César Carballo: «Hay gente que no se ha vacunado porque piensan que la Tierra es plana»

Miguel Ángel Ossorio Vega| 21 de enero de 2022

Es, probablemente, el médico más famoso de la televisión. César Carballo también es uno de los que más titulares genera por su forma de contar las cosas y por sacar los colores a una sociedad exhausta tras casi dos años de pandemia. Ahora publica un libro que recoge sus vivencias en Urgencias, un lugar que, desgraciadamente, también se ha puesto de moda últimamente, pero cuyas historias van más allá de la pandemia.

Hablamos de la pandemia, de su libro y de la vida con César Carballo, médico y emergenciólogo adjunto al Servicio de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, en una entrevista difícil de condensar en unas cuantas páginas: necesitaríamos una revista entera para contar todo lo que este doctor tiene que decirnos.

César Carballo acaba de publicar Desde la trinchera (Ed. Aguilar, 2021). ¿De qué trata el libro?

Es un libro que trata sobre los casi 20 años de experiencia que llevo en Urgencias. Se analizan casos clínicos desde diferentes puntos de vista: el del paciente, el del médico e incluso desde el punto de vista de la enfermedad. Son casos novelados con experiencias directas que he tenido en los servicios de urgencias. Creo que es un libro interesante para que la gente vea cuál es la vida real allí, que muchas veces se desconoce.

¿Es un libro para médicos o para el gran público?

Es un libro hecho para la gente normal y creo que va a ser interesante ver cómo funciona a veces el cuerpo humano ante diferentes agresiones. El cuerpo humano es una máquina perfecta, y el único problema que tiene es que envejecemos, pero, si quitas eso, es una máquina perfecta que, ante una agresión, produce diferentes mecanismos compensatorios.

César Carballo: «La gente está muy quemada y eso influye en la empatía con el paciente»

¿Cree que el libro puede contribuir a que la población valore mejor el trabajo de los sanitarios?

Sin duda, porque no solamente se habla desde el punto de vista médico o de lo que ha sido el trabajo en esta pandemia, sino el trabajo de todos los días. Hay muchas situaciones de estrés en las cuales es muy importante tener experiencia, por eso es tan importante que no dejemos escapar el talento. Desgraciadamente, está pasando mucho en la actualidad, la gente está muy quemada y eso influye de manera decisiva en cosas tan importantes como puede ser la empatía con el paciente.

Como médico, ¿qué siente cuando sale a la calle y ve a gente que no cumple las más elementales medidas de seguridad para evitar contagios?

En este país hay gente que hace lo que le da la gana, sin duda, pero a mí me sorprende y me enorgullece la gente en España. Cómo se lo ha tomado, con qué responsabilidad, con qué sacrificio. Hay gente que no se ha vacunado y que probablemente no consigamos que se vacunen nunca, porque piensan que la Tierra es plana, que el grafeno está en las vacunas, Bill Gates y Soros o que es una conspiración mundial en las que los médicos también estamos implicados.

Pero sí que hay gente a la que podemos llegar, que son tres millones largos. Y yo creo que estamos llegando ahora con la pedagogía. Ómicron nos ha ayudado a que la gente le coja un poco de miedo y diga ‘oye, me voy a vacunar’. Yo no soy muy partidario del pasaporte COVID, pero que la gente tenga dificultades para entrar en algunos sitios hace que se lleguen a plantear vacunarse. Tenemos una vacunación altísima por la gente que ha confiado, y luego se está respetando casi escrupulosamente lo de las mascarillas. Eso nos ha dejado un poso de seguridad, y partir con mucha ventaja, que nuestros dirigentes están dilapidando. Volvemos otra vez a estar casi como el año pasado, solo que con vacunación.

«SI TE TIENE QUE METER EN LA UCI, AL VIRUS LE DA LO MISMO QUE SEAS RICO, EL REY DE ESPAÑA, OBRERO DE LA CONSTRUCCIÓN O EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO»

¿Es partidario de la vacunación obligatoria?

No soy partidario de la vacunación obligatoria en nuestro país, pero en Alemania o en Estados Unidos se lo tienen que plantear porque no les queda otra si tienen entre un 30 y un 40 por ciento de gente que no se va a vacunar, lo que es un agujero con esta pandemia que te machaca el país. No vamos a salir de ola tras ola si no vacunamos a todo el mundo.

Ni siquiera aunque pongamos terceras dosis a los que se están vacunando vamos a salir de esta, porque son muchos millones los que están sin vacunar. Yo sería más de decir, por ejemplo, que vamos a dar un concierto solo para vacunados: en este lugar de ocio, en esta discoteca, solo entran vacunados, igual que hace unos años no entrabas si tenías zapatillas blancas. Nadie va a obligarte a vacunarte, pero ya verás cuando los tres colegas que sí se han vacunado pasen y tú te quedes fuera.

César Carballo: «No se ha hecho una estrategia global nunca porque no conviene políticamente»

Usted es habitual en medios de comunicación, donde a menudo es criticado por decir verdades sin cortapisas.

Aquí parece que tienes que justificar las acciones epidemiológicas en función de unas cosas que al virus le dan lo mismo. Si te tiene que meter en la UCI, le da lo mismo que seas rico, que seas el Rey de España, que seas obrero de la construcción o que seas el presidente del Gobierno, le da exactamente igual.

No se ha hecho una estrategia global nunca porque políticamente muchas veces no conviene. Yo suelto el tema entre 17 comunidades autónomas y que se peleen. Y entonces vemos cosas como que un juez de repente toma una medida epidemiológica. Es una locura. Si tuviéramos una ley general de pandemias…

¿Esto puede afectar a la hora de fomentar que la gente se tome en serio la pandemia y tome las medidas adecuadas?

Claro. Una de las cosas que pedíamos al Gobierno es que hubiese transparencia con las vacunas, porque los negacionistas se basan en que todos los de la UCI son vacunados. Bueno, vamos a dar datos precisos de nuestro país día a día, que se puede hacer.

O la base de datos de efectos secundarios y reacciones adversas, que lleva sin actualizarse desde julio. Eso da pie a los negacionistas, a decir “nos están ocultando datos, se está muriendo la gente, se mueren a millares en los hospitales por los efectos secundarios de la vacuna”. Y aunque tú digas que no, te dice que por qué no das datos.