Cuestión de confianza
Es irrefutable que las personas con más éxito se esfuerzan más, madrugan más y trabajan más. Y que hacer todo lo anterior no garantiza el éxito, pero es que no hacerlo garantiza el fracaso. Son personas que, cuanto más se esfuerzan, “más suerte tienen”, a ojos de la mediocridad. Tienen en común que estuvieron dispuestos a sacrificarse para alcanzar sus objetivos. Por el camino cometieron errores, porque son humanos, y sintieron frustración. Pero los aceptaron y aprendieron de ellos.
No fue poco lo que tuvieron que sacrificar los protagonistas de este número de Influencers hasta llegar a convertirse en profesionales relevantes, influyentes y de prestigio. Porque lo primero es hacer muy bien el trabajo y, si todo va bien y se demuestra brillantez, entonces se podrá aspirar a ejercer cierta influencia. Pero, al revés, no.
Conversar con el coronel Pedro Baños es sumergirse en un océano de conocimientos. Son ya tres las ocasiones en las que hemos tenido la oportunidad de intercambiar ideas, y en todas ellas he puesto a trabajar cada uno de mis sentidos para no perderme ni un detalle. Entre las cuestiones que tenía para él, me interesé por su concepto de influencia, porque entiendo que es clave para un experto en geoestrategia y relaciones internacionales. “Considero que la influencia es la capacidad de motivar a otras personas o de conducir sus acciones y sus decisiones. Tenemos que entender que hay personas que nacen con ese don, el de ser seguidos, y por tanto, pueden influir sobre los demás hasta llegar, incluso, a imponer su voluntad”, afirma Baños. “Imponer su voluntad” es un concepto clave, pues la influencia no siempre es positiva y nos encontramos con que hay personas que la ejercen causando dolor a los demás, mientras que otras son capaces de aliviarlo.
En este segundo grupo se encuentra el doctor Juan Abarca, que posee una vocación sanitaria innata. Desde su posición como presidente de HM Hospitales, lleva dos años informando, reclamando y denunciando las situaciones que se venían produciendo en los centros hospitalarios a causa de la pandemia. Casi 75.000 seguidores han seguido día a día su blog en LinkedIn para obtener algo de certidumbre —habida cuenta de que ni los políticos ni los medios de comunicación se encuentran en su mejor momento en cuanto a credibilidad—; y se lamenta de que existiendo ya los fármacos contra la covid, y estando aprobados por las agencias de medicamentos correspondientes, en España hayamos tardado demasiado tiempo en tenerlos disponibles por cuestiones relacionadas con la burocracia y el ordenamiento jurídico; “unos fármacos que evitan el 88% de las hospitalizaciones de pacientes con un riesgo moderado”.
La desconfianza está llevando, por otro lado, a que los ciudadanos ahorren más, “no porque sean tontos, sino porque no se fían”. Son palabras del mediático economista Daniel Lacalle. Una entrevista muy oportuna en un contexto en el que la inflación —el verdadero impuesto para los pobres— está en niveles que no se recuerdan desde hace varias décadas. Sería injusto afirmar que los gobiernos lo hacen todo mal, pues hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día, pero conviene recordar que la confianza es algo que se tarda mucho en lograr y solo un segundo en perder.
En Influencers afrontamos esta convulsa primavera con nuestra mejor sonrisa, deseando dejar muy atrás los peores momentos de los últimos dos años, e intentando sacar lo mejor de cada uno. Y quién mejor que Arturo Valls para ello, que supo aprovechar la oportunidad que le brindaron para labrarse una carrera hasta convertirse actualmente en un referente del sector audiovisual como presentador, actor y productor. Y sin dejar nunca de sonreír.
Carta publicada en el Nº 34 de la revista Influencers