorprendentes. Para la ocasión de pisar la alfombra roja de los Oscar, la cantante optó por un vestido de cisne de Marjan Pejoski.

Lo especial de este diseño no solo era su favorecedora falda o el delicado escote de la pieza, sino el largo cuello de un cisne, envuelto alrededor del suyo cual bufanda.

Un look que, a su vez, decidió potenciar con un controvertido bolso en forma de huevo. ¿Lo más llamativo? Con su aparición, llevo seis huevos de codorniz con ella, los cuales tiró por la que fue una impoluta alfombra roja.

 

Billy Porter o cómo el vestido dejó de ser una prenda femenina

@theebillyporter/instagram

 

Echando la vista atrás, se observa cómo la indiscutible elegancia que presidió el dress code durante muchos años ha ido adoptando, en las últimas ediciones, una faceta más atrevida creando esos estilismos que hoy caracteriza a los Oscar. Ahora bien, en 2019, Billy Porter decidió dar un paso más. Aludiendo al ya más que protocolario esmoquin, decidió optar por un vestido de gala trazado por el diseñador Christian Siriano.

Un look con el que buscaba visibilizar que los hombres también pueden acudir con vestidos de fiesta a estas celebraciones, rompiendo así con los tradicionales roles de género que impone la moda.

 

Timethée Chalamet y la reinvención del escote en los Oscar

Timethée Chalamet y la reivención del escote en los Oscar
@theacademy/Instagram

 

A su vez, Timothée Chalamet decidió potenciar la visión innovadora de Billy Porter renovando la clásica (y un tanto aburrida) elección por el sastre. Para ello, optó por un traje con acabado satinado para acudir a los premios Oscar en el cual decidió prescindir de la camisa. Con ello, jugaba con el concepto del escote; enseñando que los hombres también pueden mostrar las clavículas en unos premios tan seguidos y aclamados como los Oscar. Animando, en las nuevas ediciones, a saltarse ese protocolario dress code que surgió hace casi un siglo.

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